Se equivocó la paloma, se equivocaba PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Juan Rivera   
Jueves, 09 de Julio de 2015 00:00

    Asociado a las últimas maniobras de Podemos viene a la cabeza el poema de Alberti “La paloma” y como decisiones apresuradas, por buena intención que lleven, te hacen confundir norte con sur y en lugar de asaltar el cielo terminar sumergido en un mar embravecido.

    Desde el cariño que una y otra vez el Colectivo les ha transmitido a Pablo y Juan Carlos, desde la confianza que da luchar en la misma trinchera, resulta difícil comprender movimientos tales como acelerar un proceso de primarias que suena a portazo o rematar la maniobra – si no lo remedian a última hora las protestas de los círculos– con una lista plancha que aleja del horizonte esa amplia confluencia que pudo articularse pese al escaso tiempo disponible en las últimas municipales. Basta con mirar a Madrid, Barcelona, Zaragoza, La Coruña...
     También llama la atención el “patriotismo de partido” que considera fundamental la preeminencia de las siglas dejando como mucho un espacio/guión para alguna suma o huecos en las listas para compañer@s de otras adscripciones políticas. No sería la intención al formularla y las comparaciones son odiosas, pero esta propuesta tiene en la estética una inquietante similitud con la que en las décadas ochenta y noventa del siglo pasado lanzaba el PSOE bajo la denominación “casa común de la Izquierda”.
 
     Lo repetimos las veces que haga falta: Podemos supo dar con la tecla e ilusionar lo suficiente como para abrir una brecha en la muralla del Sistema. Otros lo llevaban intentando más tiempo y fueron incapaces. Unas veces por cortoplacismo, otras por guerras intestinas y otras por pasarse sus coroneles ,ansiosos por catar las mieles del poder, al pesebre común.
     Ahora la pelota está en el tejado del equipo de Pablo Iglesias. El partido ha empezado con mal pie entre exabruptos (posteriormente matizados en un buen artículo titulado “ La Izquierda”) y el intento de fichajes a golpe de talonario estilo Real Madrid o Barcelona. No debería olvidarse que a much@s> nos hacen vibrar las pancartas bukaneras del Rayo, la sonrisa de las gradas del Cádiz o el “manque pierda” del Betis.
 
      Supongo que a estas alturas de la lucha los excelentes estrategas de Podemos – no pueden haber perdido de golpe el fino olfato político que les hacía anticipar jugadas y prever los movimientos del adversario Bipartito- estarán sopesando si se conforman con ser un importante grupo de oposición (50- 75 diputados) o se atreven a soñar mayorías que permitan la victoria electoral. El dilema: lograr una buena posición o ganar la final.
 
     Si optan por lo primero y están en todo su derecho a hacerlo, la línea “ todo por la marca Podemos” que hasta el momento siguen dará esos frutos. Importantes, positivos, pero con el riesgo de tener que pasar una legislatura añorando lo que pudo ser, se tuvo al alcance de la mano y se dejó escapar.
 
     Si optan por lo segundo el camino es distinto: tejer confluencias en torno a un programa de mínimos y unas siglas ( fórmula Ahora, En Común, Mareas) en las que tod@s> nos sintamos comod@s> y representad@s>.
 
     Indudablemente que hay mochilas que lastran a otras organizaciones y que no se puede esperar del burócrata que hizo de su liberación un “ modus vivendi” generosidad. Pero es la hora de aunar,de utilizar la inteligencia colectiva y dar una oportunidad a la esperanza.
 
     Millones de españoles se sienten representad@s> por Ada Colau, Manuela Carmena, Juantxo López, Alberto Garzón, Xosé Manuel Beiras, Mónica Oltra, Julio Anguita y Pablo Iglesias. Si pudiesen repetir los nombres como una alineación, como un equipo unido, aún más. Y odian verse forzados a jugar al “ ¿a quien quieres más?” cuando tienen clarísimo lo que quieren: desalojar del Gobierno a quienes sin escrúpulos juegan con nuestras vidas y derechos. Por primera vez en décadas, se ven con fuerzas para conseguirlo.
 
     Y saben que la desunión se paga. Exponencialmente en un sistema electoral diseñado para que las circunscripciones provinciales y la ley d´Hont apuntalen el juego sucio del Poder Hace unas semanas el FCSM propuso su hoja de ruta ("Último aviso"). Me quedo con la frase final: “Juntos podríamos”. En otoño no valdrán lamentos.
 
Juan Rivera es miembro del Colectivo Prometeo y del FCSM