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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Fosas que había que abrir

 

La Crónica de León 29 de Agosto de 2009

 

Poco a poco, el descubrimiento de fosas de la Guerra Civil va entrando en una senda de cierta normalidad. Aunque los focos mediáticos siguen los trabajos y narran las terribles historias que hay detrás de cada ‘paseado’, las exhumaciones no generan polémicas ni tensiones a flor de piel en los pueblos donde se producen. El Bierzo fue, y es, pionero en la lucha por la recuperación de españoles que acabaron en cunetas y caminos. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica nació con la fosa de Priaranza y hoy cuenta con delegaciones por toda España. Su trabajo de documentación y atención a los familiares de las víctimas es digno de valorar. 70 años después del final de la contienda entre españoles y 34 años después de la muerte de Franco, parece que ha llegado la hora de restañar viejas heridas. El objeto de este editorial no es analizar y enjuiciar la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica, sino únicamente un apartado como es la recuperación de los ‘paseados’. En ese sentido, la Ley ha servido para el fin que buscan los familiares, como es un soporte legal para abrir fosas que, por los años transcurridos, ni eran restos arqueológicos con más de cien años, ni casos abiertos porque han pasado más de 25. Desde ese punto de vista, hay que poner de manifiesto el clima de normalidad en el que ha entrado una labor que lucha también contra el tiempo. La mayoría de las fosas se localizan por el testimonio de vecinos o personas que vieron cómo enterraban los cadáveres, gentes todas ellas mayores. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene por delante un amplio calendario de exhumaciones. Habrá varias más en la provincia en las próximas semanas. Un país democrático como España, cuya Justicia ha abierto sumarios contra varios dictadores extranjeros, tenía sin embargo reticencias a abrir las puertas y ventanas de su pasado. En la España del siglo XXI no era posible que hubiera españoles enterrados en cunetas. Hay un dato muy curioso, y es que han sido los nietos los que han alentado en muchas ocasiones la recuperación de sus abuelos. León, por otra parte, ha sido también pionero en materia judicial, con decisiones de jueces como el de Villablino que permitieron en su día el acceso de familiares a pruebas de ADN. Los muertos deben estar en los cementerios. Si no hubiera sido ahora, algún día se hubiera producido el interés por desenterrar a los ‘paseados’ de la guerra. Y había que hacerlo.

 

 

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