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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Memoria viva

 

Juan Bas

El Correo Digital   26  de Noviembre de 2009

 

      Este 20 de noviembre me sorprendí a mí mismo al sorprenderme de que hiciera nada menos que 34 años de la muerte de Franco. Me pareció lo que es en términos de una vida humana: mucho tiempo. Viví el franquismo hasta mi plena adolescencia y ahora voy a cumplir los 50. Este pequeño vértigo personal de transcurso de años me hizo pensar en las dos clases de memoria histórica: la viva, la historia presenciada o protagonizada en primera persona, y la aprehendida por diversos medios de conocimiento.

      Apenas quedan ya combatientes de la Guerra Civil. Leonardo Marías, el padre de mi querido colega Fernando Marías, es uno de ellos, a sus noventa años -un fuerte abrazo, Leonardo-. Siendo un crío de 17 años tomó las armas en Bilbao para luchar por la legítima República.

      Dentro de unos años no quedará nadie cuya vida adulta se haya desarrollado durante el franquismo. Y entonces, la dictadura y el dictador y la memoria de los mismos y de la propia Guerra Civil pasarán a un plano distinto. Ningún crimen perderá por ello su responsabilidad ni sus culpables, pero éstos y aquello, y los hechos perpetrados, se teñirán de la neblina que acompaña a los fantasmas y perderán la intensidad del odio directo.

      Vi hace poco un documental sobre el nazi Aribert Heim, el 'Doctor Muerte' del campo de Mauthausen -que, por cierto, sin haber sido procesado, fue puesto en libertad por los norteamericanos en 1947 y desapareció; he aquí una página oculta de la Historia-. En él hablaba el sucesor del famoso cazador de nazis Simon Wiesenthal, que murió en 2005, a avanzada edad. Explicaba el sucesor que todavía intenta cazar a los pocos nazis que quedan vivos. Sabe que cuando tiene éxito se va a encontrar con un anciano casi nonagenario que ya no irá a la cárcel. Pero el símbolo sirve y el criminal conserva su naturaleza de monstruo intacta.

       Dice a todo este respecto Basilio Martín Patino en ese necesario documental que es 'Canciones para después de una guerra': «Volverá a vengarse de todos el tiempo; el mismo tiempo». Todo termina por desvanecerse si no se escucha en vida a los que lo vivieron y se recopila lo que dicen. Por eso, películas como la de Patino y otras obras históricas que no resultan anuladas por reinterpretaciones de la Historia asistidas por la falsedad y la mala fe son prolongaciones y sustituciones necesarias de la memoria viva cada vez que al final de una época el inexorable tiempo extingue a todas las cabezas que la albergaron.
 

 

 

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