El Heredero y la Jefatura del Estado
Carlos M. Marín
Rebelión
Los
recientes acontecimientos que se han ido sabiendo sobre la forma irresponsable
de actuar del Heredero al Trono deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de
prever como podrá ser su gestión en los asuntos del Estado: mintió al pueblo
cuando manifestó que no haría despedida de soltero en memoria de las víctimas
del 11-M y sin embargo se le ha pillado "in fraganti" en un viaje de
placer a las Bahamas, donde se dio una gran juerga en un yate privado, con gran
número de sus amigos. Además, el futuro Jefe del Estado español y su
prometida, Leticia Ortiz, protagonizaron un lamentable escándalo cuando las
autoridades aduaneras norteamericanas les registraron el equipaje. El viaje de
placer no se hubiera sabido si no hubiera sido por el real enfado con que
acogieron que sus "reales pertenencias" fueran registrados, manoseadas
y vistas por unos "despreciables funcionarios". Esto nos indica la
"capacidad", el "talante" y el "talento" del
Heredero y lo que podremos esperar de él cuando asuma las funciones de la
Jefatura del Estado.
Si la democracia y la soberanía corresponden al pueblo como dice nuestra
Constitución, si el pueblo es el depositario de dicha soberanía y todos somos
iguales ante la ley (Artículo 56 de la Constitución Española 3. La persona
del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad), por qué permitir
que la Familia Real ejerza el poder sobre este país y se arrogue su
representación en perjuicio de la voluntad popular. Dejemos que sea el pueblo
soberano, maduro y representativo, quien legitime, a través de las urnas, la
forma de Estado que desee. Es hora de que se abra un amplio debate sobre la
necesidad o no de la Monarquía como forma política del Estado español y su
posible sustitución por la República. De hecho este es un buen momento para
abrir ese debate ya que el miércoles 14 de Abril se conmemora la proclamación
de la II República española de 1931.