Correo  

Alameda, 5. 2º Izda. Madrid   28014 Teléfono:  91 420 13 88 Fax: 91 420 20 04     

 

 
La Revolución de Asturias

Ángel Sabroso

5 de octubre 1934. 0 horas

 Se inicia el levantamiento armado revolucionario. La señal: formación del primer gobierno de las derechas al que accede la CEDA, con 3 ministros de ésta y Gil Robles como líder “de facto”. El paro y la acción insurreccional habían sido preparados durante meses. 

El Comité Revolucionario se reúne en Madrid, tras haber contactado socialistas y comunistas, que habían entrado en las Alianzas obreras en septiembre. No hubo, a nivel estatal, contactos con la CNT, pero ya ésta había considerado inoportuno participar y, en Barcelona, uno de sus dirigentes aconseja por radio a sus militantes que no actúen. 

Antes de que amanezca el día 5, todos los cuartelillos de la Guardia Civil de las cuencas mineras asturianas son atacados y, a pesar de la feroz resistencia, caen 40 de los 90 de toda la provincia. Al empezar el día 6, la fase que Bernardo Díaz Nosty denomina “conquista del poder local” ha terminado: el nuevo poder obrero se expresa, con diversas denominaciones, en los Comités Locales. 

Pero el poder obrero no se extiende por igual a toda Asturias, ni cuenta con el apoyo activo, sí con la simpatía de los partidos republicanos pequeño-burgueses. 

En Cataluña, se produce el levantamiento del Gobierno autónomo (pequeño-burgués) contra el Gobierno central radical-cedista, es decir, burgués-oligárquico, con apoyo, por parte de aquél, de sectores pequeño-burgueses y campesinos. Mientras que el sector obrero de la Alianza, al no contar con CNT-FAI, es muy minoritario, excepto en localidades industriales como Sabadell. La huelga, de todos modos, sí se produce. 

Oviedo, día 6 

Las columnas obreras (aproximadamente 1 millar) se apoderan del semicírculo sur de Oviedo, frente a fuerzas superiores del ejército y Guardia Civil: 1.500 soldados, 400 de asalto y 100 guardias civiles y carabineros. 

14.30 horas. Toma del Ayuntamiento y Hospital Provincial, ya se habían unido Trubia, Gijón, Mieres, Sama, La Felguera… 

Se organizan el abastecimiento, las reservas militares, hospitales de campaña y emisiones por Radio Mieres, así como el servicio de ferrocarriles. 

Por el sur, la columna mandada por el general Bosch es paralizada en Vega del Rey. 

En Madrid, el Gobierno está nervioso: el Ministro de la Gobernación “por la gracia de Lerroux”, asegura a los periodistas que no pasa nada grave, en tanto que, por presiones de Gil Robles:

SE ENTREGA EL MANDO DE LA ACCIÓN REPRESIVA, COMO EN 1917, AL GENERAL FRANCO (gobernador militar de Baleares). Franco hace venir a Yagüe y moviliza al Tercio de Regulares y al comandante de la Guardia Civil, Doval, especialista en represión y torturas. 

En Madrid, la huelga es total, pero los intentos de tomar la Telefónica, el Ministerio de Gobernación, el Parque Móvil y otros edificios, se saldan con un fracaso total.  El Círculo Socialista de La Guindalera es tomado por fuerzas de Asalto, con muchos detenidos. 

En Barcelona, en plena huelga, Companys proclama el “Estado Catalán de la República Federal Española” y pide el establecimiento, en Barcelona, de un Gobierno provisional de la República. Han sido tomadas Sabadell y Tarrasa, se lucha en Manresa… 

En Bilbao y toda la ría, también hay huelga total, frustrada en una semana por la división socialista y la falta de unidad, aunque, en la zona minera, las tropas no entran hasta el día 11, secundadas por la aviación. 

En la zona minera de León y Palencia, el poder obrero duró, 2, 3 y hasta 4 días. 

