Certificado
de buena conducta para Companys. Siguen humillándonos
Milagros
Riera
UCR 2 de Febrero de 2009
Al parecer nuestro gobierno va a dar un
“certificado de buena conducta” a Companys, sostengo que esto es
una felonía que nos lleva a los días mas negros de la dictadura
franquista. En aquel tiempo que tanto provecho trajo para los
fascistas, la Iglesia y los que aprovecharon del genocidio
republicano para matar, violar y robar, lo del certificado de
buena conducta era moneda corriente.
Los republicanos
que habían sobrevivido al exterminio, debían para encontrar
trabajo, salir de cárceles y campos o bien tratar de evitar el
paredón o el paseo, presentar a las autoridades competentes, es
decir a los golpistas rebeldes, un certificado de buena
conducta.
Estos
certificados los daban, cuando querían, los militares, las
autoridades, los fascistas reconocidos, los falangistas y las
monjas, también los curitas, estos eran los peores, gracias a
la confesión estaban al corriente del menor detalle del
pensamiento de todos sus feligreses, que se confesaran o no
siempre había alguien que aprovechaba el confesionario para
denunciar al vecino, fueron días de terror.
Muchas mujeres
que tenían sus parientes republicanos encarcelados tenían que
servir en casas de señoritas fascistas, y esto les daba la
ocasión de con su trabajo y su humillación tratar de conseguir
el ansiado certificado que a veces suponía salvar la vida de sus
represaliados, algunas lo conseguían, otras eran despachadas con
malos modos.
Mis padres
tuvieron para sobrevivir, buscar el papelito, sin el estaban
condenados a la miseria a pesar de ser funcionarios por
oposición, lo pidieron a sus familiares “del otro bando” se les
negó, la familia o la solidaridad no contaba mucho para los
vencedores franquistas. Lo obtuvieron por fin, pero mi madre
tuvo que llevar un habito durante un año para pedir perdón como
hija de rojo, el habito consistía en una túnica informe atada
con un cordón morado, nunca olvidaré ese cordón que ceñía la
estrecha cintura de mi madre, quisieron que fuera un signo ce
vergüenza, para mi fue siempre símbolo de orgullo.
Muchos años
después, al final de los años 50 seguía pasando lo mismo, cuando
mi abuelo quiso venir a morir en suelo español tuvimos que
buscar el certificado, y como en los primeros tiempos de la
dictadura, también familiares y amigos se lo negaron, yo fui con
mi madre a visitar en Barcelona a un presidente de la
Diputación, el nos lo dio, y nos dijo la admiración que siempre
tuvo por mi abuelo, su nombre siempre lo he llevado en mi
corazón.
Todo este
calvario que muchos pasamos me lleva a gritar mi indignación al
ver que los certificados de buena conducta de los fascistas a
republicanos siguen vigentes, no debemos aceptar esta practica
que debía ser de otros tiempos. Companys no necesita ningún
certificado, como tampoco ninguna de las victimas de los
rebeldes franquistas, no necesitan que les devuelvan una
dignidad que nunca perdieron.
Tampoco un
gobierno monárquico, heredero del fascismo y que se esfuerza en
acallar las justas peticiones de los que buscan a sus
desaparecidos, de los que piden la anulación de los juicios que
enviaron a miles de republicanos a la cárcel y a la muerte, un
gobierno que vende armas al estado asesino de Israel y que esta
dispuesto a cambiar la ley para que no se persigan sus crímenes,
y no puede cambiarlas para dar justicia y reparación a las
victimas republicanas, un gobierno así no tiene ninguna fuerza
moral para dar un certificado de buena conducta a nadie, y
nosotros no lo necesitamos.
No se puede
esperar nada de una monarquía heredera del fascismo, solo la III
República nos traerá la justicia
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Milagros Riera
http://ateosyrepublicanos.blogspot.com/