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La
Revolución
de Asturias
Ángel
Sabroso
5 de octubre 1934. 0
horas
Se
inicia el levantamiento armado revolucionario. La señal: formación del primer
gobierno de las derechas al que accede la CEDA, con 3 ministros de ésta y Gil
Robles como líder “de facto”. El paro y la acción insurreccional habían
sido preparados durante meses.
El
Comité Revolucionario se reúne en Madrid, tras haber contactado socialistas y
comunistas, que habían entrado en las Alianzas obreras en septiembre. No hubo,
a nivel estatal, contactos con la CNT, pero ya ésta había considerado
inoportuno participar y, en Barcelona, uno de sus dirigentes aconseja por radio
a sus militantes que no actúen.
Antes
de que amanezca el día 5, todos los cuartelillos de la Guardia Civil de las
cuencas mineras asturianas son atacados y, a pesar de la feroz resistencia, caen
40 de los 90 de toda la provincia. Al empezar el día 6, la fase que Bernardo Díaz
Nosty denomina “conquista del poder local” ha terminado: el nuevo poder
obrero se expresa, con diversas denominaciones, en los Comités Locales.
Pero
el poder obrero no se extiende por igual a toda Asturias, ni cuenta con el apoyo
activo, sí con la simpatía de los partidos republicanos pequeño-burgueses.
En
Cataluña, se produce el levantamiento del Gobierno autónomo (pequeño-burgués)
contra el Gobierno central radical-cedista, es decir, burgués-oligárquico, con
apoyo, por parte de aquél, de sectores pequeño-burgueses y campesinos.
Mientras que el sector obrero de la Alianza, al no contar con CNT-FAI, es muy
minoritario, excepto en localidades industriales como Sabadell. La huelga, de
todos modos, sí se produce.
Oviedo,
día 6
Las
columnas obreras (aproximadamente 1 millar) se apoderan del semicírculo sur de
Oviedo, frente a fuerzas superiores del ejército y Guardia Civil: 1.500
soldados, 400 de asalto y 100 guardias civiles y carabineros.
14.30
horas. Toma del Ayuntamiento y Hospital Provincial, ya se habían unido Trubia,
Gijón, Mieres, Sama, La Felguera…
Se
organizan el abastecimiento, las reservas militares, hospitales de campaña y
emisiones por Radio Mieres, así como el servicio de ferrocarriles.
Por
el sur, la columna mandada por el general Bosch es paralizada en Vega del Rey.
En
Madrid, el Gobierno está nervioso: el Ministro de la Gobernación “por la
gracia de Lerroux”, asegura a los periodistas que no pasa nada grave, en tanto
que, por presiones de Gil Robles:
SE
ENTREGA EL MANDO DE LA ACCIÓN REPRESIVA, COMO EN 1917, AL GENERAL FRANCO
(gobernador militar de Baleares). Franco hace venir a Yagüe y moviliza al
Tercio de Regulares y al comandante de la Guardia Civil, Doval, especialista en
represión y torturas.
En
Madrid, la huelga es total, pero los intentos de tomar la Telefónica, el
Ministerio de Gobernación, el Parque Móvil y otros edificios, se saldan con un
fracaso total. El Círculo
Socialista de La Guindalera es tomado por fuerzas de Asalto, con muchos
detenidos.
En
Barcelona, en plena huelga, Companys proclama el “Estado Catalán de la República
Federal Española” y pide el establecimiento, en Barcelona, de un Gobierno
provisional de la República. Han sido tomadas Sabadell y Tarrasa, se lucha en
Manresa…
En
Bilbao y toda la ría, también hay huelga total, frustrada en una semana por la
división socialista y la falta de unidad, aunque, en la zona minera, las tropas
no entran hasta el día 11, secundadas por la aviación.
En
la zona minera de León y Palencia, el poder obrero duró, 2, 3 y hasta 4 días.
La
derecha y la Falange, con tal de aplastar la revolución, no dudan en abrazar la
causa republicana: “No hay monárquicos ni republicanos. No hay más que españoles
y traidores que merecen dejar de serlo.” (ABC, 7 de octubre). En la Puerta del
Sol de Madrid, el Consejo Nacional de Falange, con José Antonio en cabeza y la
tricolor desplegada, se ofrece al Gobierno “que nos ha devuelto la unidad de
España”.
