El IBI, el Vaticano y el compañero Pérez Imprimir
Laicismo - Estado Laico
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Martes, 29 de Mayo de 2012 04:33

Dios es Amor   A buenas horas se le ocurre al secretario generalísimo del partido Pseudo Socialista Obrero Español (PSOE) emprender una campaña para reclamar que la Iglesia catolicorromana pague el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), ahora que está en la oposición. Sabe de sobra que el actual Gobierno del partido que se dice Popular, integrado por integristas catolicorromanos, algunos afiliados a la secta del Opus Dei, con su mayoría absoluta hace lo que le da la gana, y es seguro que no figura en sus ganas molestar a la Conferencia Episcopal Española (CEE).

 

   Ni siquiera es original el compañero Pérez, porque eso mismo lleva años exigiéndolo Europa Laica, sin que nadie la escuche, ni siquiera el partido PSOE cuando gobernaba. Porque resulta que el partido PSOE gobernó, a su manera, este reino entre 1982 y 1996, es decir, durante catorce años, bajo la presidencia del compañero González, y volvió a hacerlo entre 2004 y 2011, siete inolvidables años de vacas famélicas bajo la presidencia del compañero Rodríguez. Además, da la casualidad de que en este período el compañero Pérez tuvo unas altísimas responsabilidades gubernativas.

   En esos años no se le ocurrió proponer a su partido que ordenase a la Iglesia catolicorromana pagar el IBI. Lo hace ahora que está en la oposición, a sabiendas de no conseguir nada, pero piensa que así queda muy bien ante sus compañeros socialistos, y especialmente ante los sociatontos.

 

El testimonio de Bono 

   Un socialisto que lo ha sido todo en el partido, excepto secretario generalísimo, pese a ser lo que más anhelaba, el compañero José Bono, evaluó la relación del partido PSOE con la Iglesia de obediencia vaticana, en un libro recopilado por María Antonia Iglesias con el título La memoria recuperada. Lo que nunca han contado Felipe González y los dirigentes socialistas, publicado por Aguilar en 2003. Veamos lo que asegura el compañero Bono en la página 292:

    Por cierto, no ha habido en España un Gobierno que haya sido tan favorable a los intereses de la Iglesia [catolicorromana] como el de Felipe González. La enseñanza religiosa recibió un impulso que no había tenido en tiempos de UCD ni en el franquismo, y eso lo reconoce la Iglesia. La renovación de los acuerdos con la Santa Sede se hizo de manera consensuada y, gracias a ellos, la Iglesia recibe hoy del Estado más dinero del que se llevaría por la cruz que los ciudadanos hacemos en la declaración de la renta. 

Por esta vez tenía razón el compañero Bono, como lo demuestran las cifras. El partido PSOE ha sido mucho más generoso con la secta catolicorromana que el dictadorísimo, y a pesar de ello ha recibido toda clase de descalificaciones, y ninguno de los dos secretarios generalísimos que gobernaron fue recibido bajo palio en los templos que visitaban. Eso sí, los dictadores del presunto Estado Vaticano, que se compone de un edificio en Roma, les han impartido su bendición, para perdonarles los muchos pecados cometidos por sus gobiernos escandalosos.

 

El IBI es lo de menos 

   La campaña sobre el IBI carece de importancia. Lo que hay que denunciar es que el reino entregue todos los años millones de euros a la Iglesia catolicorromana, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. En el actual recibe 156 millones, aparte otros regalos para pagar sueldos de estos sectarios dedicados a propagar mentiras con las que mantener asustadas a las buenas gentes crédulas.

   Parte de ese dinero que nos sacan a todos los vasallos del reino va a parar directamente a las arcas del supuesto Estado Vaticano, mediante el llamado óbolo de san Pedro, una asignación que deben pagar los pertenecientes a esta secta para sufragar los gastos del llamado Estado Vaticano. Que lleva años en quiebra, por cierto, debido a las indemnizaciones millonarias que deben pagar a las víctimas de la desenfrenada lujuria sacerdotal por todo el mundo.

   La Oficina del Óbolo de San Pedro se halla instalada en la Secretaría de Estado del Vaticano, para recibir y colocar las divisas que le llegan de todas las partes del mundo. Dispone de una cuenta en Unicredit Banca SPA, siempre floreciente. Según explica la CEE, aunque no podemos fiarnos nunca de sus declaraciones, porque están dictadas por sus intereses, los españoles de todo signo, creencia o agnosticismo dimos el año pasado más de un millón y medio de euros al Estado Vaticano, en concepto del óbolo de san Pedro y la que denominan "colaboración con la Iglesia universal". ¿Por qué tenemos que apuntalar al supuesto Estado Vaticano los que deseamos borrarlo para siempre de la Tierra?

