Artículos de
José
Luis Pitarch
sobre la Guerrilla
antifascista
Guerrilleros españoles
antifascistas
José
Luis Pitarch Publicado
en “Turia”, Nº 1.896; 2-8/6/00:
Estuve en
Madrid, el 27 y 28 de mayo, con George Sossenko, “author,
lecturer”. Vive en Atlanta, Georgia, USA, y, pese a su apellido, es francés
(su mujer, Birdie, sí es gringa, gringa buena). Sossenko fue quizá el más
joven de los “brigadistas internacionales”: se fugó de su casa de París,
para España, a los 16 años, y se alistó en una brigada francesa, inventando
otra edad y nombre. Después
combatió con las “Forces Françaises
Libres” de De Gaulle, contra los nazis. Ahora vino (lo pudieron ver en la
última página de “El País”, con
su gorra de brigadista y 80 años aún fuertes) a las Jornadas sobre la
Guerrilla y la Resistencia Antifranquista, organizadas por AGE, Asociación
“Archivo Guerra y Exilio”, en
síncope, o “para la creación del Archivo de la guerra civil, las Brigadas
Internacionales, los Niños de la Guerra, la Resistencia y el Exilio Español”,
en plenario. Asociación que levanta la voz de la memoria y la dignidad contra
el olvido, sobre esa parte de la historia que nos han robado, escondido, y pide
el reconocimiento moral, político y, en su caso, económico de los “héroes
de una causa perdida”, como escribía el cotidiano “Atlanta Constitution” y subrayaba el cónsul general de Francia
en esa ciudad. Pues lo que AGE
impulsa es, ya décadas, moneda de uso en una Europa a la que a veces, se diría,
sólo nos acercamos para que grandes capitales celtíberos hagan inmensos
negocios, y para bombardear con discriminación y ferocidad, bajo señuelo de
“la libertad”. Mas en Europa los hermanos de nuestros “maquis” son héroes
de la libertad de todos, tienen calles y parques a su nombre, perciben
pensiones, gozan rango militar. Pero en nuestro querido y miserable país
aún son “bandoleros”, medio enterrados bajo la imagen y difamación
fabricadas por la propaganda del “Régimen”; y algún preclaro
“regimental” fusilador como el señor Fraga sigue ensuciándonos a todos
(especialmente a su partido) en primera línea de las Instituciones, y a
servidor le niegan la cruz por años de servicio que han dado a criminales
convictos de rebelión contra la democracia (ya que éstos tuvieron “honor”,
yo no). Hay que nombrarlo cien veces, ambas citas (aparte, ya he ganado tres
Recursos contencioso-administrativos, y veremos el cuarto: seguimos luchando por
el Estado de Derecho). Los equivalentes de Fraga en Francia fueron fusilados o
encarcelados por la democracia, tras el fascismo. Aquí, el citado anda
subvencionando con dinero público, y loando, un libro filo-nazi. En fin, tuve
la suerte de participar en dichas “Jornadas”, en una mesa de archiveros,
juristas y guerrilleros, precisamente sobre “el Pacto de Silencio”. ¿Pacto
tácito, tabú (dos caras de lo mismo), aduanas ideológicas, aduanas militares?
Fueron 25.000 guerrilleros (contando sus enlaces), más de tres lustros, con
miles de muertos, y muchos más torturados. También
ocultan a los militares honestos estos años bárbaros.
Los últimos soldados de la República
José Luis Pitarch
Publicado
en “Turia”, Nº 1.915; 13-19/10/00:
Séneca, Lucio Anneo, Epístolas
a Lucilio: “No busquemos nuestra enfermedad fuera de nosotros mismos; está
dentro, en nuestro vientre, y el no percibir que estamos enfermos hace más difícil
que curemos”. Vean la modernidad
de Séneca el Joven, describiendo hace dos mil años la morbidez de nuestros
actualísimos “ideólogos de la ganancia”, que hacen de la política genuino
mercadeo (Fernando G. Delgado). O la opulenta indiferencia de esos bañistas de
hoy que ven a sus pies morir a otros hombres, de África; el hielo de esos
gobernantes nuestros, a los que vamos a denunciar penalmente, por la presunta
conducta del Artículo 195 del Código Penal, “omisión del deber de socorro a
personas desamparadas y en peligro manifiesto y grave”.
