Mavi Muñoz,
madre de Carlos Palomino: 'Murió defendiendo a los débiles'
Luigi
Benedicto Borges
El Mundo12 de septiembre
de 2009
La
vida de Mavi Muñoz dio un vuelco hace dos años. La
mañana del 11 de noviembre de 2007, su hijo,
Carlos Javier
Palomino, falleció tras recibir una puñalada en la
estación de Metro de Legazpi.
Carlos acudía a boicotear una manifestación de las
Juventudes de Democracia Nacional junto a un grupo
de amigos. Por el camino se encontró con el
militar Josué Estébanez, que le propinó una puñalada
mortal. El suceso se juzgará a partir del próximo 14
de septiembre. La madre y la abuela de
Carlos esperan poder cerrar un ciclo cuando el juez
dicte sentencia.
(Vídeo: Óscar Monzón)
"El trayecto hasta aquí ha sido muy duro, estaba deseando que
llegara el juicio, que se ha dilatado demasiado. Llevo 20 meses
preparándome psicológicamente para afrontarlo", cuenta Mavi
desde su casa de Vallecas. Mavi habla en el cuarto de su hijo.
Desde que él murió, pasa allí la mayor parte del día. Se ha
convertido en su particular santuario. "Es un sitio que me da
tranquilidad y paz", dice mientras mira las cenizas de Carlos,
colocadas entre los libros y los juguetes con los que disfrutó
de pequeño. Mientras la madre de Carlos se expresa, sus dos
perros, Titán y Troya, recorren una y otra vez la habitación.
Los dos fueron criados por Palomino y ahora su madre y su abuela
los cuidan con primor. Son los mimados del hogar. Su
simple presencia reactiva miles de recuerdos. Con ellos estuvo
Palomino las últimas horas que pasó en casa.
El sábado 10 de noviembre de 2007 Carlos le contó a su madre lo que
haría el domingo. "Yo sabía que iba a una
contramanifestación. Me lo dijo ese día", recuerda Mavi.
"No solía ir a manifestaciones, era la segunda o la tercera a la
que acudía. No estaba muy seguro de ir y yo le di mi apoyo. Iba
a con silbatos a pitar a personajes que se manifestaban contra
los débiles y la gente de otra raza, algo que él consideraba
injusto. Así que yo sólo le dije lo clásico, lo que le
decimos todas las madres a nuestros hijos cuando salen: 'Ten
cuidado'".
La pesadilla
Durante un momento, Mavi es interrumpida por su madre. Carmita,
una señora de avanzada edad, clama venganza por la muerte de su
único nieto. Luego se serena y pide disculpas. Confiesa estar
nerviosa por la cercanía del juicio. Ella quiere asistir pero su
hija teme por cómo podrían afectar tantas emociones a su salud.
Pero a Carmita le da igual. "Aún recuerdo la última noche que
pasó aquí. Yo me quedé a hacer la cena, el se iba a un cumple y
vino a despedirse, pasándome la mano por el cuello, como hacía
siempre. Me fui a dormir y, al levantarme, empezó la
pesadilla. Su madre trabajaba en una clínica por la noche y
acababa de llegar. Estaba pegada al teléfono y yo sólo
oía que Carlos se estaba desangrando", evoca nerviosa.
Dicho esto, a Mavi se le rayan los ojos. Gira la vista y mira
al ordenador. Ha saltado el salvapantallas, en él se pueden ver
distintas imágenes de Carlos. "Era un chico de 16 años normal",
rememora Mavi al verlas. "No era un santo, tenía sus problemas
como todo niño de 16 años. No le gustaba estudiar,
prefería trabajar. Pero era muy solidario, siempre estaba
dispuesto a defender a los más débiles. Por ellos
murió", narra.
Cuando Palomino llegó a casa diciendo que se sentía atraído por el
movimiento antifascista, Mavi le prestó todo su apoyo. "No le
puse ningún pero. Lo encaminé cuando vi que endurecía su
vestimenta y le dije que se manifestara contra lo que no le
gustara, pero sin usar la violencia. Y me hizo caso: nunca fue
detenido ni denunciado", aclara. Mientras habla, Mavi mezcla los
tiempos verbales. Habla de su hijo en presente porque su
ausencia aún marca su vida, por eso continúa de baja laboral.
"Estuvo toda la vida, los 16 años de su corta vida, a mi lado.
En lo bueno, en lo malo... No había temas tabú en casa, teníamos
mucha complicidad. El siempre decía: 'Muchos amigos y
muchos amores tendré en la vida, pero como el tuyo, mamá, jamás'".
'Luchar para
incinerarlo'
Mavi tampoco olvida las horas que siguieron al suceso.
"Tuve que luchar porque me dejaran incinerarlo. No me dejaban
porque había fallecido de forma violenta. Pero era mi
deseo, y ahora no me arrepiento: cada día leo en internet cómo
varios neonazis buscan su tumba para 'bailar sobre ella'. Pero
no ofende el que quiere, sino el que puede. Ellos para mí son
tan insignificantes que ni ofensa me pueden dar", aclara.
En cuanto a la sentencia, Mavi espera que sea
"ejemplar" porque, una vez acabe el juicio, cerrará un ciclo.
"No me gusta que cojan y digan que Carlos es un símbolo
en España y el extranjero. Le han dedicado vídeos en
Alemania, Inglaterra.. Pero él sólo fue uno más, otro de las 96
asesinados por neonazis en los últimos años. Sólo cambia que,
con su muerte, se rebosó el vaso y la gente se echó a la calle.
Pero el ciclo acaba con el juicio. Mi hijo no va a ser negocio
para nadie", manifiesta.
La madre de Palomino se centrará en la lucha contra el
fascismo desde la presidencia de la Asociación de Víctimas del
Racismo, el Fascismo y la Xenofobia, recién creada. Desde allí
dirigirá sus mayores esfuerzos a un fin: "Luchar contra toda
violencia y todo terrorismo. Y dentro del terrorismo,
también marco al terrorismo fascista. Que existe y está ahí.
Encubierto, por supuesto, pero está. Y lo que voy a hacer es
desenmascararlo".