Fulgencio Fernández
La Crónica 16 de Enero de
2009
‘El
último frente’ recoge las ponencias sobre la
guerrilla de un curso en la Complutense
El último frente’ no es un
título retórico y falto de contenido; la
guerrilla antifranquista en España sólo se puede
entender en el contexto de la guerra civil y de
su inmediata respuesta por parte de la dictadura
con un intenso despliegue represivo, tanto desde
el punto de vista teórico como práctico”; es
decir, persiguiendo a los guerrilleros en los
montes y contando la historia, su historia, en
los libros. Así explican en el prólogo del libro
Julio Aróstegui y Jorge Marco el título y el
contenido del ensayo que acaba de llegar a las
librerías, publicado por Catarata y que recoge
las ponencias presentadas en el ‘Encuentro
Internacional Resistencia Armada en Posguerra.
España 1939-1952’, que se celebró en 2006 en la
Universidad Complutense de Madrid, que
coordinaron los citados Arostegui y Marco con
una importante aportación leonesa al mismo. “El
curso reunió a los más importantes
investigadores y ahí radicaban algunas de las
singularidades del mismo: Primero, era la
primera vez que el fenómenos maquis llegaba a la
universidad española y, después, fue un
encuentro profesional, por decirlo de alguna
manera; es decir, para historiadores”.
Serrano, Odette y Llamazares
El libro recoge casi veinte ponencias de
expertos, que van analizando desde la guerra
civil, al contexto histórico, la vertiente
social de la guerrilla, el maquis y su
organización, otras asociaciones como el PCE,
los territorios guerrilleros:
Asturias-Galicia-León, Cataluña, Andalucía...
hasta el análisis de si eran rebeldes,
justicieros o delincuentes. Cerrando el libro el
testimonio de las mujeres en la guerrilla.
También hubo otras aportaciones desde el mundo
del arte, como las ponencias del crítico de cine
Carlos F. Heredero y el escritor leonés Julio
Llamazares, que no aparecen recogidas en el
libro, que se centra en la vertiente histórica
del congreso.
La aportación ‘leonesa’ en este volumen es
significativa en todos los apartados. De un lado
está la ponencia de Secundino Serrano,
seguramente el mayor experto nacional en la
vertiente histórica de la guerrilla
antifranquista, quien habló de la ‘Génesis del
conflicto: La represión de los huidos. La
federación guerrillera de León-Galicia’; la
‘parte femenina’ de la guerrilla es analizada
por Odette Martínez, hija de otro guerrillero
leonés —Quico— quien tituló su trabajo ‘Los
testimonios de las mujeres de la guerrilla
antifranquista de León-Galicia’ y, finalmente,
en el apartado de las colaboraciones literarias
estuvo presente el citado Julio Llamazares con
‘Los héroes de mi infancia’.
La ponencia de Secundino Serrano analiza como
“el clima y el contexto de persecución provocó
la primera oleada de fugados, fuxidos,
emboscados, escapados o los del monte, con el
único objeto de pasar a la zona republicana o
escapar de las garras de la primera oleada de
represión. Así muchos de ellos se integraron en
el XIV cuerpo del Ejército Guerrillero o
actuaron de forma independiente hasta la
conclusión de la guerra cuando, ante el envite
de los consejos de guerra, se produce una nueva
huida de hombres a la sierra”.
Mujeres y guerrilla
Especialmente significativa resulta la ponencia
de Odette Martínez Maler, hija del guerrillero
leonés Quico y especialista en todo lo
relacionado con la mujer y la guerrilla. Apunta
en su trabajo que a las mujeres “les cuesta
reivindicar, como resistentes, una experiencia
indirecta de la lucha armada: ellas actuaban
casi siempre como ‘hermana de’, ‘hija de’, mujer
de’, etc.; su identidad siempre venía construida
o destruida con respecto a lo masculino hasta el
punto de enmascarar el sentido de su compromiso
personal”.
Algo que se puede entender si vemos algunos de
los testimonios que recoge, como el de Chelo,
quien habla de la reprobación moral que sufrían
por su condición de ‘esposas de’ o ‘amantes de’
los guerrilleros y recuerda como “las perseguían
llamándolas ‘las putas de los rojos”.
También sucede que en aquel momento no se
valoraron sus acciones y su compromiso como
punto final de negación de identidad política.
Recoge como ejemplo el testimonio de Ángela
Losada, cuyo padre fue ejecutado el 18 de julio
de 1936. “No, yo no tenía acciones resistentes”,
llega a afirmar esta mujer; pero a continuación
relata cómo cumplía tareas muy peligrosas de
abastecimiento de la guerrilla, al margen de
convertirse en la cabeza de familia pues su
madre, Alpidia Moral, también se convirtió en
guerrillera y murió en un combate en los montes
del Bierzo.
Habla Ángela del peso de la soledad, de las
responsabilidades de ser cabeza de familia
siendo casi una niña, de la epopeya diaria de
vivir con el estigma de la familia a la que
pertenecía pero, señala Odette Martínez, “esta
experiencia indirecta de la represión no la
presenta espontáneamente como de carácter
político”.
Sara Álvarez va más allá y cuenta “como actos
normales de mujer cristiana el hecho de coser
falsos trajes de guardia civil u otros gestos de
solidaridad, actos que eran, no obstante,
verdaderas acciones resistentes y que suponían
riesgos enormes”.
A todo ello, se suma la confusión entre
afectividad y compromiso político que en la
mayoría de los casos de estas mujeres existían
pues su relación con ‘los del monte’ era también
familiar. También hubo casos de compromiso claro
y ‘contundente’, como el de la citada Alpidia
Moral. Todo un mundo en un libro.