Horas
antes, el general Batet, cumpliendo órdenes de Lerroux, ha bombardeado
Barcelona. Dos años después, por haberse creído lo de la defensa de la
legalidad republicana, es mandado fusilar por Franco.
El
Gobierno catalán se rinde y, en su mayor parte, es encarcelado.
Aún
están levantadas Santander, Ferrol, Tueste y Uncastillo (Aragón),
Villarrobledo…
En
las zonas agrarias latifundistas, las consecuencias desastrosas de la huelga de
junio (10.000 detenidos, 191 ayuntamientos socialistas destituídos, clausura de
locales sindicales y casas del pueblo…) hicieron imposible cualquier acción.
Pero los enclaves mineros luchan heroicamente: en La Carolina (Jaén), se
atrincheran en la Casa del Pueblo; huelga total en la cuenca jiennense y en
Riotinto, así como en algunas capitales: Córdoba, Jaén, Málaga.
País
Valencià: la hegemonía de las dos ramas anarcosindicalistas (la mayoría faísta
y los “treintistas”) impidió el levantamiento, aunque hubo huelga masiva en
Murcia y Alicante.
Lunes
8
Se
toman las fábricas de armas de Oviedo y se contraataca en Gijón. El lunes 8
casi toda Oviedo es dominada.
Las
tropas de López Ochoa, rechazadas cerca de Trubia, marchan desde Avilés,
protegidas por 21 aviones y con los prisioneros maniatados en cabeza de la
columna (así murió, entre otros, el dirigente socialista Bonifacio Martín)
El
día 8, como en 1917, el Comité Coordinador (socialista) es detenido. Escapan
Prieto (que ya se las había apañado en 1917 y 1930), Negrín y Álvarez del
Vayo. Companys se entrega el 14; el martes 9 es detenido Azaña.
Día
10
Los
revolucionarios aún dominan Oviedo.
Tarde
del jueves 11
López
Ochoa entra en Oviedo. Ya en la madrigada del 10, el crucero “Cervantes”
desembarca en Gijón a las tropas mercenarias de África: varios millares,
mandados por Yagüe, arrasan Gijón y marchan sobre Oviedo.
El
mismo día, los socialistas Peña, Dutor y Antuña, proponen organizar la
retirada, en contra de la postura, expresada en el Comité Provincial del día
11, por los comunistas y el anarquista José María Martínez, muerto a los
pocos días, “en condiciones sospechosas”, según Tuñón de Lara. Todos
aceptaron, finalmente, la proposición de González Peña.
Día
12
Se
produce la retirada y se forma el 2º Comité, formado en su mayoría por jóvenes
comunistas.
Este
Comité organiza militarmente la retirada, combatiendo “casa por casa” y no
“calle por calle”. Es el periodo llamado por David Ruiz “5ª fase”.
Regulares
y Cazadores asaltan Oviedo, protegidos por la aviación y la artillería.
Día
13
Dos
muchachas, Aida Lafuente y una “sirvienta”, armadas de una ametralladora,
cierran el acceso a la iglesia de San Pedro de Arcos. Palmo a palmo llegan los
legionarios, mandados por el teniente ruso-blanco Iván Ivanov: las rematan a
bayonetazos. El mismo Ivanov asesina vilmente, semanas después, al periodista
Luis de Sirval.
Los
mineros se van retirando; se constituye el tercer Comité Provincial, formado
por socialistas y comunistas, con participación de la CNT, aunque sin mandato
confederal. Preside Belarmino Tomás. Deciden instalarse en Sama.
Los
mineros de Oviedo resisten 48 horas más en el barrio de San Lázaro.
Yagüe
no entra en Trubia hasta el 17.
Día
18
Negociación
entre Belarmino Tomás y López Ochoa: el Comité acepta deponer las armas;
condición esencial: que las fuerzas coloniales mercenarias no entren en cabeza.
