La Sociedad
de Ciencias Aranzadi ha exhumado en ocho años restos de más de 600
víctimas de la Guerra Civil
Miguel Cifuentes
Noticias de Guipúzkoa
11 de Marzo de 2009
La
sociedad ha intervenido en 70 desenterramientos, un 40% del total.
La actuación de estos días en Magallón es la segunda con mayor
número de víctimas de las realizadas hasta ahora
magallón (zaragoza).
70 exhumaciones y más de 600 restos recuperados. Desde que
en el año 2000 acometiera la primera actuación en Priaranza
del Bierzo (León), la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha
consolidado una larga y cada vez más intensa participación
en la localización y recuperación de fosas de la Guerra
Civil y el franquismo. Ha participado en un 41% de los
desenterramientos realizados en todo el Estado, con trabajos
en once comunidades autónomas e intervenciones que han ido
desde los pocos días hasta las cuatro o cinco semanas o,
incluso, meses de duración. La última, la que actualmente se
está llevando a cabo en la localidad aragonesa de Magallón,
es la segunda con mayor número de víctimas enterradas de las
realizadas hasta ahora. |
El equipo de trabajo
coordinado por Aranzadi, en plena tarea en Magallón.reportaje
gráfico: miguel cifuentes |
Es la última, hasta el momento, porque en los
planes de la sociedad ya figuran nuevas iniciativas en un futuro
cercano. "Hay varios proyectos a lo largo del año. Tenemos
pendiente, por ejemplo, alguna exhumación por el sur, si bien en ese
caso hay algún problema de tipo administrativo o burocrático",
reconoce Jimi Jiménez, arqueólogo de Aranzadi y director de la
mencionada actuación de Magallón. Según explica, los trabajos se
realizarán, en buena medida, de acuerdo con las iniciativas que vaya
subvencionando el Ministerio de Presidencia.
Lejos quedan, en cualquier
caso, aquellas primeras tareas en Priaranza, después de que Emilio
Silva -periodista, sociólogo y fundador de la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica- se pusiera en contacto con la
institución en su intento de encontrar el cuerpo de su abuelo,
fusilado en 1936 por el ejército franquista. La llamada fructificó
y, en octubre de 2000, los restos que él buscaba fueron exhumados
junto a los de otras doce personas. La investigación en este campo,
sin embargo, no había hecho más que empezar.
reivindicación social
Sólo dos años más tarde, León acogía otras cuatro actuaciones con la
presencia de Aranzadi. Y después le siguió Ávila. Y Gipuzkoa. Y
Burgos. Y Asturias... Distintas asociaciones surgieron para
reivindicar la memoria histórica y, entre otras reclamaciones, las
solicitudes de exhumación de restos (llegadas de rincones tan
alejados como las Canarias o el Sáhara) empezaron a ser habituales
en la sede de la entidad, que fue poco a poco atendiendo las
peticiones, siempre que éstas eran factibles de llevarse a la
práctica y, a menudo, recurriendo a la colaboración de entidades
próximas al lugar de los trabajos.
Tras un total de 38
desenterramientos entre 2002 y 2006, la Sociedad de Ciencias
Aranzadi realizó 19 exhumaciones más sólo en 2007, lo que, unido a
las diez acometidas desde entonces, ha hecho que en apenas dos años
se duplique el número de intervenciones y, también, el de restos
localizados. No en vano, en este último intervalo de tiempo, desde
enero de 2007, se ha afrontado la excavación de las dos fosas más
grandes hasta la fecha, la de Magallón (se calcula que puede haber
85 personas enterradas) y la del municipio burgalés de Valdenoceda,
donde se llegaron a levantar restos de 125 víctimas.
cementerios y cunetas
El resto de los trabajos, realizados tanto en cunetas como
cementerios, ha incluido todo tipo de condiciones. Desde pequeños
enterramientos en los que apenas había una persona, hasta amplias
fosas comunes con varios cuerpos apilados.
Este último caso es
especialmente habitual en aquellas regiones en las que la represión
y los fusilamientos a civiles fueron más intensos. La disposición y
el estado de los cuerpos, en cualquier caso, puede diferir de un
lugar a otro, así como las posibilidades de identificación.
Lo que nunca cambia es el
sentido de los trabajos. Ya sea en Priaranza, en Elgeta o en
Fustiñana, Aranzadi sigue actuando con un mismo fin, ayudar a las
familias en su objetivo de encontrar unos restos que nunca les
dejaron de pertenecer y colaborar, con ello, a la recuperación de
una memoria sepultada durante décadas. Magallón es la parada más
reciente. Pero no será, desde luego, la última.
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