El profesor de la Universidad de Barcelona
Ricard Vinyes, junto a Montse Armengou y Ricard
Belis, publicó hace años el libro ´Los niños
perdidos del franquismo´. En uno de sus trabajos
anteriores, ´Irredentas, las presas políticas y
sus hijos en las cárceles franquistas´, narra
las peripecias del psiquiatra del régimen que,
para experimentar con sus teorías, vino hasta la
cárcel de mujeres de Málaga e investigó a 50 de
ellas, 30 condenadas a muerte.
Vallejo pensaba que factores externos a la
persona destruían la hispanidad y detectó en
esas presas, en plena guerra, complejos de
inferioridad y resentimiento. Así formuló la
teoría de la eugenesia social, ya probada con
éxito en la Alemania nazi. Este pensamiento
abogaba por apartar a los tarados de la sociedad
-republicanos y comunistas-. "En todo resentido
existe un marxista auténtico", llegó a decir.
Bajo el auspicio de este marco teórico, los
hijos eran separados de sus madres para ser
educados bajo el paraguas de Falange y sólo
podían darles el pecho una hora al día. Más
adelante, propició que miles de pequeños
huérfanos fueran recluidos en centros del
Auxilio Social, hospicios y colegios vinculados
a la Iglesia para su reeducación. Y, anticipando
en decenas de años lo que ocurrió en Argentina,
muchos de ellos fueron entregados a familias
adeptas al Régimen.
A estos chicos se les conoce como ´los niños
perdidos del franquismo´, un segmento social sin
memoria ni identidad que puede ser calificado
como ´la generación robada´ -denominación que se
da a los niños aborígenes australianos separados
de sus padres para ser reeducados-.
El investigador y ex presidente de la Asociación
para la Recuperación de la Memoria Histórica de
Málaga, Francisco Espinosa, afirma, basándose en
el libro ´Los niños perdidos del franquismo´,
que en Málaga, a finales de 1943, había 350
niños y niñas internados en los centros
especiales del Patronato de la Merced. "Sus
padres habían perdido la tutela y fue el propio
Estado el que publicó la lista de centros",
señala.
Sólo en la provincia había 13 colegios de este
tipo. En España son 10.575 niños los que vivían
en los centros de la Merced a comienzos de la
posguerra, según las investigaciones de Vinyes.
Ahora, el juez Garzón ha remitido a los juzgados
decanos de siete provincias, entre ellas Málaga,
un auto del 26 de diciembre en el que se insta a
investigar qué ocurrió con esta generación. "La
dictadura franquista pudo haber propiciado la
pérdida de identidad de miles de niños en la
década de los años 40", apunta el magistrado.
Éste se ha inhibido en favor de los juzgados
territoriales después de que la Sala de lo Penal
de la Audiencia Nacional tumbara su
investigación.
Además de esos 350 niños de Málaga, a cuyas
familias se pasó por las armas, hay que sumar
los que se encontraban en los orfanatos y en los
centros de Auxilio Social, así como a aquellos
que fueron entregados a familias de reconocida
filiación falangista. "Dar un número concreto de
los niños sin identidad que acogió el Régimen en
Málaga es sin duda una temeridad y no sería
ajustado a la realidad", señala Espinosa.
Emilio Silva, periodista e investigador, ha
editado recientemente el libro ´Las fosas de
Franco´ (Temas de hoy), junto a Santiago Macías.
Este destacado experto recuerda que en toda
España pueden ser, como mínimo, unos 30.000
niños los separados de sus familias y señala
que, incluso, "se creó una arquitectura teórica
para justificar esto".
"Muchos niños eran llevados a los centros de
Auxilio Social -dependientes de la Sección
Femenina de Falange- y recibían asistencia con
el objetivo de apartar de ellos el gen marxista.
También eran llevados a centros de vagos y
maleantes o a hogares dependientes de la Iglesia
católica, según las edades. Yo conozco casos en
los que arrebataron niños a familias
protestantes", explica Emilio Silva.
"El problema es que en España se destruyeron
muchos documentos durante la Transición. Es todo
muy complejo y cuantificarlo es muy difícil. En
el Archivo General de Documentación pueden
quedar miles de documentos almacenados que aún
no han salido a la luz", apunta.
En Pamplona, relata, se dio un caso muy
extraño: varios de estos niños robados
comenzaron a recibir cartas en las que se les
explicaba su verdadero origen.
Analogías. Este autor apoya decididamente la
investigación del juez Baltasar Garzón, que
ahora tendrá que ser completada por los juzgados
de Instrucción de cada provincia.
"Casos similares acaecidos en la dictadura
argentina tumbaron la Ley de Obediencia Debida.
Allí han sido hallados 72 niños -ahora ya
adultos- e incluso los colectivos ponen anuncios
en los medios para dar con ellos", reflexiona.
Silva ha localizado un documento de Falange en
el que se habla de una especie de operación
rescate de estos niños en Rusia y otro escrito
en el que un cura le escribe una carta a una
familia en la que le explica cómo borrar el
origen verdadero de una persona.
Este escritor, pionero en la lucha por la
Memoria Histórica, está convencido de que sólo
en relación a los sucesos de la Carretera de
Almería debe de haber cientos de niños huérfanos
que después fueron reeducados por el Régimen.
Casos concretos. En Málaga hay dos historias
significativas: el de un chico cuyos padres y
hermanos mayores fueron fusilados. Su hermano
pequeño y él mismo ingresaron en un hogar de la
Falange.
Otra señora del Rincón fue ingresada por su
madre, junto a su hermanita, en San José de la
Montaña. Nunca volvieron a saber nada de los
progenitores. Al padre, incluso, le impidieron
trabajar en su profesión habitual. La generación
robada puede ahora recuperar su identidad. El
problema es que muchos ya no quieren volver a
andar sobre aquellos pasos ahogados en sangre y
olvido.