El
mal está en nuestro vientre, si no vemos nuestro genocidio sobre el pueblo irakí,
la omisión de socorro, el bombardeo atroz sobre población indefensa. Que
violamos los derechos humanos de centenares de miles de niños, los que mueren
de hambre y dolencias curables, ya una década, sin que sirva de nada al
supuesto fin de hacer caer al tirano. Lo revelaba con detalle y honestidad
periodística --tan sitiada, podada y comprada en este país-- John Pilger, en
reportaje reciente de la BBC. USA y UK
hacen literalmente lo que les da la gana, contra el pueblo irakí, contra el
Derecho Internacional, y por encima de la ONU. Mas este genocidio permanece
impune, como el de Pinochet tantos años, como el de Suharto, como el del régimen
marroquí con los saharauis, y tantos más perpetrados por protegidos y
testaferros nuestros. O como el terrorismo y muerte que induce el homicida Ariel
Sharon. Pilger narra que, de aquellos a quienes se dirigió para hablar de los
derechos humanos de los niños de Irak, sólo dos se negaron: Sadam Husein y
Robin Cook, ministro inglés de “Exteriores”. Aprendices de aquel canalla
llamado Nixon, que decía: “no me confundan con hechos, mi idea está ya
hecha”. Creerán, con Milosevic, que la política todavía no se despegó de
la zoología. Pero de Milosevic, el tirano malo (porque los hay buenísimos, ya
saben) hablaremos más despacio. Y del Ejército yugoslavo, que, como casi todo
ejército, lo primero, se salva a sí mismo.
Aquí,
andamos luchando (Asociación Guerra y Exilio, AGE) para que se reconozca
que los últimos soldados de la República, los guerrilleros antifascistas o
“maquis”, no fueron bandoleros. (Y que Vicente Rojo, el gran general y gran
hombre valenciano, tenga una calle en Valencia; en Burgos, Yagüe da nombre
hasta al hospital de la S.S.; en
esto siguen las dos Españas, vencedores y vencidos). Aquí, se niega a AGE,
todavía, acceder a ciertos archivos. Mas traemos
el lunes 16, Geograf. e Historia, 19 horas, a Hans Landauer, Presidente
de los ex Combatientes antifascistas austríacos. Y tenemos en el Parlamento una
Proposición de dignidad y memoria, que ya firman todos menos el PP, que duda.
Ojalá sea la duda de Borges y Sciascia, ésa que es instrumento fundamental del
conocimiento.
LOS
“MAQUIS”, ÚLTIMOS SOLDADOS DE LA REPÚBLICA
José Luis Pitarch Publicado
en “Turia”, Nº 1.971; 9-15/11/01:
Veintiséis años
muerto Franco, perdura su sombra, o los miedos y castración político-moral que
dejó. (Esta castración comunal es el “atado y bien atado”, productor de
ignominias como tener a uno de sus ministros principales, que dio el plácet a
fusilamientos y torturas, de presidente del partido con mayoría absoluta y
presidente de comunidad autónoma; de ignominias como seguir exhibiendo
bizarramente en Melilla placas y monolitos conmemorativos de haberse allí
iniciado la sublevación militar-fascista el 17 de julio de 1.936). Veintiséis
años muerto Franco, los guerrilleros antifascistas o “maquis”
que le combatieron, los homólogos de la “Resistencia” francesa, los últimos-soldados-de-la-República,
siguen sin reconocimiento legal a su lucha por las libertades, bajo un muro
mayoritario de silencio y deserción por parte de las fuerzas
democráticas. Muro que sólo están rompiendo algunos cineastas, un mínimo
puñado de diputados, dos o tres historiadores, algún novelista, un grupo de
muchachos de Santa Cruz de Moya, y alguna asociación como AGE (Asociación
Guerra y Exilio), a cuya junta directiva me honro en pertenecer. Asociación que contribuyó en buena parte a que, el pasado 16 de mayo,
dijera el Congreso que los maquis no fueron bandoleros y malhechores. Parió la
burra.