La derecha y la Falange, con tal de aplastar la revolución, no dudan en abrazar la causa republicana: “No hay monárquicos ni republicanos. No hay más que españoles y traidores que merecen dejar de serlo.” (ABC, 7 de octubre). En la Puerta del Sol de Madrid, el Consejo Nacional de Falange, con José Antonio en cabeza y la tricolor desplegada, se ofrece al Gobierno “que nos ha devuelto la unidad de España”. 

Horas antes, el general Batet, cumpliendo órdenes de Lerroux, ha bombardeado Barcelona. Dos años después, por haberse creído lo de la defensa de la legalidad republicana, es mandado fusilar por Franco. 

El Gobierno catalán se rinde y, en su mayor parte, es encarcelado. 

Aún están levantadas Santander, Ferrol, Tueste y Uncastillo (Aragón), Villarrobledo… 

En las zonas agrarias latifundistas, las consecuencias desastrosas de la huelga de junio (10.000 detenidos, 191 ayuntamientos socialistas destituídos, clausura de locales sindicales y casas del pueblo…) hicieron imposible cualquier acción. Pero los enclaves mineros luchan heroicamente: en La Carolina (Jaén), se atrincheran en la Casa del Pueblo; huelga total en la cuenca jiennense y en Riotinto, así como en algunas capitales: Córdoba, Jaén, Málaga. 

País Valencià: la hegemonía de las dos ramas anarcosindicalistas (la mayoría faísta y los “treintistas”) impidió el levantamiento, aunque hubo huelga masiva en Murcia y Alicante. 

Lunes 8

Se toman las fábricas de armas de Oviedo y se contraataca en Gijón. El lunes 8 casi toda Oviedo es dominada. 

Las tropas de López Ochoa, rechazadas cerca de Trubia, marchan desde Avilés, protegidas por 21 aviones y con los prisioneros maniatados en cabeza de la columna (así murió, entre otros, el dirigente socialista Bonifacio Martín) 

El día 8, como en 1917, el Comité Coordinador (socialista) es detenido. Escapan Prieto (que ya se las había apañado en 1917 y 1930), Negrín y Álvarez del Vayo. Companys se entrega el 14; el martes 9 es detenido Azaña. 

Día 10 

Los revolucionarios aún dominan Oviedo. 

Tarde del jueves 11

López Ochoa entra en Oviedo. Ya en la madrigada del 10, el crucero “Cervantes” desembarca en Gijón a las tropas mercenarias de África: varios millares, mandados por Yagüe, arrasan Gijón y marchan sobre Oviedo. 

El mismo día, los socialistas Peña, Dutor y Antuña, proponen organizar la retirada, en contra de la postura, expresada en el Comité Provincial del día 11, por los comunistas y el anarquista José María Martínez, muerto a los pocos días, “en condiciones sospechosas”, según Tuñón de Lara. Todos aceptaron, finalmente, la proposición de González Peña.  

Día 12 

Se produce la retirada y se forma el 2º Comité, formado en su mayoría por jóvenes comunistas. 

Este Comité organiza militarmente la retirada, combatiendo “casa por casa” y no “calle por calle”. Es el periodo llamado por David Ruiz “5ª fase”. 

Regulares y Cazadores asaltan Oviedo, protegidos por la aviación y la artillería. 

Día 13 

Dos muchachas, Aida Lafuente y una “sirvienta”, armadas de una ametralladora, cierran el acceso a la iglesia de San Pedro de Arcos. Palmo a palmo llegan los legionarios, mandados por el teniente ruso-blanco Iván Ivanov: las rematan a bayonetazos. El mismo Ivanov asesina vilmente, semanas después, al periodista Luis de Sirval.

Los mineros se van retirando; se constituye el tercer Comité Provincial, formado por socialistas y comunistas, con participación de la CNT, aunque sin mandato confederal. Preside Belarmino Tomás. Deciden instalarse en Sama. 

Los mineros de Oviedo resisten 48 horas más en el barrio de San Lázaro. 

Yagüe no entra en Trubia hasta el 17. 

