Va vestida de negro y pasea por el cementerio de
Benamahoma (Grazalema, Cádiz). Coge una regadera, limpia
una lápida, pone unas flores. Su gesto es cotidiano. La
rutina del camposanto. Pero Lucía Román ha tenido que
esperar 70 años para cuidar de la tumba de su abuelo. Lo
mataron como uno de tantos otros en la sierra gaditana
tras la Guerra Civil. A su abuela la torturaron. Fueron
los vencidos. El documental La memoria se abre paso,
producido por la Diputación de Cádiz, arranca con
esta meta cumplida para Lucía Román, su particular
victoria. Se llena de testimonios y acciones para
rescatar del olvido algunos trágicos sucesos de la
Historia, como la fosa encontrada en una curva de una
carretera de Grazalema, a la que fueron arrojadas 15
mujeres y un adolescente.
"Mi abuelo era político. Le buscaban a él", recuerda
Andrés Navarro en un instante del documental. Pero a la
que mataron fue a su madre, Catalina Alcaraz. Es una de
esas 15 mujeres encontradas en esa fosa. "Yo compraba
rosas, que eran las que le gustaban a ella y las ponía
en el cementerio. En cualquier sitio porque no sabía
dónde estaba enterrada", admite. Desde mayo, y tras una
ardua investigación que permitió la exhumación de los
restos, su madre y el resto de víctimas de aquella
acción descansan bajo un mausoleoembellecido por una
estatua que las recuerda a todas.
El documental, con guión del periodista David Doña,
repasa los trabajos de recuperación de la memoria
histórica más destacados desarrollados en la provincia
de Cádiz en los últimos años. La fosa de las mujeres ha
sido uno de los más intensos. Culminó con una victoria
moral como fue el multitudinario entierro organizado por
el Ayuntamiento y la Diputación. También se destacan los
trabajos realizados junto a la tapia del cementerio de
El Bosque (Cádiz), donde fueron hallados los restos de
16 personas, entre ellas, Alfonso Román, el abuelo de
Lucía. Un chivatazo fue la clave para que se lo llevaran
hasta darle muerte y para que a su abuela la raparan y
le dieran purgantes.
La película se complementa con el testimonio de
historiadores y expertos. El magistrado del Tribunal
Supremo José Antonio Martín Pallín reflexiona sobre la
justicia. "La labor de las administraciones ha sido
encontrar esas fosas. La labor de los jueces es condenar
a los que cometieron esos hechos. No irán a la cárcel
pero sí pueden ser condenados", desvela. El poeta Marcos
Ana, con 22 años en cárceles franquistas, invita a
pensar sobre la redención. "Cuando yo salí de prisión,
me di cuenta de que no había mejor venganza que acabar
con el sistema que me había metido entre rejas".
El documental se ilustra con imágenes de la recuperación
de las fosas que se combinan con la tranquilidad de los
paisajes de la sierra gaditana y fotografías históricas
de la contienda y sus secuelas. Esta parte de la
provincia de Cádiz se libró de las trincheras pero, en
su lugar, sufrió una mayor represión, como si la dureza
contra sus gentes sirviera de advertencia al resto de
municipios cercanos.
La película se completa con el testimonio de otros
familiares, como Antonio Domínguez, quien perdió a su
hermano José durante la represión. Su poema final
dedicado al patrón San Antonio es su forma de saldar su
cuenta pendiente. Su victoria frente al olvido. Como el
ramo de rosas que Andrés ya puede dejar en la tumba de
su madre Catalina. O como los paseos diarios de Lucía
Román al cementerio donde, ahora sí, ya sabe que se
encuentra su abuelo.