Diario de
Córdoba 24 de Abril de 2009
La transición
fueron unas tizas de colores. ¿Recuerdan la escena en la que
Mary Poppins, en un día gris de lluvia londinense, salta
junto a los niños y el deshollinador a un mundo fantástico
de dibujos animados? Pues bien, para Almudena Grandes ésa es
la mejor metáfora de aquel periodo, solo que ahora 30 años
después "las tizas empiezan a desdibujarse". Las terceras
jornadas por la memoria histórica, organizadas por el Foro
de la Memoria de Córdoba, y el parlamentario José Manuel
Mariscal (IU) invitaron ayer a la autora de Corazón
helado a hablar de literatura y memoria de la Guerra
Civil y el Franquismo.
--¿La
literatura requiere distancia? ¿Cómo se compatibiliza con
escribir sobre pasado reciente?
--Para escribir el
Corazón helado me ayudaron más las memorias que
publican los abuelos con el apoyo de ayuntamientos que los
libros de historia. Los abuelos no tienen que quedar bien
con nadie, son los que cuentan la verdad y lo hacen sin
elaborarla.
--En su
ponencia contó que Paul Preston dijo que la historia
contemporánea es demasiado importante para dejarla en manos
de los españoles.
--Los hispanistas
extranjeros han tenido siempre la sensación de que la
historia de España era suya. Que, de repente, lleguen unos
discípulos suyos y se queden con la parte gorda del pastel
les sienta mal. Lo que pasa es que ellos pueden mirar con
objetividad nuestra historia, pero no pueden construir
nuestra identidad nacional. La emoción es un elemento
fundamental de la identidad.
--¿Cree que
está idealizada la Segunda República?
--Evidentemente,
sí, pero porque es el único experimento democrático que ha
tenido éxito en España. Es, lo que llaman los sociólogos,
nuestro gen democrático. La tenemos idealizada también
porque tuvo algo de milagroso, aunque se cometieron errores
en un país sin tradición democrática. Pero, por otro lado,
están las cifras y los hechos. ¿Hasta qué punto es idealizar
hablar de un régimen que construyó 12.000 escuelas o que
otorgó a las mujeres el estatuto jurídico más avanzado de su
época? Es lo mejor que nos ha pasado, un milagro y la gran
oportunidad para el progreso de un país con hambre secular.
Reivindicarla no es un ejercicio nostálgico, tiene que ver
con el presente y el futuro.
--¿Tiene
sentido luchar por la tercera república?
--Sí, porque la
república es la forma de estado más consustancial a la
democracia.
--¿Cuál fue el
mayor delito del franquismo?
--Asesinar a un
número incontable de criaturas y provocar una Guerra Civil
con miles de muertos. Fue un régimen pluricriminal y condenó
a España a volver a niveles de atraso de 1850.
--La historia
de España la han contado los historiadores y ahora son los
escritores los que hacen revisionismo.
--Puede ser pero
no tengo la sensación de haber revisado nada. Cuando escribí
Corazón helado no tenía la sensación de escribir
contra nada. Lo que hace la literatura española no es
revisionismo, no se trata de revisar una historia conocida
sino de contar las historias que no se conocen.
--¿Qué opinión
le merece la ley de memoria histórica?
--Insuficiente,
pero un principio de normalidad. Ha sido pactada y pacata
para no provocar reacciones. Pero como soy una optimista
congénita, creo que la ley es más importante por existir que
por aplicarse. Hay que tener en cuenta que España es un país
anormal: es el único donde la derecha no ha condenado el
fascismo.
--¿Es posible
reivindicarse como país sin mirar al pasado?
--No, claro, la
democracia española se estableció sin raíces, en el aire.
Haber reconocido sus raíces hubiera llevado inequívocamente
a reivindicar la República. Si eso se hubiera hecho a
tiempo, en el 75, la derecha no estaría como está.
--¿Hay que
desenterrar a los muertos de sus fosas?
--Hacer de la
cuestión de las fosas una cuestión de estado es una
salvajada. Es una decisión política hipócrita porque la
asociación de la memoria llevaba abriendo fosas desde el
2000 y nunca ha pasado nada. El auto de Garzón ha tenido una
evolución razonable y es un toque de atención interesante.
Lo que ha pasado en este país es que aquella famosa amnistía
que se chilló en la calle ha servido para amnistiar a los
criminales del franquismo.
--¿El pacto del
silencio de la transición es el origen de muchos problemas
actuales?
--Sí. Fue difícil
pero los padres de la transición tienen que entender que 30
años después ya no nos valga. El proceso que a ellos les
parece la gran obra de su vida, y lo fue, ya no vale.
--Cuando
escribe ficción sobre la historia, ¿lo hace como un acto de
justicia poética?
--Me gustaría que
fuera de una justicia algo más que poética, que fuera
justicia moral, incluso nacional. Me siento comprometida con
la gente que no pudo hacerlo.
--¿Cuál es el
mejor libro que se ha escrito de la guerra civil?
--En novela, El
laberinto mágico de Max Aub; en poesía, quizá Capital
de la gloria de Alberti. En estilo memorial, Memoria
de la melancolía de María Teresa León. Desde luego,
jamás, Por quién doblan las campanas . Sería
partidaria de nombrar a Hemingway persona non grata por esa
novela.
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Almudena
Grandes nació
en Madrid, en 1960. Estudió Geografía e Historia en la
Complutense y comenzó a trabajar escribiendo en
enciclopedias.
es autora de
novelas como: ´LAS EDADES DE LULU´, ´MALENA ES UN NOMBRE DE
TANGO´, ´ATLAS DE GEOGRAFIA HUMANA´ Y ´CORAZON HELADO´.