¿Qué hacemos los republicanos? PDF Imprimir E-mail
III República - III República
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Sábado, 08 de Diciembre de 2012 00:00

6D manifestación en Madrid por la III RepúblicaLa advertible disminución de manifestantes en la convocatoria de protesta en Madrid contra la Constitución monárquica de 1978, nos debe obligar a plantearnos lo que estamos haciendo para conseguir terminar con la llamada transición. Esa transición dura ya 37 años, desde el sainetesco fallecimiento del dictadorísimo por muerte natural, después de 36 años de régimen personal y criminal. Lo llamo sainetesco por las escenas producidas durante su interminable agonía y por las colas mantenidas día y noche para desfilar ante su guiñapo disfrazado de capitán general.

En las llamadas repúblicas bananeras terminaron violentamente con sus dictadores. Aquí se lloró al nuestro, mientras los cardenales, militares, grandes empresarios, terratenientes y periodistas agradecidos ensalzaban su régimen, y una importante parte del pueblo los acompañaba haciendo el papel de plañideras inconsolables.

Han pasado 37 años, y la monarquía que él instauró ha demostrado su incapacidad para todo lo que no sea enriquecer a sus miembros a cualquier costa. Dado que la persona del rey es inviolable, incriticable, irresponsable e improcesable nadie se cuestiona saber cómo ha amasado su fortuna de 1.800 millones de euros, según estimaciones de la revista Forbes, pero es público que el único yerno que le queda está procesado por la comisión de varios delitos económicos, y su mujer y cómplice no lo está, al menos hasta ahora, debido a ser infanta de España, aunque es obligadamente lógico pensar que los chanchullos del marido eran secundados por su mujer y alentados por su suegro.

En esta situación se convoca la manifestación del 6 de diciembre contra la Constitución monárquica, y acude menos gente que en años anteriores. La historia demuestra que no deben esperarse decisiones sensatas de un pueblo capaz de gritar “¡Vivan las caenas!” en defensa del absolutismo borbónico criminal, y de soportar una dictadura sanguinaria hasta que se murió de viejísimo el tirano. Sin embargo, cabía suponer un cambio de actitud en la actual coyuntura, tras los escándalos de la familia irreal al completo, con el reconocimiento público de sus errores por parte del mismísimo rey cazador y conquistador (de países no, de zorras), y el descrédito internacional conseguido por la monarquía española. Era posible sospechar que la manifestación contra su Constitución sería multitudinaria. Sucedió lo contrario.

 

No existimos para nadie

 

A la misma hora estaba convocada en Madrid otra manifestación de signo contrario, en apoyo de la Constitución como garante de la unidad de España. Ignoro cuántos fachas acudieron, porque estuve donde tenía que estar. Los medios de comunicación escritos y audiovisuales han informado ampliamente sobre la manifestación de la extrema derecha, mientras que han silenciado por completo la republicana de izquierdas. Nos ignoran porque no les demostramos tener ninguna autoridad para merecer que nos tomen en serio. Incluso es preferible que no asistan a nuestras manifestaciones, para que no escuchen lo que gritamos.

¿Dónde estaban los republicanos madrileños? No creo que la mayoría de ellos estuviera de puente. Más bien parece presumible que están desencantados y se quedan en casa. Es comprensible. Llevamos 37 años de transición desde la dictadura personal, bajo la monarquía instaurada por el dictadorísimo. Esta transición tiene que concluir con la recuperación de la legalidad constitucional cercenada en 1939 por el triunfo de los militares monárquicos sublevados, gracias al apoyo con armamento y tropas por parte de las naciones nazifascistas y con el dinero aportado por el Vaticano. Es demasiado tiempo, capaz de hacer perder las esperanzas de volver a ser ciudadanos libres, para los cada vez menos testigos vivos de aquella época feliz, y de conocer el significado de la libertad para los que nacimos bajo la dictadura.

No sirve para nada práctico acudir año tras años a unas manifestaciones, en abril y en diciembre, en las que coreamos eslóganes tontorrones forzados por el ripio, como el proponer echar “los borbones, a los tiburones”. ¿Dónde encontramos tiburones en nuestras costas? Encima habría que trasladarlos a lugares exóticos. ¿Y qué culpa tienen los tiburones para que pretendamos hacerles cargar con ellos? Así no conseguimos otra cosa que aburrir a los republicanos sinceros, y divertir a la familia irreal cuando vea los vídeos grabados por su policía. Los medios de comunicación de masas nos ignoran, porque no pueden tomarnos en serio. Resultaría tan simplón como falso argumentar que todos los medios de comunicación de masas son de ultra derecha, y por ese motivo no se ocupan de nosotros.

Debiéramos imponernos una meditación a fondo. Si no cambiamos, la transición continuará por toda la eternidad, puesto que el protesicado monarca dispone de recambios, no solamente para sus articulaciones averiadas, sino para su régimen político. Ya los están preparando los medios de comunicación, porque para eso les pagan, y no pasamos unos tiempos como para despreciar una ayuda, venga de donde venga. Ni siquiera los periodistas despedidos se unieron a nosotros.

 

Hemos fallado

 

Preciso es reconocerlo: hemos fallado. Durante los 36 años de dictadura las instituciones republicanas en exilio realizaron una importante labor propagandística, de la que no se informaba en el interior, debido a la cerrada censura impenetrable. Pero cometieron el error de autodisolverse el 21 de junio de 1977, tras las elecciones a Cortes Constituyentes celebradas en España el día 15, sin la participación de republicanos, porque seguíamos estando perseguidos y encarcelados por los policías de la dictadura reciclados con nuevos uniformes, pero con idénticas ideas.

Desde entonces, ¿qué hemos hecho los republicanos? Gritar que alguien, nosotros no, desde luego, se ocupe de echar a los borbones a los tiburones. Que alguien, nosotros no, desde luego, ponga fin a la transición. Que alguien, nosotros no, desde luego, grite que los borbones jamás, jamás, jamás. Algún valiente, porque lo matarían como al general Prim, al que acaban de sacar del sarcófago para estudiar su momia. Cuánto mejor sería que alguien resucitara sus ideas.

Los más de doscientos grupúsculos republicanos registrados tenemos bastante con criticarnos entre nosotros. A lo más que llegamos es a elaborar un manifiesto, con las ideas mostrencas habituales. Es impensable concurrir a las elecciones con un partido republicano potente, porque todos los jefes de los grupúsculos quieren ser el líder. Por eso es comprensible que los medios de comunicación de masas nos ignoren, y que la familia irreal se ría a mandíbula borbónica batiente. No merecemos otra cosa.

 

Videos de manifestacion "Por la III república" del  6 de diciembre de 2012

1 Manifestación Por la III República 6-D
2 Manifestación Por la III República 6-D

3 Manifestación Por la III República 6-D

4 manifestación Por la III República 6-D