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¿Adónde vas, Pedro?. La historia de un silencio

 

José Sorolla  / París

El Periódico 9 de Marzo de 2009

 

"Pasó 40 años de su vida en Francia. Sus hijos nacieron allí. Pero nunca pidió la nacionalidad francesa. Era apátrida. Tal vez no le habría importado hacerse francés si las cosas hubieran transcurrido de otra manera. Si a él, combatiente de la libertad, no le hubieran tratado como a un perro, son sus propias palabras, como a un perro, los gendarmes franceses al pasar la frontera". Este testimonio, en francés y escrito por una francesa, se ha escuchado durante tres días en el Centro Cultural Jean Houdremont de La Courneuve, en la banlieue norte de París.


Es un fragmento de la obra Où vas-tu Pedro? (¿Adónde vas, Pedro?), que trata sobre la guerra civil española y el exilio a través de seis actores, nueve personajes, tres escenarios --un pueblo de Galicia, la sierra de Teruel y los Pirineos-- y tres épocas (1937, 1945 y 2006-2008). Escrita por Manon Moreau, aborda los fusilamientos de republicanos, la represión franquista, la falsa esperanza de la liberación por los aliados y el maltrato de Francia a los exiliados.

Un papel "terrible"


Francia tardó 50 años en reconocer la participación del Estado en la entrega de judíos a los nazis para su exterminio. El presidente Jacques Chirac lo hizo en un discurso en 1995 en el Velódromo de Invierno, lugar donde se organizaban las redadas. Los republicanos españoles han tenido peor suerte. Nunca se ha reconocido oficialmente ni el maltrato a que se les sometió en los campos de concentración del sur de Francia ni su aportación a la resistencia francesa y a la liberación.


"El papel de Francia fue terrible. La obra es una manera de que los franceses expliquen a los españoles lo que pasó", dice Elise Chatauret, directora del montaje, en el que participan dos actores catalanes, Xavier Mestres y Karme Málaga, que destacan la novedad de que sean una autora y una directora francesas las que desentierren el tabú.


"Es bonito que sean franceses quienes hagan esto. Está muy bien que una francesa escriba que a los republicanos los trataron como a perros en Argèles-sur-Mer", dice Mestres. "Los actores franceses reían pero nosotros llorábamos al ensayar la canción del comandante Moreno, una canción que todo el mundo conoce en A Fonsagrada", recuerda Málaga. En un monte de esta localidad gallega estaba la fosa común donde fueron enterrados el comandante Moreno y sus hombres, asesinados por los falangistas. La historia principal de la obra. "Los vencedores, como decían ellos, podían impedir que habláramos. Pero no podían impedir que cantásemos", dice Lua, uno de los personajes.


Los restos del comandante Moreno fueron exhumados en agosto pasado, pero no han sido aún entregados a la familia. Reposan en León a la espera de su entierro. Floreal, su nieto, asistió al estreno y elogió la sensibilidad con que está tratada la tragedia de su abuelo.

Un tema universal


Quizá esta sensibilidad obedezca a que la historia se repite y es común a mucha gente. "Lo que me interesó teatralmente no es tanto la historia de España, sino la historia de un silencio que ha durado mucho y que se refiere también a otros países y a otras historias. Una guerra civil es terrible, fratricida, pero esta historia nos dice que no se puede olvidar, que hay necesidad de hablar. Es una historia universal, no solo de España", reflexiona Chatauret.


Influida por L'espoir, de André Malraux, Moreau empezó a cavilar sobre el espectáculo cuando, en un viaje a España en el 2003, vio en una iglesia de Azofra (La Rioja) la inscripción: "A las víctimas de la barbarie roja". En el 2006 viajó dos veces a Galicia para reconstruir la historia del comandante Moreno, que publicó en Paris Match y después escribió la obra. Tras su estreno en La Courneuve, la compañía mantiene conversaciones para representarla en Toulouse, Montpellier y Perpinyà en este año en que se cumplen 70 del final de la guerra civil y de la retirada hacia el exilio francés. "Nos gustaría mucho representarla también en España. Tenemos contactos en Galicia", afirma Moreau.


Después de cada representación, hubo un debate sobre "la gigantesca obra de la memoria" que se reconstruye en España. "No se busca volver al pasado. El día en que mi padre, fusilado en 1941, sea sacado de la fosa, la herida será definitivamente cerrada", proclamó, de pie, entremezclando el castellano y el francés, el hijo de un republicano de Cuenca.

 

 

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