¿Os habéis vuelto idiotas? PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Jagoba Álvarez Ereño   
Sábado, 27 de Junio de 2015 05:22

El Circo Price sin duda fue el lugar adecuado para tal desfachatez ideológica. Por un momento me vino a la cabeza el “Born in the USA” de Bruce Springsteen, pensé que se podía tener un sentimiento patriótico desde otro punto de vista que no sea el de las águilas conservadoras españolas cual halcones republicanos estadounidenses. Pero no, recordé la historia de nuestro país, eché la vista atrás recordando las clases de Historia de España en la carrera universitaria y me di cuenta que lo del Circo Price más bien se parecía al “Party in the USA” de Miley Cyrus como leí en un tuit.

 

Todo lleno de gasa, rosa y confeti. Tal vez solo faltó eso: confeti. No es que quedase muy rococó americano del norte, ni muy azucarado, es que no encajaba con la realidad sociológica española. Querer agarrarse al éxito de series políticas americanas como The West Wing, House of cards o Scandal para hacer una escenografía que llame la atención a esos adolescentes o post adolescentes universitarios es sin duda un gran error.

Sociológicamente, los jóvenes entre los 18 a 25 años, que puedan sentirse atraídos por estas series, en su mayoría, no vota PSOE porque son esos jóvenes que viven en las grandes ciudades y todos a estas alturas hemos visto a dónde ha ido la mayor parte de ese voto. No son los jóvenes entre 30 y 40 que aún parecía que los años duros de los gobiernos Aznar nos retenía en ese voto. Y digo parecía, porque esa dinámica está cambiando con la llegada de otros partidos, pero principalmente la llegada de Podemos.

Lo malo de querer imitar a Obama es que se verá como eso: una imitación. Porque como Obama no lo hay en España, ni tan siquiera hay otro en Estados Unidos. Y entonces me acordé que Pedro colocó en su despacho una foto de Kennedy en la que se inmortaliza al expresidente poco antes de morir. De él parece que solo se quedó con el marketing. Tal vez le vendría mejor leer los discursos del hermano, los de Robert, sobre todo el que dio en Sudáfrica. Eso sí es inspirar a toda una generación.

Viendo esa bandera digital a todo color, roja y gualda, imponente, majestuosa, con la corona real, el escudo borbónico y los de todos los reinos que formaron el reino de España no sé si vomitar o escupir. Vomitar porque a uno se le revuelven las tripas al ver cómo se echa mano de tal simbología por el complejo interior que tienen quienes han dirigido el Partido; escupir, porque tengo el suficiente respeto a mis antecesores familiares que tanto dieron por la República y la democracia como para no hacerlo.

El problema es que la simbología que tiene la roja y gualda no es la misma que las banderas de Francia, Portugal o Bélgica. La sociología de este país por su desarrollo histórico es la que es, pretender ser quien la cambie es un error, porque cambiará por si sola. Tal vez, algunos y algunas, deberían meterse en la cabeza que el desarrollo histórico de España así como su construcción nacional son totalmente diferentes al de los demás países occidentales de Europa, y eso implica que aquí no se hizo una construcción nacional vía revolución liberal burguesa sino que como cualquier otro país atrasado se hizo bajo la visión mesiánica de una corona.

Por eso, la roja y gualda echa atrás a votantes del PSOE por mucho que algunos neo-pijos jovenzuelos de este partido vean series americanas. En España no ha habido una revolución liberal que afianzase símbolos y crease identidades nacionales democráticas. Las ha habido, pero todas fracasadas: desde los comuneros, pasando por Cádiz y la Gloriosa hasta la II República. Experimentos fallidos que no tuvieron un largo recorrido por el capricho de ciertas clases sociales de este país para quienes avanzar significaba acabar con su estilo de vida.

Aquí la identidad se creó a través de la monarquía de los Austrias primero, Borbones segundo y la dictadura franquista después. Esta es la clave para explicar muchas cosas del ahora de este país. No hemos tenido la oportunidad de hacer una construcción nacional a través de una revolución liberal-burguesa que asentase los pilares fundamentales de una democracia rompiendo con el pasado identitario nacional feudal y post feudal, provocando así que hayamos sido incapaces de generar símbolos nacionales democráticos como las banderas de Francia, Portugal o Alemania; parlamentos tan cargados de democracia moral como la de la cámara de los comunes del Reino Unido; o, llevar a cabo unificaciones territoriales en base a una idea común de diferentes territorios como la unificación alemana o italiana.

En vez de ello, en España, entre los S. XVII y XX continuamos dejando la identidad nacional en base a los dos pilares feudales por excelencia: monarquía e Iglesia-religión. No puedes pretender agitar una roja y gualda, símbolo de un rey Borbón pues fue uno de ellos quien la escogió como insignia haciendo que sus colores estén íntimamente ligados entre la corona y la nación, y al mismo tiempo hacerte la foto de pose el 14 abril.

Ahora, tras usar la bandera y la patria como elementos de identidad: ¿cómo reprochamos algo a los nacionalismos periféricos que llevan haciendo uso de ello desde su creación? ¿Cómo vendes el mensaje de que los socialistas están por encima de naciones y derechos históricos? ¿Cómo vendes que están por el respeto a la vertebración, si utilizas símbolos que no vertebran?

El mismo día que en todo Euskadi y Navarra se celebraba un acto multitudinario de la plataforma Gure Esku Dago (En nuestra mano) por el derecho a decidir del pueblo vasco, el PSOE va y levanta una bandera gigante roja y gualda en su acto de presentación de candidato a la Presidencia. Frente a quien proponen dividir va el PSOE y antepone un símbolo que no une sino que divide, que no ensambla sino que fragmenta.

Muchos censores a mis palabras dirán que en EEUU incluso los críticos no tienen miedo a envolverse en la bandera de su país. Pero es que, sin entrar ya en el hecho de que se trata de una nación que surge tras una revolución liberal-burguesa frente a la tiranía monárquica (todo lo contrario que España y mucho menos la monarquía de España de 1975), en ese país los críticos tienen el derecho constitucional a poder quemar su bandera. Mientras, aquí no es posible. Y la diferencia más significativa es que allí eligen por votación popular a lo que sería el equivalente de nuestro jefe de Estado mientras aquí no. Exacto, en EEUU, ese país lleno de tantas imperfecciones alberga en ocasiones los símbolos más democráticos que pueda haber en occidente. Mientras aquí a partir del 1 de julio puede ser delito de terrorismo plantear críticas que supongan «injurias a la corona».

¿Cómo voy a envolverme en la bandera de este país si puedo ser acusado de terrorista por criticar a la corona? ¿Cómo voy a hacerlo en un país donde vivimos bajo la Ley Mordaza? Lo cierto es que el complejo es muy grande, lo he dicho en muchas ocasiones: la derecha cuando llega al gobierno no tiene miedo a llevar a cabo su programa de máximos; los socialistas en cambio tienen miedo y complejo de llevarlo a cabo. Siempre hay una excusa para no hacerlo: la razón de Estado, suelen decir en más del 90% de los casos. Sin embargo, la razón de Estado suele servir como sutil cortina de humo para no tener la valentía de llevar los proyectos al 100%. Nada más.

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Fuente: Gara