Faustino Horrach
Diario de Mallorca 16 de
Marzo de 2009
Un
gran ábaco de madera decora la reproducción de
un aula de la II República Española en el primer
piso del colegio público Alexandre Rosselló.
Abajo, en el despacho de la directora, vuelve a
ondear la bandera tricolor junto al antiguo
mobiliario de aquella época. En los pasillos,
antiguo material escolar, viejos carteles
pedagógicos y los primeros registros de este
centro educativo, que transportan los efluvios
de aquel tiempo cuando estaba en pleno apogeo la
apuesta por la reforma educativa: pública,
laica, obligatoria y gratuita. Cedidos por
el Museo Escola de Inca, estos muebles y
utensilios han vuelto al lugar donde recibieron
sus primeras marcas y rozaduras con motivo de la
exposición que ha organizado este centro
educativo para celebrar, del 16 al 20 de marzo,
su 75 aniversario de historia.
El alcalde Emili Darder junto al gobernador
Civil, Juan Manent, inauguraban el 14 de abril
de 1934 este colegio que contaba tan solo con
tres secciones, el más pequeño de un Plan
General Educativo para el que el gobierno local
destinó 2.400.000 pesetas y con el que se
construyó también el colegio Coll den Rabassa,
con cinco secciones y el colegio Son Espanyolet,
con ocho. Todos estrenados ese mismo día como
recogían los periódicos de la isla.
Conocido popularmente como Ses Finestres Verdes
se convertiría en la primera escuela pública del
ya emergente ensanche de Ciutat. "Tenía un
ambiente familiar que todavía mantiene", relata
su directora, Maria Teresa Sans, que con 25 años
en el colegio ha visto evolucionar su alumnado,
desde los hijos de barrio obrero, Foners y
polígon de Llevant, hasta la actual tasa de
alumnos de diversidad que alcanza el 75% entre
inmigrantes y etnia gitana. Aunque lo que
todavía no ha cambiado son las carencias que
arrastra su inmueble desde aquella época: sin
comedor, gimnasio, ni sala de actos o patio
cubierto, el colegio debe sufrir el lado
negativo de contar con paredes repletas de
historia pedagógica.
Durante esta semana, los 213 alumnos del centro,
de 3 a 12 años, repartidos en nueve clases han
preparado actividades para revivir aquella
época, desde juegos, maquetas o reproducciones
de tiendas antiguas. "Queremos que entiendan que
había otras formas de estudiar y de divertirse
antes de la videoconsola", explica Ana Ibáñez,
la jefa de estudios. La rayuela, las chapas, las
canicas y las piedras volverán al patio y
durante dos días, el 18 y 19, las puertas del
colegio estarán abiertas para que padres y
amigos celebren con ellos este aniversario.