50 años del asesinato de Julián Grimau PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - franquismo y represión
Escrito por Paco Arenas / UCR   
Domingo, 21 de Abril de 2013 00:00
Son muchas veces las que me pregunto por aquellos “demócratas de toda la vida”, que permanecieron ocultos bajo la capa sangrienta del dictador, que aplaudían sus acciones y arropaban en los balcones del Palacio de Oriente o coreaban ¡Franco, Franco, Franco! Con entusiasmo en esa misma plaza de Oriente, apoyándole tras cada uno de los asesinatos del dictador. Esos demócratas que permanecieron en ¿vergonzante silencio? Ante cada uno de sentencias de muerte o asesinatos en comisarías, o encarcelamientos de ciudadanos que se atrevían a pensar… Muchas veces me lo he preguntado, ¿fue vergonzante silencio o criminal complicidad?
 
La dictadura fue tan larga como sangrienta y cruel, pero esos capullos de la “democracia de toda la vida” permanecieron ocultos o visibles, floreciendo en la dictadura con su apoyo explícito al genocida, para luego cerrarse y volverse a abrir como capullos “demócratas de toda la vida”. Las espinas del rosal eran las mismas, los capullos los mismos, todos con los pétalos llenos de sangre cómplice, ya fuese por sus silencios cobardes o por sus apoyos evidentes.
 
Esos “demócratas de toda la vida”, fueron quienes llevaron a cabo la “transición a la democracia”, quienes de acuerdo con su jefe, el enano del Pardo, diseñaron el proceso, la “transición a la democracia”, Franco les enseño a hacer los nudos, nos dejó todo y atado y bien atado y es deber nuestro desatarlos por dignidad y por aquellos mártires de la Libertad que lo intentaron antes, cuando los “demócratas de toda la vida” eran babeantes cómplices del sanguinario dictador.
 
Nada hicieron por evitar ningún asesinato, doblarían el espinazo ante su caudillo y le dirían, “excelencia proceda”. Tampoco hicieron nada por evitar la muerte de tantos hombres buenos, como Julián Grimau, que tal día como hoy, un 20 de abril de 1963, fue asesinado por un pelotón de fusilamiento, 27 descargas de fusiles (y dos tiros de gracia), que a los cobardes cómplices no nos los hagan pasar por paradigmas de la democracia, que nada dijeron en contra ni de las torturas a que fue sometido, con defenestramiento incluido, eso sí, cobardemente esposado. El nombre de Julián Grimau permanecerá para siempre como símbolo de la lucha por la Libertad y la Justicia. El dictador no cedió a las presiones internacionales, las cuales no le importaban, ni siquiera la del Papa de los católicos, Juan XXIII, las presiones nacionales que tal vez hubiese eschuhado, no las hubo, pues a su alrededor solo tenía babeantes bacines.
Hoy se conmemoran el 50 aniversario de su asesinato, los “demócratas de toda la vida” continúan gobernando este país, y además atreviéndose a dar lecciones de Democracia, como si realmente supiesen el significado real de esa palabra. Ellos tiene la soga que nos ahorca, tienen los nudos que atara el dictador bien atados, rompamos esos nudos y honremos la memoria de los auténticos DEMOCRATAS DE TODA LA VIDA COMO JULIÁN GRIMAU.
 
Artículo también publicado en la página personal del autor: España por la República