Bolivia, punto de partida para frenar el golpismo de la ultraderecha en el mundo PDF Imprimir E-mail
Imperio - Latinoamérica
Escrito por Javier Lezaola   
Miércoles, 11 de Noviembre de 2020 18:12

Evo Morales vuelve esta semana al Estado latinoamericano encabezando una caravana triunfal para celebrar la victoria de Luis Arce en las presidenciales del pasado 18 de octubre: “El 11 salí de Chimoré para salvar la vida y el 11 volveré con vida a Chimoré”.

El candidato del MAS (Movimiento Al Socialismo), Luis Arce, ha tomado posesión del cargo de presidente de Bolivia este domingo en La Paz, y lo ha hecho tras recibir las “bendiciones” de la Pachamama [Madre Tierra] y del Tata Inti [Padre Sol] en un ritual ancestral, y esta vez también oficial, de ofrenda y agradecimiento a la Pachamama y al Tata Inti, oficiado por las mama t’allas y los amautas, autoridades indígenas, a primeras horas de la mañana en la plaza Murillo de la ciudad boliviana.

“Ha llegado la esperanza, el tiempo del nuevo Jacha Uru, tiempo para recuperar la dignidad y la identidad de nuestro pueblo. ¡Jallalla Bolivia! [¡Viva Bolivia!]”, ha manifestado en sus redes sociales David Choquehuanca, el vicepresidente electo –de origen aymara–, que ha compartido ceremonia con Arce. Las autoridades indígenas han pedido a la Pachamama y al Tata Inti unidad y reconciliación para Bolivia y sabiduría para los nuevos gobernantes, que vienen prometiendo un Gobierno de unidad y de conciliación, así como que no habrá persecución contra los opositores. Arce y Choquehuanca también vienen comprometiéndose a poner en marcha próximamente tanto un bono contra el hambre o una canasta familiar para las personas más vulnerables como un nuevo impuesto para las personas con patrimonios de más de cinco millones de dólares, así como a ratificar la prohibición de los despidos y a industrializar recursos naturales bolivianos como el litio, los hidrocarburos y la energía eléctrica.

Además de la toma de posesión de Arce, este domingo en Bolivia ha tenido lugar la firma de la Declaración de la Paz, en la que líderes y exlíderes de Europa y Latinoamérica han asegurado que la democracia “está amenazada” y que su principal amenaza es el “golpismo de la ultraderecha”, una ultraderecha que “se expande a nivel global” promoviendo “desestabilizaciones y formas antidemocráticas de acceso al poder”. Los firmantes, europeos –Pablo Iglesias y José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Alexis Tsipras, de Grecia; Jean-Luc Mélenchon, de Francia y Catarina Martins, de Portugal– y latinoamericanos –Luis Arce y Evo Morales, de Bolivia; Alberto Fernández, de Argentina, Dilma Roussef, de Brasil, Rafael Correa y Andrés Arauz, de Ecuador; Daniel Jadue, de Chile, y Gustavo Petro, de Colombia–, han afirmado su “compromiso histórico” de hacer frente a esa amenaza que representa el golpismo de ultraderecha trabajando “conjuntamente” por la “defensa de la democracia, la paz, los derechos humanos y la justicia social”.
Caravana triunfal

Uno de los firmantes de la Declaración de La Paz, el líder del MAS y expresidente de Bolivia, Evo Morales, anunciaba este sábado desde Argentina que, para celebrar la victoria de Arce y Choquehuanca en las presidenciales del pasado 18 de octubre, esta semana vuelve a Bolivia encabezando una caravana triunfal de 800 vehículos que partirá de la ciudad de Villazón –en el departamento de Potosí– este lunes, 9 de noviembre, y, 1.100 kilómetros después, llegará a la de Chimoré –en el departamento de Cochabamba– este miércoles, 11 de noviembre, cuando se cumplirá un año de su salida de Bolivia, debida precisamente al golpismo de la ultraderecha. “El 11 [de noviembre de 2019] salí de Chimoré para salvar la vida y el 11 [de noviembre de 2020] volveré con vida a Chimoré”, ha avanzado Morales. La caravana partirá de la ciudad boliviana de Villazón porque es fronteriza con la ciudad argentina de La Quiaca, donde el líder del MAS y quien fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, serán despedidos por otro de los firmantes de la Declaración de La Paz, el presidente de Argentina, Alberto Fernández.

Los firmantes de la Declaración de la Paz –iniciativa de Luis Arce, presidente de Bolivia; Pablo Iglesias, vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno de coalición de España, y Alberto Fernández, presidente de Argentina– han alertado sobre que la crisis derivada de la grave pandemia que golpea a la humanidad ha puesto en evidencia “la fragilidad de los sistemas de salud y de los servicios públicos; la erosión, resultado de años de neoliberalismo, de los mecanismos de protección social con los que cuentan los Estados; la insostenibilidad social, económica y ecológica de los modelos dominantes de extracción para exclusivo beneficio empresarial; y, con una intensidad especialmente preocupante, los peligros a los que se enfrentan los sistemas democráticos en todo el mundo”. Todos ellos confían en que Bolivia sea el punto de partida para encarar los retos pendientes y así frenar el golpismo de la ultraderecha en el mundo.

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FUENTE: La Última Hora