Día 18 

Negociación entre Belarmino Tomás y López Ochoa: el Comité acepta deponer las armas; condición esencial: que las fuerzas coloniales mercenarias no entren en cabeza. Condición que, lógicamente, no se cumplió, en contra del criterio, al parecer, del propio López Ochoa. 

Belarmino y el Comité (2 socialistas y 2 comunistas) se dirigen a los mineros: “La lucha entre el capital y el trabajo no ha terminado, ni podrá terminar, en tanto que los obreros y campesinos no sean dueños absolutos del poder. El hecho de organizar la paz con nuestros enemigos no quiere decir que reneguemos de la lucha de clases. No. Lo que hoy hacemos es, simplemente, u  alto en el camino, en el cual subsanaremos nuestros errores para no volver a caer en los mismos…” 

El último llamamiento del Comité Provincial a todos los trabajadores de Asturias, firmado en Sama el mismo día 18 de octubre, terminaba así: 

“NOSOTROS, CAMARADAS, OS RECORDAMOS ESTA FRASE HISTÓRICA:«AL PROLETARIADO SE LE PUEDE DERROTAR, PERO JAMÁS VENCER».”

CONTEXTO Y POSIBLES CAUSAS 

El 14 de abril de 1931 se da en España una quiebra del antiparlamentarismo y del ascenso de las derechas, que se produce en buena parte de Europa, secuelas de la Primera Guerra Mundial, la Revolución de Octubre del 17 y la crisis financiera del 29: 

-         autoritarismo en los países bálticos

-         dictaduras: Mussolini en Italia; Ioannis Metaxas en Grecia; Salazar en Portugal; las monárquicas de Yugoslavia y Rumanía; Horty en Hungría y Pildsusky en Polonia. 

En 1931, triunfo histórico de los conservadores en Inglaterra. 

Profunda inestabilidad en Francia. 

5.3.1933. Hitler alcanza el poder. 

1934. Aplastamiento de las izquierdas en Austria, por el gobierno del social-cristiano-fascista Engelbert Dollfuss, posteriormente asesinado por los nazis. 

30.6.34. “Noche de los cuchillos largos”, en Alemania. 

EN ESPAÑA: 

Ya desde la primavera de 1931, el sector ultramontano y mayoritario de la jerarquía eclesiástica (Gomá, Segura) y el “alma mater” de Acción Católica, la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, los diarios “El Debate” y “Ya”…, Ángel Herrera Oria, más tarde cardenal, conspiran contra la República, llamando incluso a la Cruzada. 

10.8.1932. Sanjurjada fallida. 

Nov. 1933. Triunfo de las derechas e inmediata y brutal ofensiva de la patronal, condenada incluso por Gil Robles; Salazar Alonso, ministro de Gobernación, destituye a los ayuntamientos de izquierdas y apoya a la patronal contra los trabajadores del campo (“¡Comed República!”), intenta prohibir las actividades políticas a los menores de edad (23 años), persigue a las organizaciones y sindicatos de izquierdas… 

Esta situación hace que los socialistas, desde 1933, vayan cambiando de estrategia, así como el PCE flexibiliza sus posiciones respecto a la socialdemocracia, lo cual se traduce en un acercamiento entre Juventudes Socialistas y Comunistas, con acciones unitarias puntuales: huelgas contra concentraciones cedistas en Asturias y en Madrid, mitin conjunto en el Stadium de Madrid… 

Este cambio de estrategia del PSOE se evidencia en los textos de Largo Caballero, Araquistain, incluso en el discurso de Prieto del 6.2.1934: “Hágase cargo el proletariado del poder…” Pero, según Tuñón de Lara, el programa socialista no iba más allá de una radicalización de la República, con el fin de lograr una vuelta a la legitimidad republicana del 31 (burguesa, por supuesto). 

El acercamiento PSOE-PCE facilitaría la creación de las ALIANZAS revolucionarias, junto con otras organizaciones obreras. 

Pero sólo en Asturias el espíritu de lucha fue unitario: comunistas, poumistas, socialistas “prietistas”, “caballeristas”, UGT, CNT, FAI, Bloque Obrero y Campesino. Todos, cada uno a su manera, tenían en Asturias, como objetivo, el poder obrero: “La singularidad de la Comuna asturiana fue la coexistencia temporal de diversas fórmulas socialistas, correspondientes a las diversas formas que hubo de poder local (Marta Bizcarrondo).

