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Monarquía - Casa irreal
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Sábado, 05 de Enero de 2013 04:44

La campaña mantenida en los últimos meses para apuntalar la desprestigiada monarquía del 18 de julio, instaurada por el dictadorísimo en la persona de Juan Carlos de Borbón y Borbón, ha superado el tope de lo ridículo para alcanzar el de la mamarrachez. La 1 de la Real Televisión Española y la Real Radio Nazional (con zeta de nazi) han transmitido hora y media de loas al rey la víspera de cumplir sus 75 años, en un programa titulado “La noche del rey”. Es continuación del programa “Aula abierta” que emite La 1 los sábados, en vano intento por promocionar la deslustrada figura del gran cazador y excelso amante que es nuestro rey católico. Con el mismo éxito que la inútil página web abierta por la llamada Casa de su Majestad el Rey.

 

Para entrevistarlo La 1 sacó del sarcófago al requetecursi Jesús Hermida, sin duda para que frente a él mejorase la figura del rey. Pese a ello, la cara real hinchada e inflada parecía una caricatura. Unida esta visible constatación a su ronquera nos obliga a suponer que son secuelas del tratamiento que sigue desde que el 8 de mayo de 2010 se le intervino un tumor en el pulmón izquierdo. Sinceramente, no está presentable nuestro rey, aunque permaneciera sentado durante toda la entrevista, lo que nos ahorró verle bambolearse como un robot con muchas prótesis.

No obstante, el rey católico nuestro señor respondió a una pregunta del sumiso periodista asegurando: “Me encuentro en buena forma, con energía, y sobre todo con emoción para seguir.” Parece tan cierto como esta otra respuesta: “No me gusta hablar de mí mismo. Pero me gustaría que se me recordase como el rey que ha unido a todos los españoles.” Anda ya, o no tiene ni idea de lo que sucede en España, o miente como un Fernando VII. Lo que hay que oír.

 

Lo que ha conseguido

 

Sí tuvo razón al contestar de esta manera a la pregunta sobre qué le satisfacía más de su reinado: “La satisfacción de haber conseguido lo que se ha conseguido.” Qué profundidad de pensamiento, qué capacidad para filosofar. Le propuso el anciano paje Hermida dar un nombre a su generación, y contestó que es la de la libertad: “Hemos ganao la libertad”, declaró campechanamente, como es él. Pues a mí no me lo parece, y conozco a muchísimos españoles que no se sienten libres en esta monarquía del 18 de julio que nos fue impuesta por el dictadorísimo, sobre la que no podemos opinar so pena de ser llevados antes sus tribunales de su Justicia.

El pelotillero periodista se mostró en todo momento lacayunamente baboso, repitiendo hasta la saciedad el “vuestra majestad”, mientras que el rey le tuteaba, porque para eso se cree el rey de todos los españoles, señor de vidas y haciendas, amo de voluntades, conseguidor de lo que consigue.

No le planteó ni una alusión siquiera a sus relaciones con el dictadorísimo, a los juramentos de fidelidad que le hizo a él y a sus leyes genocidas, a la muerte por disparo de pistola de su hermano, a sus amoríos adulterinos con una amplia serie de golfas, a los presuntos hijos naturales que le achacan, a las relaciones con su sufrida esposa legítima, a los negocios sucios de su hija Cristina y su yerno Urdangarin, a su aceptación de la esposa tan criticada de su hijo, a su conocimiento de los sucesos del 23 de febrero de 1981, a su opinión sobre los movimientos independentistas, a la quema de su fotografía en las calles por vasallos airados, a las solemnes pitadas cuando aparece en los estadios futboleros, al referéndum que se va a celebrar en Catalunya, a las manifestaciones republicanas, a los pueblos e instituciones que le han declarado persona non grata, al montante de su fortuna personal y los medios de que se ha valido para conseguirla, y tantas otras cuestiones que nos interesan a los pacientes vasallos, pero no al domesticado peridista.

 

Padre, hijo y bendito

 

En cambio, sí le preguntó por su padre, el que intentó en dos ocasiones unirse al ejército sublevado para luchar contra el pueblo español, y que pasó toda su vida cómodamente instalado en casas y yates con mujeres y bebidas, y también con mujeres bebidas, sin realizar jamás ningún trabajo. Pues afirmó el rey de él: “No pensaba más que en España, en servir a España.” Como lo hizo él debe de dar mucho gusto servirla. Asimismo le preguntó por el tripríncipe y presunto heredero, sobre el que se deshizo en elogios hasta decir que es una bendición de cielo, y que es el príncipe de Asturias mejor preparado de toda la historia monárquica. Es que vaya dinastía la que representa este trío, llena de locos, imbéciles y golfas.

Para finalizar quiso saber el servil periodista si su majestad católica se siente satisfecho de su reinado, y tuvimos que oírle esta declaración: “Más que satisfecho diría que me siento afortunao.” No es para menos. Vida más regalada no cabe imaginar.

A la entrevista siguió el programa “El legado de la quinta del rey”, para que 25 lacayos genuflexos cantaran las alabanzas reales. En este espacio se intercalaron imágenes de reportajes antiguos, y ahí sí pudimos contemplar al vistoso dictadorísimo. No apareció ni un solo opositor, ni un republicano siquiera, para disimular la abyección del programa a la mayor honra y gloria de la monarquía del 18 de julio.

Hubo intervenciones memorables, como la de Concha Velasco cuando explicó que ella sentía gran admiración por el rey desde niña. Sería por el rey Recaredo, como es lógico. También estuvo elocuentísimo y cursilísimo Antonio Gala, otro zombi desmejorado, al recomendarnos: “Tenemos la obligación de seguir siendo españoles.” Qué remedio, si no podemos elegir.

Total, que “La noche del rey” ha sido la noche de la vergüenza nazional (con zeta, claro). Unida a las ediciones especiales de los diarios para festejar los 75 años reales, dan ganas de gritar como los revolucionarios de 1868 cuando se hartaron de aguantar borbones: ¡Viva España con honra!

 

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