Hasta el sol dio la espalda al insulto real
J.M. Álvarez
Cádiz Rebelde
No voy a
reiterar datos y curiosidades ya publicados sobre la boda principesca, pero no
está de más recordar que, mientras la revista Interviú estimó el
gasto realizado en más de cuatro millones de euros, cifras posteriores han
determinado que el dispendio nos costó una cantidad superior a los veintiún
millones salidos del erario público. Como la cifra es mareante, el alcalde de
Madrid pretende ahora convencernos de que la boda no ha supuesto sacrificio
alguno para el Estado español ni para su capital, habida cuenta de los
"beneficios" que ha generado el enlace al ser televisado urbi et orbi.
Quien ha hecho un gran negocio ha sido la prensa escrita gracias a la publicidad
insertada en los suplementos especiales que editaron para la ocasión.
Pero, si exceptuamos ese dato objetivo, nadie en su sano juicio puede creer que
gracias a este despilfarro -al que Ruiz Gallardón denomina pomposa y
alegremente "beneficio"- desaparecerá el chabolismo de Madrid o
encontrarán un techo los centenares de indigentes que duermen a la intemperie.
En la capital existen además dos mil personas que se agolpan en los saturados
centros de acogida y tres mil más que piden limosna en las calles. ¿Mejorará
a partir ahora el nivel de vida del medio millón de personas de la Comunidad
Autónoma de Madrid que viven en la pobreza? Y si nos remitimos al Estado español,
resulta que, según las organizaciones humanitarias, hay más de ocho millones
de personas que viven en el umbral de la pobreza, y la miseria extrema afecta a
otros dos millones entre los que se encuentran doscientos mil niñas y niños.
La pobreza está asociada a viviendas miserables, a desempleo, a analfabetismo y
a enfermedades que provocan, cada hora, cuatro muertos más que en las zonas
ricas. Estos otros datos se enfrentan al despliegue de lujo y ostentación
mostrado por los medios, tanto el viernes anterior a la boda, como el mismo sábado.
Un espectáculo bochornoso que hace sonrojar a cualquiera con un mínimo de
dignidad.
Con esas innecesarias demostraciones no cabe duda de que el futuro está en la
democracia participativa. Republicana, sí, pero también popular para que no
tengan cabida en ella los millonarios, ociosos y parásitos de toda ralea y
condición. La democracia burguesa y sus manifestaciones, monárquicas o
republicanas, ha derivado hacia la plutocracia o dictadura de la oligarquía,
firmando su sentencia de muerte al enseñar sus auténticos "valores"
en forma de torturas, violaciones y crímenes en Iraq. ¿Cómo es posible que
después de todo eso Gaspar Llamazares reconozca, en la excusa por su ausencia,
la legitimidad de una monarquía impuesta por el Régimen heredero directo del
franquismo? Así son los genuflexos.
El manifiesto contra la boda –la boda por antonomasia- decía que el
lujo y el derroche de dinero público resultan insultantes al compararlos
con la realidad que sufren millones de ciudadanos que ven continuamente mermados
sus derechos.
Y ponía el dedo en la llaga al denunciar el intento de manipulación de los
atentados del 11-M, fecha en la que 192 trabajadores fueron víctimas inocentes
de una guerra colonial de saqueo en la que participó el Régimen español. ¿Por
qué guardó silencio el Borbón cuando todos se manifestaban contra la guerra
imperialista de Iraq? No valen las afirmaciones de los servidores del Sistema en
el sentido de que la Casa Real no puede hacer declaraciones, porque cualquiera
de sus mensajes navideños demuestran todo lo contrario.
La meteorología ayudó y sólo unos escasos curiosos se animaron a salir para
ver pasar el cortejo del príncipe de la monarquía heredada del franquismo y de
su esposa, una periodista de los medios informativos del Régimen. Esta boda
significa algo más que la unión de dos personas. Con el enlace queda
confirmada, por si alguien albergaba dudas, la alianza entre los elementos que
detentan el poder (monarquía franquista, magnates mediáticos, oligarquía
financiera e Iglesia Católica), y a un nivel inferior, el resto de lacayos con
los dos dirigentes del bipartido al frente.
PP-PSOE, los capos de los sindicatos verticales, y nombres propios como Javier
Solana, acusado como criminal de guerra en su etapa de Secretario General de la
OTAN, Felipe González, señor del GAL, el fhurercito Aznar y Rosa Aguilar, la
sierva "roja". Juntos, revueltos y en armonía, protegidos por sus
diez mil policías, aviones de combate y helicópteros. Todos, con su boda, han
insultado a la conciencia del pueblo y a las víctimas inocentes de su guerra
colonial. Incluso el sol sintió vergüenza y les dio la espalda hasta que se
refugiaron en la orgía del banquete.