La gran
represión. Los años de plomo del franquismo.
LQSomos
15 de
Junio de 2009.
Esta obra presenta un análisis en abanico de la represión
franquista hasta las lindes de los años 50. Mirta Núñez Díaz-Balart,
autora y coordinadora de este volumen, estudia la «lógica del
terror» de la dictadura. ¿Qué se buscaba encarcelando a más de
un cuarto de millón de españoles, ejecutando a miles en toda
España, dejando desamparadas a otras tantas familias? La
estrategia de los vencedores de la guerra civil es
minuciosamente desmenuzada para intentar comprender lo que había
detrás de una voluntad de Estado, presente desde el golpismo
inicial, respecto a la población considerada desafecta a sus
propósitos.
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Manuel Álvaro Dueñas sitúa su
punto de mira en la legitimación política e ideológica de la represión y
en su esqueleto económico, que culminará con la Ley de Responsabilidades
Políticas. Las incautaciones de bienes a personas o entidades hizo
posible el trasvase de esos bienes al Estado o a sus adeptos, expolio
cuyas dimensiones reales están aún por desentrañar. Francisco Espinosa
Maestre y José María García Márquez presiden la segunda parte del texto,
donde aplican el bisturí sobre la represión en Huelva, un modelo del
exterminio premeditado que puede servir de ejemplo para el estudio de la
represión. Por primera vez, el ciclo de violencia fascista ha sido
documentado de manera completa en una provincia, teniendo en cuenta más
del 80% de las víctimas que cayeron en la maraña jurídico-militar.
«El informe sobre la represión franquista. Estado de la cuestión»,
realizado por Francisco Espinosa, compendia el conjunto de las
investigaciones existentes sobre la violencia institucional del
franquismo en toda España, en guerra y posguerra, sin olvidar los datos
existentes a día de hoy, sobre la represión republicana durante el
conflicto. En su origen fue elaborado para proporcionar al Juzgado
Central de Instrucción nº 5, presidido por el juez Baltasar Garzón, «un
resumen del estado actual de estudios e investigaciones de la represión
franquista». Con ello aporta un nutrido bagaje de herramientas para
conocer en profundidad las oscuridades del franquismo.
Mirta Núñez Díaz-Balart desarrolla una de sus líneas de investigación en
el ámbito de la represión franquista, destacando en ella la obra Los
años del terror. La política de exterminio y represión del general
Franco (2004) y como coautora, Consejo de guerra. Los fusilamientos en
el Madrid de la posguerra, 1939-1945 (1997). La publicación de su tesis
doctoral, en tres tomos, de La prensa de guerra en la zona republicana
durante la Guerra Civil española (1992) inicia una trayectoria de
análisis en la historia de la prensa, cuya última expresión es La
disciplina de la conciencia. Las Brigadas Internacionales y su
artillería de papel (Flor del Viento, 2006).
Manuel Álvaro Dueñas es autor de un reconocido estudio sobre la
depuración de las responsabilidades políticas, publicado bajo el título
«Por ministerio de la ley y voluntad del Caudillo». La Jurisdicción
Especial de Responsabilidades Políticas (1939-1945) (2006), además de
diversos artículos donde desmenuza las represalias franquistas sobre los
adversarios, reales o supuestos, en el terreno económico, político y
social.
Francisco Espinosa Maestre es un prestigioso historiador y comprometido
investigador sobre la dictadura del general Franco, trabajando en
aquellos ámbitos ocultos al conocimiento de la población como la
represión franquista durante la guerra y la posguerra. Libros como La
guerra civil en Huelva (1996), La justicia de Queipo (2000), su
coautoría en la obra colectiva Morir, matar, sobrevivir (2002) o La
columna de la muerte (2003) han marcado hitos en su estudio y
difusión.José María García Márquez es el mejor conocedor del archivo
judicial militar de la II Región. Ha realizado varios trabajos de
catalogación de militares de procedimientos de dicho archivo y artículos
y comunicaciones sobre la represión militar en la provincia de Sevilla.