LA REPRESIÓN. 

“… Estimo que es necesario que usted acepte estas otras condiciones: que no haya represalias, salvo las que se deriven de la acción de los tribunales de justicia; que, a la salida de las fuerzas de Oviedo para entrar en la cuenca, no vayan en cabeza ni el Tercio ni los Regulares (…). Aceptadas las dos condiciones.” 

(Conversación entre Belarmino Tomás y el general López Ochoa, con que se daba fin a la Revolución de octubre en Asturias. “El Socialista”, 12 enero 1936; sorprendentemente, no se había publicado antes.) 

Carta de las mujeres asturianas (fragmento): 

“La mayor parte de las mujeres asturianas llevamos desde hace tiempo (va para quince meses), la vida más triste y miserable que imaginarse puede. Solamente nosotras conocemos nuestros sufrimientos, sufrimientos de madres y compañeras, que ven a sus compañeros entre rejas y contemplan con dolor la miseria de sus hogares. 

Es verdad que estamos débiles, que la miseria visita nuestros hogares, que vemos con dolor el hambre de nuestros hijos, famélicos y medio desnudos… pero ello no es suficiente para que depongamos nuestra actitud rebelde ante los desafueros de los verdugos. 

Las mujeres asturianas, a las cuales nos arrebataron a nuestros compañeros, estamos hoy como siempre, y más aún, contra esa canalla que nos sumió en ese estado de cosas. Nosotras no podemos olvidar jamás las injusticias cometidas por los representantes del “orden”; tendremos siempre las cárceles donde encerraron a los padres de nuestros pequeñuelos, inculcando en ellos el odio hacia todo lo malo y perverso y corrompido que es causa de nuestra miseria. Recordamos a los del tricornio y la porra que, con odio torturaron a nuestros compañeros. 

Pero hoy todo toca a su fin. Hoy pasamos con la mitad del alimento necesario; no podemos cubrir nuestros cuerpos decentemente; carecemos de unos céntimos para poder pagar el tren y llevar a nuestros hijos a las puertas de las cárceles, para que vean allí a sus padres, a los honrados productores enjaulados como fieras. 

Nos miráis con odio cuando vamos a la cárcel a ver a nuestros compañeros. Llevamos descaros, sufrimientos, privaciones. Pero nada nos asusta. No conseguiréis nada de vuestros malísimos intentos. NO nos cansaremos de socorrer a nuestros presos. Tendremos que ir descalzas, pero no dejaremos de ir a verlos en ningún momento, porque estamos dispuestas al sacrificio.”

(fragmento del original publicado en Solidaridad Obrera, 23 de enero del 36). 

DOVAL, EL TORTURADOR 

15 de abril de 1888: nace Lisardo Doval en Seijo (La Coruña).

1912. Soldado en Marruecos.

1915. Ingresa en la Guardia Civil.

1917. Jefe de línea en Gijón. Participa en le represión de la huelga general. La “vox populi” le atribuyó el asesinato de una niña. En Asturias continúa hasta 1922. Frecuentes choques de sus fuerzas con los sindicatos gijonenses.

1922-23. Lo envía a Costa Rica para montar un cuerpo similar a la Guardia Civil. La prensa local de izquierdas le acusa de haber herido a un hombre en una reyerta.

1926. Regresa a Asturias, tras cumplir otros destinos. En el último periodo de la Dictadura: capitán de una compañía, en Sama. Frecuentes enfrentamientos con los mineros: se le acusa de haber participado personalmente en palizas a trabajadores detenidos por la Guardia Civil.

1930. Fuerzas a su mando reprimen la huelga revolucionaria. Los sindicalistas de Gijón intentan matarlo, pero fracasan.

1932. Participa en el complot de Sanjurjo y es condenado por rebelión militar y cesado del servicio.

Abril de 1934. Rehabilitado y ascendido a comandante.