Condición que, lógicamente, no se cumplió, en contra del criterio, al
parecer, del propio López Ochoa.
Belarmino
y el Comité (2 socialistas y 2 comunistas) se dirigen a los mineros: “La
lucha entre el capital y el trabajo no ha terminado, ni podrá terminar, en
tanto que los obreros y campesinos no sean dueños absolutos del poder. El hecho
de organizar la paz con nuestros enemigos no quiere decir que reneguemos de la
lucha de clases. No. Lo que hoy hacemos es, simplemente, u
alto en el camino, en el cual subsanaremos nuestros errores para no
volver a caer en los mismos…”
El
último llamamiento del Comité Provincial a todos los trabajadores de Asturias,
firmado en Sama el mismo día 18 de octubre, terminaba así:
“NOSOTROS,
CAMARADAS, OS RECORDAMOS ESTA FRASE HISTÓRICA:«AL PROLETARIADO SE LE PUEDE
DERROTAR, PERO JAMÁS VENCER».”
CONTEXTO Y POSIBLES CAUSAS
El
14 de abril de 1931 se da en España una quiebra del antiparlamentarismo y del
ascenso de las derechas, que se produce en buena parte de Europa, secuelas de la
Primera Guerra Mundial, la Revolución de Octubre del 17 y la crisis financiera
del 29:
-
autoritarismo en los países bálticos
-
dictaduras: Mussolini en Italia; Ioannis Metaxas en Grecia; Salazar en
Portugal; las monárquicas de Yugoslavia y Rumanía; Horty en Hungría y
Pildsusky en Polonia.
En
1931, triunfo histórico de los conservadores en Inglaterra.
Profunda
inestabilidad en Francia.
5.3.1933.
Hitler alcanza el poder.
1934.
Aplastamiento de las izquierdas en Austria, por el gobierno del
social-cristiano-fascista Engelbert Dollfuss, posteriormente asesinado por los
nazis.
30.6.34.
“Noche de los cuchillos largos”, en Alemania.
EN
ESPAÑA:
Ya
desde la primavera de 1931, el sector ultramontano y mayoritario de la jerarquía
eclesiástica (Gomá, Segura) y el “alma mater” de Acción Católica, la
Asociación Católica Nacional de Propagandistas, los diarios “El Debate” y
“Ya”…, Ángel Herrera Oria, más tarde cardenal, conspiran contra la República,
llamando incluso a la Cruzada.
10.8.1932.
Sanjurjada fallida.
Nov.
1933. Triunfo de las derechas e inmediata y brutal ofensiva de la patronal,
condenada incluso por Gil Robles; Salazar Alonso, ministro de Gobernación,
destituye a los ayuntamientos de izquierdas y apoya a la patronal contra los
trabajadores del campo (“¡Comed República!”), intenta prohibir las
actividades políticas a los menores de edad (23 años), persigue a las
organizaciones y sindicatos de izquierdas…
Esta
situación hace que los socialistas, desde 1933, vayan cambiando de estrategia,
así como el PCE flexibiliza sus posiciones respecto a la socialdemocracia, lo
cual se traduce en un acercamiento entre Juventudes Socialistas y Comunistas,
con acciones unitarias puntuales: huelgas contra concentraciones cedistas en
Asturias y en Madrid, mitin conjunto en el Stadium de Madrid…
Este
cambio de estrategia del PSOE se evidencia en los textos de Largo Caballero,
Araquistain, incluso en el discurso de Prieto del 6.2.1934: “Hágase cargo el
proletariado del poder…” Pero, según Tuñón de Lara, el programa
socialista no iba más allá de una radicalización de la República, con el fin
de lograr una vuelta a la legitimidad republicana del 31 (burguesa, por
supuesto).
El
acercamiento PSOE-PCE facilitaría la creación de las ALIANZAS revolucionarias,
junto con otras organizaciones obreras.
Pero
sólo en Asturias el espíritu de lucha fue unitario: comunistas, poumistas,
socialistas “prietistas”, “caballeristas”, UGT, CNT, FAI, Bloque Obrero
y Campesino. Todos, cada uno a su manera, tenían en Asturias, como objetivo, el
poder obrero: “La singularidad de la Comuna asturiana fue la coexistencia
temporal de diversas fórmulas socialistas, correspondientes a las diversas
formas que hubo de poder local (Marta Bizcarrondo).
