El dedo en la llaga. Miguel Ángel
Rodríguez Arias, cuatro veces premio
de investigación en certámenes
jurídicos por trabajos en materia de
crímenes internacionales contra la
humanidad, ha puesto el dedo en una
herida no cerrada en España, tan
dolorosa que ha sido ignorada hasta
ahora: los Niños Perdidos españoles,
los «desaparecidos en vida», hijos
de presas republicanas arrebatados a
sus madres, y también secuestrados
en Francia y otros países para su
«reintegración a la patria» en los
años 50.
De ellos habla en su libro 'El Caso
de los Niños Perdidos del
Franquismo: Crimen contra la
Humanidad'. Algunas investigaciones
hablan de de 30.000 casos en España.
En Extremadura se desconoce la cifra
porque es un tema que no ha sido
abordado aún.
- ¿Hay Niños
Perdidos en Extremadura? Hay muchas
familias que buscan a desaparecidos,
pero nadie ha hablado hasta ahora de
secuestros infantiles en la región.
-Extremadura es la segunda región,
en números absolutos, en número de
desaparecidos, y la represión en
esta zona fue salvaje. ¿Cómo no va a
haber Niños Perdidos en Extremadura,
y sí en el resto de España?
Obviamente que los hay. El caso de
la toma de Badajoz, por ejemplo,
cuando lo cuento fuera de España, no
se lo creen. A nivel nacional
tampoco se ha hablado apenas del
asunto, y eso que la Asamblea
Parlamentaria del Consejo de Europa
ya hizo una condena expresa en 2006
al franquismo y reconoció a nivel
internacional la existencia de Niños
Perdidos en España. Pero ni las
autoridades de entonces ni las de
después hicieron algo para
investigar el asunto, y eso que
están considerados crímenes contra
la humanidad, que rayan el
genocidio. Es un tema que no saben
cómo abordarlo, por lo que ni lo
tratan en la Ley de la Memoria
Histórica. Pero no se puede
reaccionar ante un problema tan
grande tapándose los ojos, como los
niños chicos.
-Ante la
falta de datos y de información
exhaustiva sobre el tema ¿Cómo
aborda entonces esta investigación?
- En mi estudio lo que hago es la
argumentación jurídica para la
apertura del caso. Primero,
demuestro que existe el caso
basándome en la propia condena que
hace el Consejo de Europa; no
necesito que sean 800 o 1.200,
porque lo importante es si ha habido
sistematicidad o no desde el aparato
de poder del Estado. En los casos de
los que sí existen indicios, analizo
si existen elementos jurídicos
suficientes para articular el caso
considerándolos como crímenes contra
la humanidad, y si concurren los
elementos para que se le aplique el
Convenio de Desapariciones Forzadas
de Naciones Unidas. Se les puede
aplicar la jurisprudencia de
Nuremberg y las obligaciones
previstas en la Convención de la
Haya.
-¿De cuántos
niños secuestrados podríamos estar
hablando en España y en Extremadura?
- Yo
no hablo de números concretos. Lo
haré según lo que resulte de la
investigación oficial efectiva e
independiente que tienen que hacer
las autoridades. Habría que reformar
la actual Ley de la Memoria donde
dice que se delega en los familiares
la búsqueda, y crear una Comisión
Nacional de Búsqueda de
Desaparecidos, por ejemplo, y
establecer mecanismos de
coordinación necesarios con la
Fiscalía, los cuerpos policiales, y
las asociaciones de la Memoria. Lo
que no puede ser es que la
responsabilidad recaiga ahora sobre
las familias, que no tienen ni los
recursos, los conocimientos, la
experiencia, ni los medios.
-Según los
casos que se conocen ¿cómo se
realizaba ese secuestro sistemático
de niños?
-
Las vías de desaparición forzada de
niños eran principalmente tres, de
las que seguramente en Extremadura
se utilizaron dos. Por la primera,
se arrebataban los niños a las
madres que estaban en las cárceles.
Después de la Guerra, muchas mujeres
fueron encarceladas sin ningún cargo
acusatorio, sólo por su relación
familiar con republicanos o personas
señaladas. Algunas tenían niños o
estaban embarazadas, y a otras se
las viola, y las quedan embarazadas
en la cárcel o en dependencias
policiales. Éste es otro tema que
denuncia el Consejo de Europa, la
violencia contra las mujeres. La Ley
de la Memoria no sólo se olvida de
los niños, sino que también se
olvida de las mujeres, no tiene una
sóla palabra para ellas. La segunda
vía era reclamar la devolución de
los niños republicanos que se
enviaron a las colonias de Francia o
Inglaterra, para lo que se organizan
operaciones de secuestro en otros
países. Es la caza del niño rojo, de
la que no saben cifras, pero que ha
sido demostrada gracias a la
recuperación de un informe interno
del Servicio Exterior de Falange, de
noviembre de 1949, en el que se
habla de la repatriación, si no es
por unos medios por otros, en ese
lenguaje ambiguo con el que hablaba
el Régimen, de los niños a los que
los países de acogida no querían
devolver por ser España una
dictadura.
-En
Extremadura esta vía de secuestro
debió ser poco común, ¿no? porque la
región fue tomada tan rápido que
apenas dio tiempo de organizar el
envío de niños de familias
republicanas al extranjero.
-
Sí, lo de Extremadura fue un
desastre porque al principio no
había ni ejército republicano, y
para cuando se organiza, ya es
demasiado tarde para la región.
Seguramente se utilizó más la
primera vía y la tercera vía, que se
inicia ya acabada la guerra, durante
los años 40 y 50, o sea, mientras
dura el movimiento Maqui. Ésta
consiste en apresar a los niños de
las familias maquis. En los casos
conocidos, como de Emilia Girón, la
mujer va al hospital a parir, se
llevan al niño con la excusa de
bautizarle, y ya nunca se lo
devuelven tras decirle que el
pequeño ha muerto, y lo han
enterrado. Es uno de los casos que
se presentó ante la Audiencia
Nacional. Antes sólo se hablaba de
esto como un asunto histórico, pero
lo que yo argumento es que esto es
algo más, porque ha ocurrido tras la
entrada en vigor de la Convención de
la Haya. Debe enjuiciare igual que
las desapariciones del nazismo, y
cabe aplicar el Estatuto de Londres,
que sirve para los crímenes
cometidos a partir de enero del 33.
-Siendo el
asunto tan grave, en Extremadura no
se han denunciado apenas casos, y de
los que se tienen noticias, tampoco
se han investigado ¿por qué cree que
es un tema del que apenas se habla?
-Partimos de la base de que lo que
nos falta es una investigación
oficial, efectiva e independiente.
La primera obligación que marca el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos
es que es el Estado el que debe
iniciar una investigación en cuanto
se tiene noticia de un caso de
estos. Pero aquí estamos al revés.
Los pocos casos que se conocen es
porque algunas personas, incluso en
contra de la opinión de su entorno
familiar, han decidido dar un paso
adelante con muy poco apoyo, y
escasa comprensión. Es normal la
oposición de las familias, que
prefieren dejar las cosas como
están, porque la desaparición
forzada es algo muy doloroso, que
está diseñada para paralizar a la
población. Hace 30 años teníamos que
haber actuado con los 150.000
desaparecidos que hay en España. En
uno de mis últimos trabajos
demuestro que la Ley de la Memoria
no solo es mala, sino que viola
varios derechos humanos del Convenio
Europeo. Ahora estoy cerrando otra
sobre la prolongada ausencia de una
investigación oficial en el caso de
los desaparecidos del franquismo
como violación del derecho a la vida
familiar y trato inhumano de sus
familiares.