Venezuela: Lo que no muere y lo que vivirá |
Imperio - Latinoamérica |
Escrito por Maciek Wisniewsk |
Domingo, 14 de Abril de 2013 00:00 |
Hay cosas que simplemente se niegan a morir. En el caso de América Latina son el golpismo, las acciones desestabilizadoras y las estrategias de demonización de los movimientos populares.
Pensaba en esto observando la campaña presidencial en Venezuela y mirando No (2012), película de Pablo Larraín sobre la campaña previa al referendo del 5 de octubre de 1988 que sacó a Pinochet del poder.
Quizás lo más interesante de ella (que a pesar de sus simplismos merece mucha atención) está sugerido apenas tácitamente: la manera en que el potencial subversivo del Teniendo esto en mente recordé que el fantasma de este plebiscito ya apareció en el contexto venezolano antes de las elecciones del 7 de octubre (7-O). Según Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda en el gabinete de Michelle Bachelet (2006-2010), ambos eran De alguna manera lo confirmaba Ramón Aveledo, portavoz de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), subrayando que la Concertación fue su modelo (El País, 30/9/12).
La pasada campaña de la MUD, basada en puro marketing y centrada en Capriles como si fuera una bebida gaseosa publicitada por René Saavedra (Gael García Bernal), artíficie de la campaña del De todos modos, ya desde hace unos meses la MUD prefirió recurrir a las viejas manipulaciones y al anticomunismo conocido también de los espots de la franja pinochetista del
Este país no es Chile de los 70 y Chávez no era Allende, pero trató de aprender su lección: Por eso y por su misma debilidad, la oposición se centró ahora en descalificar a la Comisión Nacional Electoral (CNE) y el futuro resultado electoral. Según el gobierno, la MUD quiere alentar la violencia en busca de la desestabilización (Pinochet pensaba lo mismo en caso de que perdiera, La Jornada, 24/2/13). Según Capriles, también el gobierno quiere hacerlo y lo tiene plasmado en un supuesto Igual que en el caso de Chile, la desestabilización de Venezuela es un asunto global. Hoy más que nunca no sólo a cargo del Departamento de Estado (aunque fue éste quien dio la línea contra la CNE), sino también de la dictadura mediática, que muchas veces falsifica la realidad donde, sobre todo en lo económico, se vale cualquier absurdo, aunque suene mal (por suerte hay analistas como Mike Weisbrot, véase: The Guardian, 5/3/13 y Página/12, 10/4/13). A veces los medios son más En 1973 Kissinger, justificando el golpe en Chile, dijo: La democracia fue sacrificada, volviendo con el referendo, pero sólo para hacer el sistema más manejable. Hoy su calidad está muy detrás, por ejemplo, de la democracia venezolana: pregunten a cualquier chileno o consulten el Latinobarómetro, con sede, nota bene, en Santiago. La economía chilena también se quedó atrás (sin que la venezolana no tenga sus apuros). Mientras tanto, en sus 14 años de poder Chávez trató de salvar las dos esferas: la economía y la democracia, no sin contradicciones, pero igual con éxitos (y por eso lo odiaban tanto). Según los sondeos, los venezolanos otra vez no harán caso al Capriles, al perder el 14-A (la derrota el 7-O no fue fatal y lo salvó también su triunfo regional el 16-D), se convertirá ya en una suerte de zombi político –ni vivo, ni muerto–, un walking dead deambulando entre el Caribe y los Andes. Si alguien lo rematará no será Maduro ni sus seguidores, sino sus compañeros de la MUD; los chavistas estarán ocupados dándole vida al proyecto y al legado de Chávez.
Maciek Wisniewsk es periodista polaco ---------------- Fuente: La Jornada |