Jules Paivio, el último veterano canadiense de la Guerra Civil, recibe la nacionalidad española Imprimir
Nuestra Memoria - Brigadas Internacionales
Escrito por Julio César Rivas / Diario El Popular   
Domingo, 29 de Enero de 2012 05:45

Jules Paivio  Casi 75 años después de acudir a España para luchar contra el fascismo en la Guerra Civil española y con 94 años, Jules Paivio, el último superviviente del contingente canadiense en la contienda, solicitó este jueves la nacionalidad española.

Con la voz débil pero con una gran claridad mental, Paivio dijo durante una entrevista telefónica inmediatamente después de firmar los papeles en los que solicita la nacionalidad: “quiero hablar en español. No puedo hablar mucho pero sí un poquito”.

“Estoy muy orgulloso de haber solicitado la nacionalidad española. Luche junto con el pueblo español contra Hitler, Mussolini y Franco”, añadió, ya en inglés, Paivio.

 

Aunque hace pocos días Paivio sufrió una caída que le dejó con las costillas magulladas, el veterano soldado, que se marchó a luchar a España cuando tenía sólo 19 años, no quiso perderse la ceremonia celebrada hoy en el monumento al Batallón Mackenzie-Papineu de Ottawa.

El monumento, una hoja de cobre en la que está recortada la silueta de un miliciano, se inauguró hace 10 años en honor a los voluntarios canadienses del Batallón Mackenzie-Papineu que luchó en defensa de la República durante la Guerra Civil española.

El monumento también tiene inscritos los 1.541 nombres de los integrantes del batallón, de los que alrededor de 400 murieron en la contienda fraticida.

“Ha sido muy tierno. Las familias están agradecidísimas”, declaró el embajador español en Canadá, Eudaldo Mirapeix, en referencia a varias decenas de familiares de “Macs-Paps”, como se conoce popularmente a los integrantes del batallón, que desafiaron el frío día otoñal de Ottawa para asistir a la ceremonia.

Mirapeix, que depositó un ofrenda floral en el monumento, añadió que tanto el acto en el monumento, al que asistió el viceministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Morris Rosenberg, como la solicitud de la nacionalidad para Paivio son una señal de que “España recuerda y está agradecida”.

Michael Petrou, un periodista canadiense que ha escrito un libro sobre el batallón Mackenzie-Papineau, también dijo que el inicio de los trámites para conceder la nacionalidad española a Paivio “es un reconocimiento de que España también es su hogar tal y como dijo Dolores Ibarruri”.

Petrou destacó que la historia de los voluntarios canadienses en la Guerra Civil española no es bien conocida en Canadá, en parte porque las autoridades canadienses del momento se opusieron a su apoyo a la República española por considerarlos comunistas.

“No son tan bien conocidos como deberían serlo. Muchos de los voluntarios eran inmigrantes, bastante pobres. Ninguno de los voluntarios fue reconocido de forma apropiada pero especialmente en el caso de los canadienses no recibieron el reconocimiento que creo que se merecen”, añadió Petrou.

Para luchar en España, Paivio, como el resto de sus más de 1.500 compatriotas, tuvieron que saltarse las leyes canadienses del momento, ya que en 1937 Ottawa prohibió la participación de sus ciudadanos en conflictos extranjeros.

Ottawa también impidió que muchos de los voluntarios regresasen a Canadá hasta el final de la Guerra Civil española en 1939.

En el caso de Paivio, el canadiense fue capturado en abril de 1938 por soldados italianos. Cuando iba a ser fusilado junto con otros 15 republicanos, un oficial decidió detener la ejecución para canjearlos por prisioneros italianos.

Sin embargo, Paivio fue enviado a una prisión hasta el final de la guerra.

Tras volver a Canadá, Paivio se alistó en el ejército canadiense para luchar contra Hitler en Europa pero su pasado como voluntario en el batallón Mackenzie-Papineu hizo que las autoridades canadienses le mirarán con recelo.

No sólo eso, como Petrou descubrió al investigar para su libro “Renegades: Canadians in the Spanish Civil War”, Paivio y otros brigadistas canadienses “fueron espiados por la Policía Montada durante décadas después de la Guerra Civil española”.

Ahora, casi 75 años después de acudir a España, el último voluntario canadiense de la Guerra Civil que sobrevive podrá lucir con orgullo la ciudadanía española como señal de agradecimiento.

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Fuente:  Diario El popular (Canadá)