Solo en 2014 las compañías eléctricas españolas cortaron la luz a más de 500.000 hogares por impago de facturas, todavía no se cuantifican las de 2015, pero según algunos datos parece que serán muy superiores al pasado año. Es más de medio millón de familias sin luz, sin calefacción, sin corriente para sus electrodomésticos, en las zonas del estado con las temperaturas más bajas, niños recién nacidos, personas mayores, enfermas, discapacitadas, da igual, al gobierno del PP y a su siniestro ministro de industria, les importa una mierda que la gente sufra, que pasen hambre o se congelen en un invierno gélido, el caso es seguir "agradando" a sus buenas amigas las multinacionales de la energía.

Un estado que abandona a su suerte a millones de ciudadanos no puede ser jamás democrático, legal, constitucional, sino algo parecido a una dictadura encubierta, totalitaria, falsa, entregada al mortal juego del enriquecimiento de sus sátrapas, de sus empresas donantes o familiares, de una caterva política que solo genera dolor y miseria.

No podemos olvidar ni perdonar jamás a los causantes de tanto sufrimiento, de que familias enteras hayan pasado un invierno de campo de concentración nazi, de que más de tres millones de niños estén pasando hambre, de que 400 familias sean desahuciadas cada día de sus viviendas por la siniestra usura bancaria, de que gran parte de la ciudadanía no tenga ingresos suficientes para vivir dignamente.

La historia será implacable con los culpables de estos crímenes de lesa humanidad, entrarán en ella como seres inhumanos, corruptos, volcados al enriquecimiento ilícito, a la destrucción de la vida, de la democracia, de la libertad, de la esperanza de los pueblos.

Carmen, con su nieto Kevin, y José Antonio Gómez, miembro de la Alianza contra la Pobreza Energética

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Fuente: Viajando entre la tormenta