En el 80 aniversario de la II República. Manifiesto UCR Imprimir
III República - Manifiestos
Escrito por UCR   
Miércoles, 30 de Marzo de 2011 06:00

Unidad Cívica por la República     Este 14 de Abril de 2.011 posee ese nervio de las fechas que historian y numeran décadas. Hogaño, nada menos que ya ocho, desde aquella alborada de 1.931 en que la Cultura, la Moral y la Política, aliadas al Derecho, parieron por segunda vez en nuestro país el único sistema compatible en plenitud e integridad con la Democracia: ese sistema de doctrina y práctica al que llamamos República.

 

     Nadie con honradez intelectual y aptitud de discernimiento puede ignorar, dicho en otras palabras, que el fin natural de una sociedad democrática es la República. Diferente y funesto asunto es que la coalición bastarda de epulones reaccionarios, eclesiásticos infieles a su evangelio, militares corrompidos por el miedo al pueblo o adoctrinados en el fascismo, linajudos terratenientes -–y véase que no hablamos de "todos" los ricos, religiosos, mílites o propietarios, sino de una numerosa parte de los mismos--, diferente cuestión es, decimos, que dicha coalición o contubernio haya logrado en el siglo XIX y en el XX reponer en el trono una y otra vez a los Borbones tras traicionar y fusilar a la I y la II Repúblicas. Mas esa infausta realidad sólo prueba la inmadurez histórica y política de España, con la voluntad popular aherrojada por tal alianza de poderes bastardos.

     En un tiempo, pues, en que las monarquías semejan una especie en extinción (sucesivamente, va habiendo una menos, nunca una más), nuestro país se constituye en excepción mundial, pues ya han arribado cuatro veces dichos Borbones, tres de ellas como resultado de feroces guerras civiles o/y golpes militares, otra tras el sainete de abdicaciones de Carlos IV y su abyecto hijo Fernando VII, aquellos cobardones ("león en casa, liebre en la plaza") que cedieron la Corona de España al Emperador de Francia.

     La presente monarquía que soportamos constituye, por otra parte, auténtico esperpento. Pues su insana "legitimidad" originaria deriva del dedo del dictador que logró serlo gracias a Hitler y Mussolini, conculcando incluso las reglas de la dinastía y colocando a un monarca, Juan Carlos, a cambio de que obedeciese mansamente a dicho dictador, traicionando a su propio padre y jurando solemnemente los "Principios" fascistas del llamado "movimiento nacional".

   Conviene aquí poner en su sitio la media verdad (con frecuencia "la mayor mentira es la mitad de la verdad") de que los españoles votaron sí a Juan Carlos en el referéndum de 6 de diciembre de 1.978 que dio vía a la Constitución de 27 del mismo mes, entrada en vigor dos días después. Pues la automitificada "transición" fue en realidad "transacción", con una serie de trágalas impuestas en tal Constitución por los francofascistas (y, si no, no dejaban paso, no permitían la democracia, y ahí estaba el Ejército de Franco vigilando y amenazante lustros después de morir el césar marroquí). Para imponer las trágalas y guetos (entre los que destaca la ignominiosa no rehabilitación de los últimos soldados de la República, los guerrilleros antifascistas o "maquis", héroes en toda Europa menos acá) estaban "padres" de dicha Ley Máxima como Fraga. Que en toda Europa, del Este y del Oeste, excepto aquí, hubiera sido juzgado como criminal tipo Pierre Laval o Philippe Pétain, pero aquí es Presidente de un partido como el PP.

     La monarquía hereditaria, en fin, transgrede la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ninguna desigualdad "al nacer", Artículo 1º; y ello "sin distinción de ninguna índole, ni por origen ni por nacimiento", Artículo 2º). También transgrede el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ídem, Artículos 2 y 25); y el propio Artículo 14 de la actual Constitución Española (ídem, igualdad jurídica sin discriminación, recogido también en el Artículo 7 de la citada Declaración Universal de DHs). Conculca incluso el Artículo 1 de la Constitución (la igualdad como "valor superior" de nuestro ordenamiento jurídico), el 9 (la igualdad ha de ser "real y efectiva") y el 23 ("derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos").

     Por todo esto, por la dignidad colectiva, porque tenemos que rescatar siglos, porque el Rey nunca habla de la corrupción y el enriquecimiento sospechosamente rápido, Unidad Cívica por la República convoca a la ciudadanía a una apuesta de Futuro y Regeneración, a ser ciudadanos informados, críticos y activos que luchen por una Democracia sin "atados y bien atados", laica y sin privilegios para ninguna religión, social como aquella "República de trabajadores" de 1.931. Y este Porvenir y Regeneración tiene un nombre: III República.

   Reclamamos, en fin, como en Italia y Grecia tras sus dictaduras fascistas, un referéndum monarquía/república. España está y estará en interinidad mientras no haya tal referéndum, sin el cual un eventual Felipe VI sería sencillamente ilegítimo. La República dos veces llegó democráticamente y sin gota de sangre. Ésta sí la vertieron quienes la acuchillaron. Mas decía Emilio Castelar que la República la trae una conjura de la Sociedad, la Naturaleza y la Historia. Cabe añadir que los humanos amamos lo que necesitamos. Por eso amamos la República.