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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Noelia S. Lorca

El Ideal  de Granada 2 de Septiembre de 2009

 

 Cientos de liberales y activistas republicanas granadinas fueron asesinadas por los sublevados durante la Guerra Civil en el Barranco de Víznar

«La sangre sonará por las alcobas y vendrá con espada fulgurante, pero tú no sabrás dónde se ocultan el corazón de sapo o la violeta. Tu vientre es una lucha de raíces, tus labios son un alba sin contorno, bajo las rosas tibias de la cama los muertos gimen esperando turno».

Con este fragmento de la poesía lorquiana 'Casida de la mujer tendida', el autor pareció tener una intuición de lo que representaría la figura femenina durante los años de la Guerra Civil.

Muchas han sido ya las veces que se ha hablado de los últimos momentos de García Lorca, convertido, quizá por su trágica muerte, en un mito. El poeta granadino se alza como uno de los estandartes de esta época, en la que revolución y rebeldía no eran sinónimos de un nuevo comienzo, sino de un amargo final.

Pero poco o nada se conoce de las mujeres, que como él y tantos otros, se introdujeron en los círculos intelectuales y lucharon por defender unos valores cuyos principales motores eran la igualdad y el respeto hacia la imagen de la mujer.

Rosario Fregenal, más conocida como 'La Fregenala', modista y activista en potencia, muy comprometida con los valores republicanos; Agustina González López, 'La Zapatera', liberal, intelectual y política -fundadora del partido 'El Entero Humanista'-, escribió ensayos y obras de teatro, entre las que destacan 'Opúsculos Philosóficos'; Antonia Molina Pérez, una niña de 13 años; o María Luisa Pueo Costa, profesora exiliada cuando asesinaron a su marido, el catedrático y director de la Escuela Normal, Agustín Escribano. Son nombres de mujeres que murieron o se exiliaron manteniéndose fieles a sus valores. Lejos de miedos a represiones, estas féminas pagaron con su vida la defensa de sus ideales.

El 1 de noviembre de 1936, el barrio del Realejo asiste a la acusación y posterior entrega de 'La Fregenala' por parte de tres de sus vecinos. Las fuerzas sublevadas la llevaron hacia el Barranco de Víznar, a pesar de la intervención que, en su favor, hizo Manuel de Falla, ya que Rosario era modista de Carmen, hermana del gran compositor. Dos tiros bastaron para acabar con la vida de esta mujer de 42 años, fusilada por pasear la bandera republicana durante las elecciones de ese año.

Primeros días de agosto de 1936. Agustina González, más conocida como 'La Zapatera', era una mujer culta, gran oradora, pintora y en la que parece que Lorca se inspiró para escribir 'La zapatera prodigiosa'. Envidiada por su belleza y tratada de loca, Agustina González murió acusada por ser, además de una feminista en potencia y cabeza pensante de todas las manifestaciones contra el caciquismo, una de las primeras que se atrevió a hablar de la conveniencia del matrimonio entre personas del mismo sexo.

El 23 de julio de 1936 una joven de 13 años de la que sólo se conoce su nombre, Antonia Molina Pérez, se ve arrastrada, sin explicación alguna, hacia 'La Colonia' de Víznar para ser tiroteada junto con otras activistas republicanas.

Otra luchadora, María Luisa Pueo Costa, fue profesora y responsable de dirigir la Residencia Femenina de Estudiantes. Esposa del catedrático Agustín Escribano, estuvo perseguida, al igual que centenares de docentes, porque se creía que promulgaba la idea de la República entre sus pupilos. Cuando su marido fue fusilado, ella se vio obligada a abandonar Granada con su hija ante la posibilidad de ser asesinada a manos de las fuerzas falangistas.

Granadina de adopción

Aunque no se conoce la fecha exacta de su ejecución, la vienesa Margaret Adler también fue fusilada en Víznar. Pareja sentimental del arquitecto granadino Alfredo Rodríguez Ordaz, Adler sorprendió a la conservadora sociedad de la ciudad por su modernidad y sus hábitos liberales. Detenida cuando estaba de vacaciones en Salamanca, ella, su marido y su hijo fueron trasladados de nuevo a Granada donde, tras pasar por el Gobierno Civil, el matrimonio fue asesinado en el que ya es el barranco de la muerte, en la localidad de Víznar.

 

 

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