LA REPRESIÓN.
“…
Estimo que es necesario que usted acepte estas otras condiciones: que no haya
represalias, salvo las que se deriven de la acción de los tribunales de
justicia; que, a la salida de las fuerzas de Oviedo para entrar en la cuenca, no
vayan en cabeza ni el Tercio ni los Regulares (…). Aceptadas las dos
condiciones.”
(Conversación
entre Belarmino Tomás y el general López Ochoa, con que se daba fin a la
Revolución de octubre en Asturias. “El Socialista”, 12 enero 1936;
sorprendentemente, no se había publicado antes.)
Carta de las mujeres
asturianas (fragmento):
“La
mayor parte de las mujeres asturianas llevamos desde hace tiempo (va para quince
meses), la vida más triste y miserable que imaginarse puede. Solamente nosotras
conocemos nuestros sufrimientos, sufrimientos de madres y compañeras, que ven a
sus compañeros entre rejas y contemplan con dolor la miseria de sus hogares.
Es
verdad que estamos débiles, que la miseria visita nuestros hogares, que vemos
con dolor el hambre de nuestros hijos, famélicos y medio desnudos… pero ello
no es suficiente para que depongamos nuestra actitud rebelde ante los desafueros
de los verdugos.
Las
mujeres asturianas, a las cuales nos arrebataron a nuestros compañeros, estamos
hoy como siempre, y más aún, contra esa canalla que nos sumió en ese estado
de cosas. Nosotras no podemos olvidar jamás las injusticias cometidas por los
representantes del “orden”; tendremos siempre las cárceles donde encerraron
a los padres de nuestros pequeñuelos, inculcando en ellos el odio hacia todo lo
malo y perverso y corrompido que es causa de nuestra miseria. Recordamos a los
del tricornio y la porra que, con odio torturaron a nuestros compañeros.
Pero
hoy todo toca a su fin. Hoy pasamos con la mitad del alimento necesario; no
podemos cubrir nuestros cuerpos decentemente; carecemos de unos céntimos para
poder pagar el tren y llevar a nuestros hijos a las puertas de las cárceles,
para que vean allí a sus padres, a los honrados productores enjaulados como
fieras.
Nos
miráis con odio cuando vamos a la cárcel a ver a nuestros compañeros.
Llevamos descaros, sufrimientos, privaciones. Pero nada nos asusta. No conseguiréis
nada de vuestros malísimos intentos. NO nos cansaremos de socorrer a nuestros
presos. Tendremos que ir descalzas, pero no dejaremos de ir a verlos en ningún
momento, porque estamos dispuestas al sacrificio.”
(fragmento
del original publicado en Solidaridad Obrera, 23 de enero del 36).
DOVAL, EL TORTURADOR
15 de abril de 1888: nace
Lisardo Doval en Seijo (La Coruña).
1912. Soldado en
Marruecos.
1915. Ingresa en la
Guardia Civil.
1917. Jefe de línea en
Gijón. Participa en le represión de la huelga general. La “vox populi” le
atribuyó el asesinato de una niña. En Asturias continúa hasta 1922.
Frecuentes choques de sus fuerzas con los sindicatos gijonenses.
1922-23. Lo envía a
Costa Rica para montar un cuerpo similar a la Guardia Civil. La prensa local de
izquierdas le acusa de haber herido a un hombre en una reyerta.
1926. Regresa a Asturias,
tras cumplir otros destinos. En el último periodo de la Dictadura: capitán de
una compañía, en Sama. Frecuentes enfrentamientos con los mineros: se le acusa
de haber participado personalmente en palizas a trabajadores detenidos por la
Guardia Civil.
1930. Fuerzas a su mando
reprimen la huelga revolucionaria. Los sindicalistas de Gijón intentan matarlo,
pero fracasan.
1932. Participa en el
complot de Sanjurjo y es condenado por rebelión militar y cesado del servicio.
Abril de 1934.
