Sergio Balseyro
Levante 13 de Febrero de 2009
El cineasta y desde hace años director televisivo Roberto Bodegas habló ayer del cine «en la mal llamada» transición, en Ámbito Cultural de Alicante «El franquismo está todavía por contar, tras él se obtuvieron unas libertades bajo la losa del silencio, y además no llegó a decidirse si queríamos o no la república»
Los últimos días de Franco, el asesinato del alcalde de Fago, la mal llamada para él transición y ahora en proyecto la vida de Don Juan de Borbón y el asesinato de Prim hace dos siglos, son temática para el cineasta Roberto Bodegas, que ayer participó en el ciclo de cine que Ámbito Cultural desarrolla en El Corte Inglés de Alicante bajo la coordinación de John Sanderson.
Bodegas reconoció horas antes de su intervención sobre el cine en los años 70, que «la historia de España está por contar», al contrario de lo que ocurre en países como Francia. El autor de la serie televisiva Los últimos días de Franco asegura que «los españoles no conocemos nuestra historia, no sabemos de donde venimos», y por eso «el franquismo está por contar». A Roberto Bodegas no le gusta la palabra Transición, porque «se obtuvieron unas libertades bajo la losa del silencio». |
Roberto Bodegas / Foto Madrigal |
En estos días en los que se recuerda en televisión el golpe del 23 F y el régimen franquista, Bodegas habla más de «continuidad, ya que Franco instauró la monarquía, no restauró la dinastía borbónica, y se propuso su sucesión a través de un referéndum y hasta el último momento».
Bodegas asegura que esa circunstancia podía haber hecho que «hasta se podía haber propuesto al duque de Cádiz».
Plebiscito para el rey
Más tarde, y hasta el momento, se vive ese silencio pactado en lo referente a la Casa Real. «Sigue existiendo, porque se planteaba una ruptura, un paso para que se eligiera la monarquía o la República, y no se produjo».
Esta es la razón por la que el 23-F fue «un plebiscito para el rey como garante de la democracia, aunque lo interesante fue el movimiento de sables, porque era una libertad vigilada». Al legalizar el PCE, y comprobar cómo ETA empezaba a asesinar generales, «se preparó el 23 F y otros más, como la Operación Galaxia, y otra intentona prevista por coroneles para el mes de octubre».
Periodismo, vida judicial, sucesos, y en caliente. Así vivió Bodegas la dirección de la serie en televisión sobre el asesinato del alcalde de Fago. «Me cayó el guión en noviembre y empecé a rodar en diciembre, aunque el guionista había hecho un importante trabajo de campo». La conclusión que ahora se baraja es la que Bodegas apuntaba. «Estaba en una trama con la gente del pueblo, y aunque en la película no tomo partido alguno, creo que alcalde le debió entrar una borrachera de poder». Para el cineasta, «este caso era el de cómo se transforma un ser humano al darle un mando, una alcaldía, ya que no correspondió a determinados intereses, y además quiso cambiar unas costumbres ancestrales».
Respecto a la televisión, «pienso que tiene más poder que el cine, a nivel sociológico, porque el espectador del cine tiene una cierta distancia, una motivación cultural, y el consumidor televisivo es más pasivo, es el arma del poder». Además, piensa sobre el cine que en estos momentos «hay más candidatos a famosos que cineastas en potencia».
Asegura que internet «está más democratizado» y prepara dos proyectos. «Uno sobre Don Juan de Borbón. «No se conoce bien el drama de este hombre», afirma. Por otra parte se embarcará, también para televisión, en el asesinato de Prim, hace dos siglos, y la Revolución de la Gloriosa que dio lugar al exilio de la reina Isabel y la primera República.
El director que se siente «desahuciado» para el cine, afirma que no entiende cosas como que «el año pasado se hicieron 166 `películas y más de 140 perdieron dinero».