Septiembre de 1934. Pasa a la alta Comisaría de España en Marruecos.

19 de octubre, 1934. El Ministerio de la Gobernación dispone que Doval sea enviado de inmediato a Asturias, donde se hará cargo del orden público, la organización de la represión y la recuperación de armas. El 23 de octubre se presenta en Oviedo: forma 5 “cuerpos móviles”, dirige personalmente la represión e interviene personalmente en persona, al menos, en 48 casos de torturas.

1ª semana de diciembre. Cesado en su cargo y reenviado a Marruecos. Se le atribuye la frase: “Asturias, Marruecos… ¡Bah!, sólo cambia el paisaje.”

1935. Solicita un permiso. Recorre Cuba, EE.UU. y Centroamérica.

1936. Al producirse el golpe militar, regresa a España por Portugal. Reúne en Ávila una columna de voluntarios y guardias civiles. Las fuerzas republicanas destrozan su unidad en Pegueritos. Sometido en territorio nacional a Consejo de Guerra por cobardía ante el enemigo. Al final de la guerra se exilia en Venezuela. 

LOS HISTORIADORES ANTE LA REPRESIÓN 

Manuel Tuñón de Lara: “Pero, mientras todo el mundo conocía el fusilamiento de unos Hermanos de la Doctrina Cristiana en Turón, de un ingeniero, etc., nadie sabrá jamás los nombres de los centenares de ejecutados sin formación de causa por las fuerzas mercenarias, de los asesinatos a culatazos en los cuartelillos de la Guardia Civil, de los heridos a quienes se dejó morir por falta de asistencia.”

(La España del s. XX. Pág. 369) 

Luis Araquistáin: “… En cambio, la censura no permitió que los periódicos dijeran nada de los crímenes sin nombre y sin número de que fueron víctimas los revolucionarios y muchos neutrales inocentes, incluso mujeres y niños, de los fusilamientos sin formación de causa; de los asesinatos como el de Luis de Sirval (periodista); de los variadísimos y terribles tormentos, que acreditan una sevicia patológica difícil de explicar en una nación que se dice civilizada”.

(“Leviatán, febrero, 1936. “Glosas del mes”) 

David Ruiz: “La violenta represión que se desató en Asturias no se produjo de modo espontáneo. Un sector de la prensa y algunos diputados de las Cortes fueron los que mayor presión ejercieron sobre el gobierno.”

Stanley G. Payne (mentor, “padre espiritual”, “madre putativa”… de los eximios Pío Moa, César Vidal y los que vengan detrás): “La represión, inmediatamente después del fracaso de la revolución, promovió una enorme campaña de propaganda izquierdista que exageró el alcance de la represión e inflamó los ánimos.”

(La revolución española, pág. 164, 1971)
--------------------------

BIBLIOGRAFÍA 

Azaña, Manuel. Causas de la guerra de España. Prólogo de Gabriel Jackson (Crítica, 1986) 

Beevor, Anthony. La Guerra Civil española (capítulo II) (Crítica, 2005) 

Casanova, Julián. De la calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931-1939) (Crítica 1997) 

Del Rosal, Amaro. 1934: el movimiento revolucionario de octubre (España sin espejo, Akal 1983) 

Palacios, J. La España totalitaria. Las raíces del franquismo. (Planeta 1999) 

Pla, Josep. La II República española. (Destino 2006) 

Ruiz, David. Insurrección defensiva y revolución obrera (El octubre español del 34) (Labor 1988) 

Tamames, Ramón. La República. La era de Franco (Historia de España, Alfaguara 1981) 

Témine, E. y otros. Historia de la España contemporánea (Ariel Historia 1982) 

Termes, Josep. De la Revolució de Setembre a la fi de la Guerra Civil (1868-1939) (Edicions 1962) 

Thomas, Hugh. La Guerra Civil española (3 tomos) (Debolsillo 2006) 

Tuñón de Lara, Manuel. La II República (Siglo XXI 1976) 

                                . La España del siglo XX. (Vol. II) (Laia 1977).

 

 

  Página de inicio