En efecto, el aquelarre patriotero ha tenido más de llegada de un
ídolo deportivo a la ciudad africana que de arribo de un jefe de Estado
en visita oficial. De vergüenza ajena. En realidad sólo ha faltado que
el evento lo retransmitieran a grito pelado según acostumbran los
gremlins de Carrusel Deportivo, y así todo habría quedado en puro
"furbo" dominical.
Digo yo que Juan Carlos debería haberse presentado en chandal con los
colores de la selección española, más que nada para haber estado a
tono con el ambiente.