Después de treinta y seis años saludando a
la romana desde la frialdad de la piedra,
una de las últimas estatuas al fascismo que
quedan en pie en Europa va a convertirse en
el centro de la polémica. Un grupo de
escritores, artistas y poetas, encabezados
por José Carlos Rosales, Luis García
Montero, Juan Vida, Mariano Maresca, Justo
Navarro, Ángeles Mora y Álvaro Salvador,
entre otros, está ultimando la edición de un
libro para "instar" a las autoridades a que
se retire de manera urgente el monumento de
la discordia, que se ha mantenido intocable
durante todos los años de democracia,
independientemente del partido que ha
gobernado.
Situado en pleno centro de Granada, frente
al Palacio de Bibataubín, el monumento a
Primo de Rivera creado por el escultor
Francisco López Burgos en 1972 es algo más
que un homenaje a un personaje histórico. Se
trata de un monumento a una idea. Sobre un
pedestal, cinco brazos atléticos saludan a
la romana (el saludo fascista con el brazo
en alto). Sobre ellos, unas alas que
pretenden ser un águila mantienen el
equilibrio. "Ese saludo a la romana, copiado
de los nazis y de las milicias de Mussolini,
fue el saludo oficial del franquismo desde
que un decreto del general Franco así lo
estableciera en abril de 1937, en plena
Guerra Civil. Ha llegado el momento de
quitar esa estatua", explicó el poeta José
Carlos Rosales, que desde hace años ha
tratado de lograr su retirada sin éxito. "Es
incomprensible que hoy se glorifique en el
centro de Granada el mismo saludo con el que
las milicias de Hitler arrasaron Europa",
explicó.
Luis García Montero recuerda el momento en
el que los Consejos Locales del Movimiento
decidieron levantar la escultura. "Se inició
una inscripción popular. En aquella época se
mezcla una contradicción entre mi biografía
y mi opinión personal. Yo participé en la
campaña para levantar el monumento. Era un
niño y estudiaba en Los Escolapios. Mi
profesor de Formación Política nos pidió a
todos una contribución para honrar a José
Antonio y yo le pedí el dinero a mis padres.
Se puede sentir nostalgia hasta de los
momentos más sórdidos", dijo. Con respecto a
que la estatua permanezca en pie, el poeta
explicó que es "un monumento que recuerda
una época muy negra de España y hay que
quitarlo cuanto antes", concluyó.
A
lo largo de los últimos años, algunas
iniciativas han intentado retirar el
monumento, pero todas se encontraron con la
oposición en el pleno municipal del Partido
Popular.