Quilapayún: Homenajear a Víctor Jara, una deuda Imprimir
Cultura - Música
Escrito por Felix Arana   
Domingo, 11 de Septiembre de 2011 05:17

QuilapayúnQuilapayún significa en mapuche "tres hombres con barba". En 1965 Julio Numhauser, Eduardo y Julio Carrasco decidieron adoptar ese nombre al formar una agrupación de música andina, como homenaje a los revolucionarios que encabezaron el Movimiento 26 de Julio en Cuba.

Un año más tarde se integraron Ángel Parra y Patricio Castillo. Y en uno de sus primeros recitales en una peña de Valparaíso, Chile, se encontraron con el compositor Víctor Jara, quien dio rumbo definitivo a Quilapayún.

 

A punto de cumplirse treinta y ocho años del golpe militar de Chile que derrocó al presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, y del asesinato de Víctor Jara cuatro días después, la agrupación homenajeará al músico y activista el 14 de septiembre en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México. Se le recordará con canciones como "La muralla", "Manifiesto" y "Te recuerdo, Amanda", entre otras.

"Septiembre es un mes muy especial para nosotros porque está lleno de recuerdos. Se conmemora la asunción del gobierno popular de Salvador Allende en 1970, el golpe militar, la muerte de Víctor Jara, el deceso de Pablo Neruda y el asesinato de Allende en 1973", dice Eduardo Carrasco, fundador del grupo.

Especialmente, comenta en entrevista, impacta el asesinato de Víctor Jara, porque además de haber sido integrante del grupo y director artístico del mismo, fue un artista que dejó un gran legado en el pueblo chileno.

El músico menciona que es una obligación rendirle tributo a su memoria cantando canciones que lo hicieron famoso. "De hecho todos nuestros recitales los comenzamos interpretando sus letras. Pensamos que ésta es una buena ocasión para recordar en México a este gran amigo".

Homenajearlo es una deuda que se tiene con él y con la cultura latinoamericana. "Él no sólo es un mártir político, sino cultural y en especial musical", destaca.

Después de treinta y ocho años, Carrasco piensa que la obra del autor de discos como Canciones folclóricas de América, sigue vigente, pues las canciones que perduran, con el tiempo mantienen su verdad, su honestidad.

"Las letras de Víctor tienen una gran sensibilidad por la justicia y por una sensibilidad mística. Hoy en día se han convertido en clásicas de la música chilena", destaca.

El cantautor perteneció a una generación de artistas chilenos que dejaron huella mundial: Pablo Neruda, Nicanor y Violeta Parra, quienes, a decir de Carrasco, están directamente vinculados a la propuesta de Quilapayún, porque en cada uno de sus conciertos están presentes sus obras acompañando la identidad de su pueblo.

A pesar de su cercanía a la obra de Jara, los Quilapayún han desarrollado otras líneas de trabajo que, aunque tienen su raíz en lo que él hizo, buscan darle continuidad y crecimiento a la agrupación. Entre ellas se encuentran grabar materiales discográficos con raperos y grupos de rock como Los Tres.

La evolución también se ha manifestado en la renovación del grupo. En la actualidad conviven dos generaciones: la fundadora y la de algunos de sus hijos. "El primero en ingresar fue Ismael Oddó, hijo de Willy Oddó, quien fue asesinado en 1991 de una puñalada en la calle. Después entraron Sebastián Quezada, hijo de Carlos Quezada, y Ricardo Venegas".

Para la agrupación, presentarse en México siempre ha sido muy importante, pues este país le abrió las puertas al exilio chileno de manera muy solidaria. "Durante el periodo que duró la dictadura en mi país nosotros fuimos invitados muchas ocasiones a venir para cantar en distintas peñas y festivales de solidaridad", recuerda Carrasco.