Ha publicado trabajos sobre la represión en varias localidades, caso de
La Puebla de Cazalla (2007) y, sobre todo, La UGT de Sevilla. Golpe
militar, resistencia y represión (1936-1950) (2008).Manuel Álvaro y
Mirta Núñez desarrollan una intensa labor de difusión y compromiso,
tanto en el ámbito académico como en el vinculado con asociaciones de
memoria histórica.
Presentación
La maquinaria represiva franquista y su objetivo de perpetuación se
estudia, desde distintas perspectivas, en esta obra de autoría
colectiva. Su núcleo incandescente de análisis se encuentra en las
múltiples formas de uso de la violencia, sus objetivos inmediatos y
estructurales. Los investigadores aquí presentes buscan desentrañar la
utilización de la violencia física, las coacciones morales y de todo
tipo, sobre la población civil, como elementos claves en la
conformación, consolidación y proyección de futuro de la dictadura
franquista. La utilización premeditada del terror, desde la fase
conspirativa del golpe de estado, no fue algo circunstancial, destinado
a apoyar la toma del poder.
Existía un programa de largo alcance cuya primera fase consistía en
devolver España a sus elites de siempre. En las subsiguientes etapas, se
trataba de imponer unos comportamientos individuales y colectivos, en
todos los órdenes de la vida social, conformes a la ideología
totalitaria, ultracatólica, tradicionalista y antidemocrática, que
compartían los militares sublevados. Se pretendía arrancar de raíz
aquellas ideas y comportamientos que había traído la modernidad e
iluminado la República, con su fulgor reformista.Los destinatarios de
esta metódica receta de cirugía y extirpación del mal, era un amplio
colectivo de habitantes de España, reales o potenciales insumisos a la
voluntad del «ordeno y mando» militar.
Con la innegable colaboración de la Iglesia Católica se haría una
operación de cambio definitivo, «para siempre», de una nación entera. El
tratamiento para llegar a ello suponía cadenas con muchos eslabones,
azote para corregir conductas y pensamientos inapropiados, y rezos
abundantísimos. Las miles de ejecuciones «ejemplarizantes» harían una
labor disuasoria sobre un entorno en el cual, no sólo se trataba de
matar sino de incidir en los que sobrevivían. Las familias, los amigos,
los correligionarios, los vecinos, todo el medio social que los había
rodeado debía constatar las consecuencias de supuestas rebeliones o de
simples discrepancias de pensamiento, palabra u obra, respecto a la
voluntad militar
Mirta Núñez Díaz-Balart desnuda los propósitos que estaban detrás esa
inmensa maraña de ejecuciones, reclusiones, humillaciones y miedo, cuyos
tentáculos llegaba a las familias de los vencidos. La autora mira a
través de los lentes del porqué y el para qué de lo ocurrido, con el
objeto de explicar no sólo el dolor inmediato infligido sino los
propósitos que estaban detrás, buscando una transformación total de la
sociedad, a través de estrategias de largo alcance. Los distintos
mecanismos desarrollados desde el poder para el sometimiento de la
población, no concluía en los individuos. El programa determinaba un
aprendizaje colectivo, para dejar una huella indeleble sobre el
comportamiento individual y social de los españoles.Manuel Álvaro Dueñas
analiza los mecanismos por los que los sublevados pretenden legitimar la
represión y el Estado franquistas, en un capítulo con un título harto
significativo, «Por derecho de fundación», tomado prestado de un texto
de Blas Pérez, quien fuera personalidad señera del Régimen y ministro de
Gobernación de Franco. Por otro lado, radiografía la estructura jurídica
que permitió el expolio de los vencidos.
La Ley de Responsabilidades Políticas, de 9 de febrero de 1939, fue el
envoltorio que hizo posible tal aberración jurídica. El nuevo
ordenamiento permitía la retroactividad y el enjuiciamiento de
actuaciones que se habían desarrollado en plena legalidad. El autor
disecciona la intersección de intereses políticos y económicos en esta
jurisdicción especial, una de tantas creadas por los vencedores
destinada, en este caso, al empobrecimiento de los vencidos y al
traspaso de sus bienes al nuevo Estado o a sus adeptos. Sobre la base de
multas, congelación de cuentas bancarias e incautación de bienes, se
trataba de reinstaurar el sometimiento de los trabajadores a las clases
poderosas y conducirles de la mano, a la pobreza o a la marginalidad.