 

El Banco Vaticano 

   Ese edificio conocido como Estado Vaticano es el más poderoso del mundo en el aspecto financiero. Disimula sus actividades económicas entregándolas al Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como el Banco Vaticano, porque lo es en efecto. También es el lugar más podrido del mundo. El pasado día 24 fue destituido su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, al saberse que estaba siendo investigado por la Justicia italiana, ante la sospecha de haber cometido varios delitos financieros. Se dijo que había presentado la dimisión y le había sido aceptada, a ver si con ello se evita el escándalo.

   Tal vez se logre silenciarlo, porque muchísimo más grave fue la actuación del arzobispo Paul Marcinkus, alias El Gorila, relacionado con la logia masónica Propaganda 2, causante de la quiebra del piadoso Banco Ambrosiano. De esa situación derivaron varias muertes sospechosas, presentadas como suicidios imposibles. El Vaticano estaba implicado hasta la tiara del dictador, pero se quedó al margen de las investigaciones. El rumor popular acusó a El Gorila de haber planeado el asesinato del papa Juan Pablo I, porque había decidido entregarlo a la Justicia italiana, pero la versión oficial aseguró que el fallecimiento repentino fue debido a un fallo cardíaco, y no se hizo la autopsia al cadáver. Su sucesor, el II, lo envió a Phoenix, en los Estados Unidos, y así todo quedó solucionado, y él pudo vivir muchos años, para desgracia del mundo.

   La podredumbre de la Curia vaticana es tal que el mismo día en que "dimitió" Tedeschi fue detenido Paolo Gabriele, mayordomo y confidente del actual dictador, el nazi Ratzinger. Se le acusa de robar y vender documentos secretos concernientes a la Secretaría (claro) de Estado. El dinero es lo único que mueve a los miembros de esta secta, y lo colocan muy bien en fábricas y empresas que les conceden sustancioso beneficios. Excepto cuando algún arzobispo no sigue los consejos divinos y confía en negociantes impresentables.

 

Tráfico de divisas permitido 

Todo ello sería una cuestión privada del Estado Vaticano, si no fuera porque este reino regido por su majestad el rey católico nuestro señor está directamente implicado en los turbios negocios de sus dirigentes. Lo que debiera hacer el compañero Pérez es protestar para impedir que los euros entregados a los sicarios del Estado Vaticano en el reino vayan a parar al IOR. El despreciable cardenal Rouco, presidente de la CEE, viaja tranquilamente al Vaticano cuantas veces quiere, y le entrega al dictador los óbolos de los pazguatos ignorantes que pretenden comprar la salvación de su alma, en ese hipotético paraíso del que guardan las llaves los clérigos, y solamente abren las puertas para quienes los sobornan bien.

   Tendría que hacerlo incluso para cumplir las enseñanzas de Jesucristo, quien afirmó que no se puede servir a dos señores, por lo que es preciso elegir entre Dios y el dinero: así se lee en los evangelios según Mateo, 6:24, y Lucas, 16:13. La doctrina predicada por Jesucristo condena sin remisión a todos los que colaboran con el IOR, servidores del único dios que reconocen, el dinero. Pero eso carece de importancia para los anticristos que se dicen vicarios de Dios en la Tierra, nada menos.

   El partido PSOE tendría que haber limitado los poderes de la secta catolicorromana cuando gobernó. Especialmente impedirles practicar la enseñanza en todos sus niveles, porque aprovechan su condición de profesores para amaestrar a niños y jóvenes con sus doctrinas falsas y perniciosas, aparte el ejercicio de la pederastia, inevitable en esta gente criminal.

   En realidad el partido PSOE debiera haber extirpado del reino a esos sicarios del supuesto Estado Vaticano, que solamente obedecen a su dictador. Si no son españoles, que se marchen al Vaticano. Eso saldrán ganando los niños y jóvenes al verse libres de la lujuria frailuna. El IBI es una menudencia, ante lo que representa el poder de la Iglesia catolicorromana en todas las facetas de la sociedad española.

   La confesión de Bono es diáfana: nunca ha estado más favorecida la Iglesia catolicorromana en toda la historia de España que bajo los gobiernos presuntamente socialistas. Que no se haga el valiente ahora el compañero Pérez, porque tuvo ocasión de demostrar su valor cuando gobernaba, y no se atrevió. Es lógico que sus compañeros le llamen Ratón Pérez, aunque el verdadero merecedor de ese nombre es un animalito muy simpático, todo lo contrario que él.