Verstringe o la siembra, silente, del temor PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por José Juan Hdez / UCR   
Jueves, 19 de Febrero de 2015 06:10

Hay una noticia que ha pasado desapercibida, al menos entre los grandes medios de comunicación. No es excepcional. En realidad es una gota más. Silenciosa, diluida bajo el repetitivo mantra de que vivimos en un país democrático, libre. Este sonsonetillo lo oirá usted a todas horas. Y casi todo el mundo se lo cree. Y se asocia democracia con libertad. Hecho que me parece, al menos en la base, erróneo. ¿Aquí gobierna el pueblo en su conjunto? Somos conscientes de que no. Elegimos gestores con un escaso margen de maniobra ante los grandes poderes económicos. Según parece la Grecia de Syriza esta próxima a inclinar la testuz (al menos de momento) ante la Alemania de Merkel para no morir de pura asfixia. Imagino que Syriza podrá mantener sus medidas sociales de choque, pero el mensaje que ha mandado Alemania es claro: no hay otra política dentro de la Unión Europea.

 

Probablemente suena banal, pero el país perdedor de las dos guerras mundiales está hoy en una posición dominante, reunificado y tranquilo de que ya no exista el ente aterrorizante llamado Unión Soviética. Y me imagino que en España el PP se relame pensando que el varapalo que se pueda llevar Syriza cae también en el lomo de las expectativas de Podemos. Esta situación me hace escéptico a la hora de votar. Si todo está escrito porqué tengo yo que ser una marioneta entre millones en este paripé. ¿Vale para algo el voto? ¿Vamos a cambiar algo sustancial aunque seamos mayoría? Si a alguien le apetece dejar en las paredes de este callejón su opinión se lo agradeceré mucho. Como casi siempre, soy de la cofradía de la botella medio vacía. Invoco a la cofradía de enfrente, la de la botella medio llena, a que me aporte una brizna de esperanza.

Pero, siempre me pasa, mis textos me controlan más a mí que yo a ellos. Quería hablar de libertades y no de democracia. Quiénes vivimos la dictadura fascista sabemos que, aunque el PP sea el referente político de la España que mira con gesto amable a Franco, no es equiparable la situación actual con la vivida bajo aquel régimen de terror. Y eso no quita para que sea consciente de que hoy, tecnología mediante, estamos, en muchos ámbitos, más eficazmente controlados que en aquella época, más rudimentaria, pero también más impune y brutal. No obstante, sé que las comisarías y cuartelillos siguen siendo agujeros básicamente opacos. Pero un hecho es real. Vivimos una regresión, no en el terreno de la democracia, eso ni me lo planteo, en el mero terreno de las libertades individuales, de lo que podríamos llamar en lenguaje llano el derecho, triste pero consolador, al pataleo. Este derecho le puede salir caro al profesor Jorge Verstringe. La fiscalía le pide tres años y medio de cárcel por manifestarse el 19 de junio de 2014, día del relevo borbónico, a favor de la República. La acusación habla de atentado a la autoridad y lesiones. Verstringe es conocido, pero ahora mismo en España hay muchísimas personas anónimas de sindicatos, organizaciones sociales o políticas, o ciudadanos sin militancia que estuvieron en una concentración donde pudo plantearse una situación tensa, de conflicto, pendientes de juicios donde se les piden penas que implican entrar en prisión. O sea, las libertades van en regresión. Y el otro día el PPSOE, con el pacto antiyihadista, abrió la puerta a la cadena perpetua (realmente a individuos que cuando emprenden sus acciones saben que en un altísimo porcentaje perecerán en ellas, ¿les disuadirá ese horizonte?). Miedo a ser víctima de un atentado, miedo a manifestarse. Mucho miedo. Y como respuesta una policía "paternal", castigadora y protectora, que disuada, no a los contestatarios irrecuperables, gente contumaz pero anecdótica mientras esté socialmente aislada, sino a la gran masa impresionable que componen los tibios.

Les dejo unas fotos que dan fiel testimonio del hercúleo Verstringe atentando y provocando lesiones a débiles policías.

 
 
 
 
 

 

Artículo también publicado en la página personal del autor: El Blog de José Juan Hdez