Carmen Iglesias  Sueiro

La Región 29 de Julio de 2009

El pasado lunes día 27 asistí en la Escuela Municipal de Artes Escénicas a un acto político al que se invitó a los ciudadanos a sumarse y en el que se rendiría un homenaje al alcalde socialista de la República, Manuel Suárez, fusilado en 1937 por defender el ideario republicano y ser fiel al Gobierno de la República democráticamente elegido.

Cuando llegué pensé que me había equivocado pues no se veía ninguna bandera ni símbolo de la ‘causa’ por la que Manuel Suárez fue asesinado: la República.

Señores del Gobierno municipal, ni tan siquiera la banda de música entonó el himno de Riego. Eso sí, la nube de representantes de las instituciones era espesa. Sólo faltaba el señor obispo, con el que ustedes comparten procesiones y otras liturgias, bendiciendo bajo la bandera monárquica y franquista, la placa que se colocó en el edificio en recuerdo del alcalde asesinado.

Causa extrañeza, estupor, indignación que políticos/as elegidos con votos de izquierdas contribuyan, en actos como del de anteayer, al silencio y la mentira, armas de la derecha contra lo que es una lucha y un derecho de todos/as: la memoria histórica.

Salud y República.