Cómo salir de Afganistán y no morir en el intento PDF Imprimir E-mail
Imperio - Las Guerras USA
Escrito por Gabriela Gurvich   
Domingo, 18 de Marzo de 2012 06:13

Obama y CameronMedio Oriente le explota en las manos a Estados Unidos. Con los ojos siempre puestos en Irán y la boca hecha agua por Siria, Norteamérica enfrenta un dilema en Afganistán. Se prevé que las fuerzas de la OTAN y de EEUU abandonen el país en 2014. Sin embargo, los últimos acontecimientos avivan el deseo de una retirada adelantada. 

 

La democracia de los tiros 

El pasado domingo un militar estadounidense asesinó a 16 civiles afganos, incluidos niños, y dejó a varios heridos tras salir de su base en la provincia de Kandahar. La matanza se produjo en tres casas diferentes y distanciadas. El autor de la masacre forma parte de la Fuerza de Asistencia a la Seguridad en Afganistán, enviada a ese país por el Consejo de Seguridad en 2001 y es un sargento entrenado como francotirador. 

La indignación de los afganos ante el hecho acrecentó aún más el rechazo hacia las fuerzas de ocupación. El movimiento talibán afgano prometió vengar la matanza de civiles. "Simpatizamos con las víctimas de esta acción salvaje y garantizamos a sus familiares que nos vengaremos de estos invasores y asesinos, y que castigaremos sus acciones bárbaras", afirmó el movimiento en un comunicado. 

El martes miles de estudiantes afganos participaron en una manifestación cuyas consignas eran "Muerte a Estados Unidos" y "Muerte al soldado que mató a nuestros civiles". Los jóvenes de la Universidad de Jalalabad quemaron una efigie de Obama mientras exigían un juicio público al culpable. 

Ese mismo martes una delegación del gobierno afgano se presentó en el lugar donde fueron asesinados los 16 ciudadanos, pero fueron recibidos por disparos de combatientes de la resistencia. En el ataque murió un soldado local encargado de proteger a la delegación y hubo varios heridos, entre ellos dos hermanos del presidente del país, Hamid Karzai. 

Luego de los acontecimientos del domingo Barack Obama no tardó en repudiar el asesinato. Pero lo cierto es que Estados Unidos pretendió particularizar el hecho como un caso aislado. "Si atendemos a la situación general, es evidente que se trata de un caso único que no refleja lo que de verdad se está haciendo en Afganistán", afirmó León Panetta, ministro de Defensa estadounidense. 

Sin embargo, la alerta está prendida. El analista en Oriente Medio Wilfredo Amr Ruiz aseguró que las las atrocidades que cometen los soldados de EEUU tienen exaltado el ánimo, no solo dentro de las filas del talibán sino en la población general que se siente agredida por la fuerzas de ocupación.

Ruiz afirmó que este atentado se enmarca en un contexto de violencia cotidiana. "Hay una queja general de que por las noches casa por casa se hacían inspecciones por parte de la fuerza de ocupación", contó el analista, en declaraciones a Russia Today. 

El Parlamento afgano ha exigido que el militar que disparó sea juzgado públicamente, aunque según el acuerdo entre la OTAN y Afganistán los militares extranjeros que cometieron un delito tienen inmunidad de persecuciones judiciales por las autoridades locales y son procesados por juzgados militares estadounidenses. 

Todo esto sucede en un clima que venía muy caldeado. Hace 3 semanas soldados estadounidenses quemaron varios ejemplares del Corán en una base de la OTAN, lo que enardeció a los afganos generando múltiples revueltas que terminaron con la vida de unos 30 militares norteamericanos en unos pocos días. 

El último que apague la luz 

Con las botas empantanadas, Barack Obama no encuentra la forma de escapar de Afganistán. El periódico The New York Times reseñó que Estados Unidos está considerando una retirada acelerada del país asiático. "Creo que estamos afrontando 10 años de guerra con gente que está cansada de la guerra", declaró el senador demócrata Patty Murray. 

Sin embargo León Panetta aseguró que estos sucesos no cambiarán la estrategia de EEUU en Afganistán. El miércoles el ministro de Defensa viajó al país donde se reunió con tropas estadounidenses a las que exhortó a mantenerse enfocadas en su objetivo de estabilizar la nación antes de la retirada de 2014. 

Mientras Panetta avivaba el ánimo de sus soldados, un atentado con una moto bomba mataba a ocho soldados de la inteligencia militar afgana en la ciudad de Kandahar. 

El miércoles Obama recibió la visita de su más fiel aliado en Afganistán, el primer ministro británico, David Cameron. Parte importante del encuentro estuvo centrado en la estrategia a seguir en el país asiático. 

Previo a las declaraciones públicas, ambos presidentes frimaron un artículo editorial conjunto en el periódico The Washington Post en el que expresaron su compromiso duradero con la seguridad en el país asiático y elogiaron los logros "antiterroristas". 

Al día siguiente de comer un "hot dog" mientras presenciaban un partido de basket, realizaron una rueda de prensa conjunta donde confirmaron que no habrá ningún cambio repentino en el plan de retirada hacia el 2014. Obama recordó que en su plan de transición a partir de 2013 las tropas estadounidenses pasan de ser de combate a estar de apoyo para retirarse al año siguiente. 

Por su parte, Cameron declaró que no van a permitir que ese país vuelva a ser refugio de Al Qaeda. 

Otra que salió a hablar y que estuvo sorpresivamente de visita en Afganistán fue la canciller alemana, Angela Merkel. El lunes dijo no estar segura de que las tropas alemanas puedan retirarse de ese país en 2014. 

Otra voz en contra de la retirada apresurada fue la de Rusia, quien juega un papel importante en esta cruzada. Serguei Lavrov, canciller ruso, expresó que a Moscú no le convienen los plazos 'artificiales' de salida de las tropas del territorio afgano. A diferencia de otras ocasiones donde ha sido el país que ha frenado avances de la OTAN en Medio Oriente, Rusia dio luz verde al ingreso de las tropas invasoras en Afganistán, donde se juegan intereses propios, pasando a tener una participación activa en la ocupación. 

Los riesgos del paso en falso 

Actualmente Estados Unidos mantiene unos 90 mil efectivos en Afganistán, con 22 mil soldados que estarían regresando hacia final de este año.

Desde que invadieron el país en 2001, aproximadamente 1.700 militares del Pentágono fueron muertos por las fuerzas de la resistencia armada en el territorio ocupado. 

Todo indica que Obama tiene ganas de preparar las valijas e irse lo más pronto que pueda, aunque por el momento no parece ser la mejor estrategia para Estados Unidos salir corriendo de Afganistán, dejando aún más en evidencia el empantanamiento en que se encuentran las tropas de la OTAN en ese país. Especialmente en momentos en que el país del norte está fogoneando en el Consejo de Seguridad de la ONU, la entrada de tropas en Siria. 

Además este es un año electoral y al Nobel de la Paz no pareciera convenirle mostrarse débil militarmente al momento de enfrentarse en las urnas con alguno de los posibles ultraconservadores candidatos republicanos. 

Sumado a esto, los pronósticos que surgen de una probable retirada no son muy alentadores. Si bien se mantendrían tropas "garantizando" la estabilidad, una vez fuera del territorio afgano es previsible que continúe la resistencia armada, especialmente contra Karzai, el presidente títere que Estados Unidos ha puesto en Afganistán.

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 Fuente: Resumen Latinoamericano