Miradas
Mikel
Arizaleta
Nabarralde 27 de enero de
2010
Los abertzales vascos conocemos bien qué significa
el “vis à vis”, el cara a cara, en la visita a un
preso. En francés hoy rostro se dice visage,
pero en tiempos se decía vis, que procedía del
participio latino visum, lo visto. También
en alemán y en euskera rostro está relacionado con
ver, con ojo: Gesicht, aurpegi.
Sobre Haití he observado miradas que explican muchas
cosas.
Rafael Poch escribía días atrás en La Vanguardia
“una de las primeras imágenes que percibí de Europa
al regresar tras veinte años de ausencia, fue la
foto del ex líder verde alemán Joschka Fischer con
traje de Armani acudiendo al estreno de la última
película de James Bond con su
última esposa, treinta años más joven". Este mes
Alemania ha celebrado el 30 aniversario de la
fundación de los verdes, el 13 de enero de 1980 en
Karlsruhe, y pocas fotos retratan mejor que esa de
Fischer el estado de cosas en el viejo y socialmente
dormido continente.
En 1980 los verdes eran la coalición apache de un
movimiento de protesta, un "partido antipartido"
compuesto por ecologistas y pacifistas, feministas,
cristianos, gente del área "K" (comunistas, sector
ladrillo), contraculturales y todo lo que había
surgido del 68 alemán y contribuyó a democratizar un
Estado de tradición gendarme y preocupante pasado.
Treinta años después, el partido es un manso
instrumento del establishment, que durante su paso
por el gobierno federal (1998-2005) se situó a la
derecha del SPD de Gerhardt Schröder, abrazó
fórmulas neoliberales y el atlantismo.
En 1983 los verdes ingresaron por primera vez en
el Bundestag y en 1985 Fischer se convirtió en el
primer ministro verde de un estado federal (Hesse),
y, a partir de 1998 en vicecanciller y Ministro de
Exteriores. Los verdes de Fischer fueron decisivos
para regresar a la (anticonstitucional) intervención
militar alemana en el mundo; primero contra Serbia,
para evitar lo que Fischer definió como "un segundo
Holocausto", y luego en Afganistán, en el Índico, y
donde haga falta para garantizar el "acceso" de
Alemania a suministros energéticos y rutas
comerciales, como dice la Canciller Merkel.
Por el camino muchos sustituyeron el colorido
jersey de lana gruesa por el Armani y la corbata.
Fischer es hoy asesor de BMW, Siemens y consorcios
energéticos, el abogado y ex secretario de Estado
Rezzo Schlauch es consejero de (EnBW), una de las
grandes empresas de centrales nucleares, y su colega
el también ex Secretario de Estado Matthias
Berninger se dedica a promocionar la imagen en
Europa de la multinacional americana de chucherías
"Mars Inc."
Y Eduardo Galeano escribía en Insurgente cosa
parecida: “Haití fue el primer país donde se abolió
la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más
difundidas y casi todos los textos de educación
atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es
verdad que un buen día cambió de opinión el imperio
que había sido campeón mundial del tráfico negrero;
pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres
años después de la revolución haitiana, y resultó
tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que
volver a prohibir la esclavitud”.
En Haití se hace espejo la frase de que Cuba envía
al mundo maestros y médicos y EE.UU. soldados. En el
momento del desastre Cuba ya tenía en Haití 408
médicos y paramédicos como parte de sus planes de
internacionalismo y ayuda a los países pobres, algo
que la Revolución ha realizado desde los años 60.
Puede que sea una de las áreas más pobres del mundo,
sitiada por su vecino Israel, pero los palestinos
que viven en la Franja de Gaza han donado lo poco
que tiene para ayudar a quienes han sido golpeados
por el terremoto en Haití. Entre las donaciones
recogidas juguetes, cosméticos y caramelos; pequeños
lujos que los gazatíes saben muy bien que pueden
iluminar el espíritu ante la devastación... Hay
ruinas en la Franja de Gaza que recuerdan los
escenarios en Haití. Éstas no han sido originadas
por un desastre natural, sino por bombas y obuses en
el mortífero ataque de Israel a Gaza de hace un año.
Los palestinos dicen que entienden el dolor de
Haití.
Y es que como decía Evaristo Marcano en Rebelión:
“El Ser de un país (cómo es), siempre aparece aunque
hagan esfuerzo por disimularlo… El alacrán
simplemente realiza un acto de los pocos que tiene
“programado”. Y de nuevo el maestro Eduardo Galeano:
“Haití es un país arrojado al basural, por eterno
castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera
chatarra. Espera las manos de su gente”.
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