Paisaje después de las urnas |
Opinión / Actualidad - Política |
Escrito por Agustín Moreno |
Miércoles, 28 de Mayo de 2014 00:00 |
Las elecciones europeas del 25 de Mayo expresan la desafección ciudadana hacia un proyecto que está fracasando en sus objetivos fundacionales y que aplica políticas neoliberales de ajuste para empobrecer a los países del sur y de la periferia. Esto lo demuestra la escasa participación de la ciudadanía europea. Es muy preocupante el avance de la ultraderecha racista y xenófoba. Las pocas buenas noticias son el triunfo de Syriza en Grecia y los avances de la izquierda opuesta a la austeridad en países como España.
En España sigue la altísima abstención, que alcanza al 54%. Si el nivel de participación mide la salud del sistema y el crédito de las fuerzas políticas, la deslegitimación es de tal calibre que los grandes partidos deberían hablar muy bajito de ahora en adelante. ¿Se podía esperar, acaso, que los que han sido incapaces de defender nuestros intereses en España lo fueran a hacer en Europa? Tampoco ha animado a la participación el conocimiento de los privilegios que conlleva ser parlamentario europeo (8.000 euros brutos al mes, más gastos y dietas) en un país azotado por el paro y la miseria. Primera conclusión: hay que debatir y proponer aquello que interesa a la ciudadanía para recuperar la credibilidad perdida por los incumplimientos de los programas electorales. El bipartidismo ha sufrido un duro golpe. La caída de apoyos que sumaban el PP y del PSOE ha pasado del 81% a menos del 50%, lo que supone una pérdida del 30% de los votos. La suma de votos del PP y PSOE solo llega a los siete millones y medio, perdiendo más cinco millones entre los dos en relación a 2009. En términos de porcentaje sobre censo electoral PP y PSOE representan muy poco. Lo debía intuir Felipe González cuando lanzó su propuesta de gran coalición, haciendo de vocero de la oligarquía española. Como dice Gregorio Morán de él: cuando los tahúres se hacen viejos, aseguran que su única salida es la de crupier: dar cartas para que jueguen los que pueden ganar. La mayor caída es la del PP. Obtiene 16 o 18 puntos menos que en las europeas de 2009 o en las generales de 2011. Ello tiene una especial significación: no hay impunidad para los recortes y las agresiones antisociales, y nadie ha creído lo de la recuperación. Segunda conclusión: el 25-M se ha convertido en un plebiscito contra los recortes y la corrupción. La imagen de la calle Génova vacía era muy significativa para un partido que ha ganado en escaños a los demás ¿Qué va a celebrar si ha pasado de la mayoría absoluta a solo un 26% y solo le ha votado el 11% del censo electoral?. El PP no puede sacar la lectura de que se ha legitimado su política con estos datos. Además, se confirma que Rajoy empieza a estar amortizado. Se ha equivocado en el candidato, en la estrategia de bajo perfil, en sus (no) comparecencias. Lo ha hecho, especialmente, con la política aplicada: recortes para todos (suman 82.500 millones de euros en cuatro años, siendo responsable de la mayoría de ellos) para salvar a la banca y los beneficios de las empresas del Ibex. Se abrirá de inmediato en el PP el debate sobre la estrategia y los candidatos para las elecciones de 2015. Muchos de los candidatos autonómicos y locales no querrán aparecer en la foto con Rajoy porque les quita votos. Veremos si todo no deriva en la apertura de una crisis interna. En cuanto al PSOE, a pesar del tremendo desgaste del PP, por su política y sus torpezas, no han sido capaces de recuperar terreno y siguen perdiendo apoyos electorales. No es suficiente el reconocimiento de su derrota, aunque sea loable. Necesitan urgentemente su renovación-regeneración, de dirigentes y, sobre todo, de su programa, que debería girar de forma clara y sincera hacia la izquierda.
Pablo Iglesias, cabeza de lista de Podemos, en en centro de la imagen, celebrando los resultados obtenidos en las europeas. / Emilio Naranjo (Efe)
La izquierda ha conseguido un gran avance. Enhorabuena a toda ella: a Izquierda Plural que triplica sus resultados, a Podemos que irrumpe espectacularmente y a Equo-Compromis que obtiene escaño. La suma de los resultados obtenidos está cerca del 20%. Pero se puede sacar una tercera conclusión: una propuesta político-electoral unitaria ilusionante podría haber ganado por su efecto multiplicador y haber movilizado a muchas personas indignadas que se han quedado en casa. Estamos hablando de haber alcanzado un resultado igual o superior a los del PSOE y el PP. De colocar a la izquierda en unos niveles de voto que inquietaran a los poderes fácticos y devolvieran la esperanza a la ciudadanía. No es un sueño, es una propuesta de trabajo y una obligación moral y política para la izquierda. En Cataluña se refuerza el impulso soberanista y republicano. Con el avance de los partidos que lo defienden y la mayor participación del electorado, a pesar de que una fuerza ascendente como la CUT renunció a presentarse. Gana ERC, que se está convirtiendo en la nueva fuerza hegemónica, por delante de CIU. Se hunden el PP y el PSC. Cuarta conclusión: hay que abordar la cuestión catalana y ver si es posible todavía encontrar un modus vivendi para la convivencia entre España y Cataluña, que seguramente debería pasar por un proceso constituyente hacia una república federal. El cabeza de lista de ERC, Josep Maria Terricabras, en el centro, acompañado por Ernest Maragall (izda.) y Oriol Jonqueras (dcha.), anoche, en Barcelona, tras conocer los resultados de las elecciones europeas. / Toni Garriga (Efe) Para terminar este análisis de urgencia sobre los resultados de las elecciones del 25 de Mayo y el nuevo paisaje en el que nos encontramos, tres reflexiones finales.
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