Rehabilitado y ascendido a comandante.
Septiembre de 1934. Pasa
a la alta Comisaría de España en Marruecos.
19 de octubre, 1934. El
Ministerio de la Gobernación dispone que Doval sea enviado de inmediato a
Asturias, donde se hará cargo del orden público, la organización de la
represión y la recuperación de armas. El 23 de octubre se presenta en Oviedo:
forma 5 “cuerpos móviles”, dirige personalmente la represión e interviene
personalmente en persona, al menos, en 48 casos de torturas.
1ª semana de diciembre.
Cesado en su cargo y reenviado a Marruecos. Se le atribuye la frase:
“Asturias, Marruecos… ¡Bah!, sólo cambia el paisaje.”
1935. Solicita un
permiso. Recorre Cuba, EE.UU. y Centroamérica.
1936. Al producirse el
golpe militar, regresa a España por Portugal. Reúne en Ávila una columna de
voluntarios y guardias civiles. Las fuerzas republicanas destrozan su unidad en
Pegueritos. Sometido en territorio nacional a Consejo de Guerra por cobardía
ante el enemigo. Al final de la guerra se exilia en Venezuela.
LOS HISTORIADORES ANTE LA REPRESIÓN
Manuel Tuñón de Lara:
“Pero, mientras todo el mundo conocía el fusilamiento de unos Hermanos de la
Doctrina Cristiana en Turón, de un ingeniero, etc., nadie sabrá jamás los
nombres de los centenares de ejecutados sin formación de causa por las fuerzas
mercenarias, de los asesinatos a culatazos en los cuartelillos de la Guardia
Civil, de los heridos a quienes se dejó morir por falta de asistencia.”
(La España del s. XX. Pág.
369)
Luis Araquistáin: “…
En cambio, la censura no permitió que los periódicos dijeran nada de los crímenes
sin nombre y sin número de que fueron víctimas los revolucionarios y muchos
neutrales inocentes, incluso mujeres y niños, de los fusilamientos sin formación
de causa; de los asesinatos como el de Luis de Sirval (periodista); de los
variadísimos y terribles tormentos, que acreditan una sevicia patológica difícil
de explicar en una nación que se dice civilizada”.
(“Leviatán, febrero,
1936. “Glosas del mes”)
David Ruiz: “La
violenta represión que se desató en Asturias no se produjo de modo espontáneo.
Un sector de la prensa y algunos diputados de las Cortes fueron los que mayor
presión ejercieron sobre el gobierno.”
Stanley G. Payne (mentor,
“padre espiritual”, “madre putativa”… de los eximios Pío Moa, César
Vidal y los que vengan detrás): “La represión, inmediatamente después del
fracaso de la revolución, promovió una enorme campaña de propaganda
izquierdista que exageró el alcance de la represión e inflamó los ánimos.”
(La revolución española, pág. 164, 1971)
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BIBLIOGRAFÍA
Azaña, Manuel. Causas de
la guerra de España. Prólogo de Gabriel Jackson (Crítica, 1986)
Beevor, Anthony. La
Guerra Civil española (capítulo II) (Crítica, 2005)
Casanova, Julián. De la
calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931-1939) (Crítica 1997)
Del Rosal, Amaro. 1934:
el movimiento revolucionario de octubre (España sin espejo, Akal 1983)
Palacios, J. La España
totalitaria. Las raíces del franquismo. (Planeta 1999)
Pla, Josep. La II República
española. (Destino 2006)
Ruiz, David. Insurrección
defensiva y revolución obrera (El octubre español del 34) (Labor 1988)
Tamames, Ramón. La República.
La era de Franco (Historia de España, Alfaguara 1981)
Témine, E. y otros.
Historia de la España contemporánea (Ariel Historia 1982)
Termes, Josep. De la
Revolució de Setembre a la fi de la Guerra Civil (1868-1939) (Edicions 1962)
Thomas, Hugh. La Guerra
Civil española (3 tomos) (Debolsillo 2006)
Tuñón de Lara, Manuel.
La II República (Siglo XXI 1976)
“ “
“ .
La España del siglo XX. (Vol. II) (Laia 1977).