Independentismo y PP Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Manuel Delgado   
Miércoles, 13 de Enero de 2016 00:00

España no se romperá por culpa de la expresión democrática de los catalanes. Cataluña está rota porque no se ha respetado la expresión inequívoca del plebiscito convocado el 27 de septiembre, donde el independentismo perdió. Hubo un 6% más de catalanes partidarios de la unidad que de la secesión.
El gobierno que se ha pactado para traicionar esa voluntad tendría que tener una respuesta firme desde la propia sociedad catalana en defensa de la voluntad democráticamente expresada, como respuesta al reto de unas elecciones plebiscitarias.


Tiene que tener una respuesta legal desde las propias leyes catalanas, que hoy exigen una mayoría cualificada de dos tercios de catalanes, en referéndum convocado al efecto, para modificar el Estatuto. Su propia legalidad, la que se han dado los catalanes y respetamos el resto de españoles, exige que se dé esa mayoría para derogar lo que con esa mayoría está vigente.
Llegados a este punto, el Estado debe reconocer que hemos llegado aquí desde que el Tribunal Constitucional, a instancias del PP en la oposición, no respetó la voluntad de Cataluña y de las Cortes Españolas, de aprobar un Estatuto que reconocía la voluntad de Cataluña de llamarse nación catalana.
La ley es la expresión de voluntad de los pueblos a través de sus representantes. Sus representantes nunca pueden hacer leyes que vayan en contra de esa expresión de la voluntad popular y en contra del Estatuto de Cataluña, que tiene la fuerza de haber emanado de un referéndum con mayoría cualificada.

Dicho esto, la situación política no tiene sólo una respuesta legal. No puede quedar sólo en manos de jueces y de las fuerzas que hagan cumplir la legalidad. La incapacidad del PP, su culpabilidad en el aumento del independentismo, lo convierte en el peor representante de la voluntad de Unidad del resto de españoles y el peor defensor de la mayoría de catalanes que no quieren irse de España. Los resultados de las elecciones generales han dejado claro que hay una mayoría aplastante de catalanes que apuestan por resolver ellos mismos la situación política, democráticamente, apostando por la fraternidad de los pueblos de una España diversa. Ha sido tan clara la expresión, que el independentismo se ha desesperado en evitar que se repita en nuevas elecciones. Con el pacto, el secesionismo se ha querido salvar de una nueva decisión del pueblo catalán, que habría llevado al gobierno a quien ya es sabido que más lo representa: En Común Podem.
Ada Colau lo ha dejado claro: el independentismo ha huido de las urnas, porque tampoco reconoce a los catalanes el derecho a decidir.
Si todo esto está claro, ahora toca formar un gobierno de España que asuma una estrategia que sea reconocida por la mayoría social de catalanes. El PP en el gobierno ha sido el pirómano del fuego secesionista. No tiene a nadie como interlocutor en Cataluña. Rajoy y Albiol representan la España vieja y decadente.
Como dijo también Ada Colau, el PSOE tiene que decidir si Podemos construir un país donde el PP y el independentismo, sean, de verdad, las líneas rojas.
Debemos saber que está en juego la democracia en Cataluña y España, la respuesta verde del pueblo a su verdadera encrucijada: la democracia, los derechos y la dignidad o el imperio de los mercados.

 

Manuel Delgado es miembro del FCSM

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Fuente: Colectivo Prometeo