Guerrilleros de la libertad. Así se titula
el libro (Ed. Oberón, 2004) que Ángel Prieto,
maestro natural de Piornal (Cáceres) y miembro
de AGE (Asociación Archivo, Guerra y Exilio)
escribió hace pocos años, en un loable empeño
por recuperar la dignidad arrebatada (que nunca
perdida) de los últimos vencidos de la Guerra
Civil Española: el maquis o guerrilla
antifranquista.
Un libro que presenta batalla al silencio, al
olvido y a la soledad, para generosamente
devolvernos esta parte, tan real y tan trágica,
de nuestra historia en común como españoles y
extremeños.
Releo este libro que, unido a Huidos y
maquis, de Julián Chaves (Ed. El Brocense,
1994), La guerrilla antifranquista en
Extremadura, de Justo Vila (Ed.
Universitas, 1986) y otros, nos ofrecen rescatar
del injusto olvido los sueños y esperanzas de la
lucha guerrillera contra la dictadura. Una a la
vez hermosa y doliente historia, que por
desgracia muchos de nuestros conciudadanos,
especialmente los más jóvenes, todavía
desconocen. Tras la liberación del resto de
Europa de las garras del nazi-fascismo, los
golpistas del 18 de julio lograron mantenerse en
el poder. A pesar de la traición de Estados
Unidos, Francia o Gran Bretaña, cuyo auxilio
esperaron en vano, muchos combatientes
republicanos permanecieron emboscados,
presentando resistencia al franquismo. Sólo tras
años de sacrificios y penurias, la dictadura
logró erradicar estas guerrillas de la libertad,
a las que definió y trató como meras partidas de
bandoleros y malhechores, pero que hasta las
últimas fuerzas mantuvieron su empeño por traer
de vuelta la democracia republicana a nuestro
país.
El
piornalego Ángel Prieto centra su trabajo en el
Ejército Guerrillero de Extremadura - Centro:
guerrillas, partidas, enlaces, colaboradores,
delatores, contrapartidas,... y de forma
especial en los guerrilleros de Piornal y sus
alrededores (La Vera, Jerte, Tiétar...),
encuadrados muchos de ellos en la XII División,
que dirigía Pedro José Marquino Monje "El
Francés", que fue abatido en Peña Falcón
(Serradilla) en julio de 1946, y en cuya tumba
se colocó una placa que dice: "Mañana cuando
yo muera / no me vayáis a llorar / ni me
busquéis bajo tierra /soy viento de libertad".
En
este libro de Ángel Prieto encontramos nombres,
apellidos y apodos de aquellos que dieron su
vida en desigual combate, fueron encarcelados o
pasaron al exilio tras años de lucha, de
fatigas, de frío, de miedo, de supervivencia,...
Fueron hombres como "Ligero" (de Cabrero),
"Gacho" (de Los Ibores), "Sobrino" (de
Arroyomolinos de La Vera), "Coto" y "Cantares"
(de Garganta la Olla), "Especial" (de Jarilla),
"Pinto" (de Aceituna), "Peine" (de El Torno),
"Castaño" (de Cabezabellosa), "Parachuta" (de
Garvín), "Secreto", "Olivero", "Maestro",
"Gitano" (de Piornal), "Carlos", "Chaquetalarga",
"Quincoces", "Durruti", "Quico", "Veneno",
"Fabián", "Sartenero", "Compadre", "Galifa" y
tantos otros. Y entre ellos, también, unos
pocos, muy pocos, siempre los menos, los
delatores, como "Mora" o "Lobo"...
El
pasado año varios ciudadanos de Hervás (Ramón,
Alejandro, Vicente...) asistimos en Cabañas del
Castillo al emotivo homenaje que se le tributaba
a estos guerrilleros de la libertad, con la
presencia de historiadores, activistas por la
memoria histórica, algunos veteranos
guerrilleros supervivientes, como "Carrete", y
familiares y amigos de muchos otros. Poco
después, en Aceituna, su pueblo natal, asistimos
también al homenaje ofrecido al guerrillero
Gerardo Antón "Pinto".
Pero
incluso ahora que la memoria renace, y poco a
poco nos es por fin devuelta nuestra Historia,
el tiempo pasa inexorable para todos, también
para los héroes guerrilleros. Hace pocos meses
fallecía en Béjar nuestro amigo Justo Jiménez
"El Cojo". Más recientemente, también nos han
dejado los guerrilleros "Chaval" y "Carrete".
Sirvan
estas líneas como homenaje a todos ellos, a la
vez que como muestra de agradecimiento y
admiración por el trabajo del maestro Ángel
Prieto, por poner, sin el más leve rastro de
revancha, su decisivo grano de arena contra el
injusto y cobarde olvido que cubría las
historias de quienes dieron su vida por la
libertad, la justicia y la democracia
republicana, y nos privaba de la memoria,
sepultada por una Transición desigual e
incompleta, de los fusilados, los encarcelados,
los exiliados, los guerrilleros, los niños de la
guerra, los desaparecidos... Es decir, la
memoria de los vencidos en la batalla de las
armas, y sin embargo victoriosos en la batalla
de la razón, de la dignidad y la decencia. La
memoria de los héroes y los mártires olvidados
de nuestra democracia. Una memoria que sólo tras
largo tiempo y duros esfuerzos nos ha sido
devuelta, pero que ya no nos abandonará nunca