Las responsabilidades políticas atribuidas llegaron, en forma de
expedientes, a más de ciento veinticinco mil españoles. Sólo el colapso
total de sus proyectos evitó que alcanzase a más de un cuarto de millón
de españoles, muchos de los cuales ya estaban encarcelados o habían sido
ejecutados. Una de las vertientes de su estudio revela el uso
propagandístico de sus sanciones. Éstas eran estimadas en función de la
personalidad política del acusado y la posibilidad, brindada por una
prensa esclava, de difundirlas, como muestra de un supuesto latrocinio
en la función pública.
Tanto las aportaciones de Mirta Núñez Díaz-Balart, como las de Manuel
Álvaro Dueñas, se enmarcan en un proyecto de investigación más amplio,
dirigido por Julio Aróstegui, bajo el título El régimen de Franco como
sistema represivo: la conformación de una ideología de exclusión y de un
aparato de control social (1936-1948). Francisco Espinosa y José María
García Márquez se han empleado a fondo en un exhaustivo estudio de la
brutal aplicación del estado de guerra en Huelva, ejemplo de primera
hora, de su aplicación durante la guerra desencadenada por los
golpistas, a partir del 17 de julio de 1936. La terapia de choque de los
militares insurrectos en la provincia significó el asesinato de miles de
personas bajo el eufemismo legal de «aplicación de bando de guerra». Los
resultados de aquello aún imperan en nuestros días cuando un alto
porcentaje de víctimas continúa sin ser inscritas en los Registros
Civiles.La utilización de un amplio abanico de fuentes, a pesar del
estado lamentable de más de un archivo, ha dado como fruto del esfuerzo,
que el 80% de las muertes violentas de la provincia, queden recogidas de
sus manos, envueltas en algún tipo de sudario legal. Las vicisitudes
padecidas en su búsqueda y estudio hacen sobresalir personas, hoy ya
fallecidas, como Arturo Carrasco Sánchez, un funcionario del Juzgado de
Valverde del Camino, cuya acción individual, valerosa por las
consecuencias que le podían conllevar, ha permitido la conservación de
unos fondos que se han revelado esenciales.
La cifra de 6019 víctimas, entre las cuales sólo una minoría corresponde
a ejecutados por sentencias de consejos de guerra, evidencia la
violencia sin límites de la ocupación militar y las «prácticas
pseudojudiciales», término muy adecuado, para ocultar los asesinatos.
Los autores no sólo se refieren a aquellos que fueron eliminados. Los
integrantes de batallones de trabajo en la provincia, una de las
fórmulas para obtener rendimiento económico de la masa encarcelada,
forman parte, también, de esa red de violencia polivalente y multiusos
El traslado a cifras delata toda la estructura de la población afectada:
los conceptos bajo los cuales se envolvió su asesinato, las sentencias
(cuando las hubo), la distribución por partidos judiciales o las
afiliaciones políticas o sindicales, reales o atribuidas. El estado
civil o el género de los liquidados muestran todo ese mundo borrado por
la acción militar y los amplísimos sectores de la sociedad afectada.
Las cifras del «Censo de huérfanos» son apabullantes y en ellas se
especifica incluso, aquellos niños que se vieron privados de ambos
padres. El informe de Francisco Espinosa, presentado ante el juez
Baltasar Garzón, presta al lector un instrumento de primer orden, para
constatar el desarrollo de la estrategia de violencia de los
insurrectos, en toda España. Las cuentas echadas nos introducen en una
bocamina profunda y negra, en la que está presente la represión
desarrollada, en el inmenso mosaico de ciudades y pueblos, comarcas y
regiones estudiadas, a día de hoy. No es de extrañar que lo aquí escrito
responda a la pregunta del porqué enmudeció España y de por qué ha
permanecido de este modo para la mayoría, hasta nuestros días.
Mirta Núñez Díaz-Balart
(Coordinadora), Manuel Álvaro Dueñas, Francisco Espinosa Maestre y José
María Garc
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El libro se puede adquirir al
precio de 24 euros a través de La Librería de El Sueño Igualitario
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849970-686 110069. 504 páginas 14,5 x 21 cm |