Bella
proclamación casi poética, ésta de mayo, que exige ser vertida a leyes
canceladoras de todo antecedente penal o administrativo; leyes que reconozcan su
patriotismo, que les reconozcan una pensión, y, en abrazo de Vergara que se les
debe, rango militar honorífico. Más o menos, como en los países de la Unión
Europea que sufrieron ocupación
fascista. Apenas reclamamos ser Europa también en esto (o
sea, una vez más, pedimos una moral total, no una moral parcial). Y, por
si las fuerzas políticas españolas, si el Parlamento español, no prestan
atención a este programa que urge, esperando (por las edades de los
guerrilleros) a ver si “muerto el perro...”, ensayamos una amplia maniobra
envolvente por Europa. Quizá quienes no viven lastrados por la sombra de Pétain,
de Mussolini, de Léon Degrelle, de Seyss-Inquart, sean más receptivos que aquí.
Para esto y otras cosas, estamos creando un gabinete jurídico internacional,
con dos sedes por el momento, en Perpignan y Valencia.
Para todo ello,
los tres últimos días de octubre, en Pau, la capital de Pirineos Atlánticos
galos, nos hemos reunido, en sede
universitaria (Universidad de Pau y Países del Adour), con la quincena de
organizaciones francesas con quienes mantenemos la Coordinadora “Memoria y
Actualización de la Guerra y el Exilio”. El Rector o “Président”
Jean-Louis Gout, y el Alcalde de la ciudad-Senador-ex Ministro André Labarrere,
han organizado también, en el “Amphithéâtre”
del rectorado, un homenaje a los guerrilleros españoles, en que varios de ellos
recibieron la medalla de oro de la ciudad. El “comité de parrainage” (25 patrocinadores) incluía a la “Ligue
des Droits de l’Homme”, Consejos de residentes españoles, “Amicale” del
campo de concentración de Gurs, “Solidarité Étudiante”, incluso al
Partido Socialista del Béarn. Entre los condecorados e intervinientes, nuestro
“Quico”, Francisco Martínez, que vive en El Campello. Con él fui desde
Valencia y regresé. ¿Saben?: los viajes nos los pagamos nosotros. Allí nos
invitaron a todo.
José Luis
Pitarch
REHABILITAR
A LA “RESISTENCIA”
ANTIFRANQUISTA
José
Luis Pitarch Publicado
en “TURIA”, Nº 1.947;
25-31/5/01
La
herencia de Franco, según en qué solares, pesa aún
más que un mal matrimonio. Costó cúmulo abolir el Decreto de quince días
después de morir el “caudillo”, por
el que éste figuraría “a perpetuidad” en cabeza de todos los escalafones
de Tierra, Mar y Aire, incluso los de Oficinas Militares o Veterinarios (algún
arresto me costó pedir tal supresión), y aún cuesta abolir del todo la
venganza y el silencio, pilares sobre los que se construyó “el régimen” de
castración colectiva. Todavía el PP, heredero parcial del franquismo, no puede
admitir tres de los cuatro puntos de la Moción parlamentaria sobre los
guerrilleros antifranquistas o “maquis”, apoyada prácticamente por el resto
del Congreso. Tendría Aznar que renegar de Fraga, y quizá de sí mismo.
Lucha
antifranquista de unos hombres y mujeres, últimos soldados de la República,
que dieron su juventud, y muchas veces su vida, por movilizar al pueblo yacente
contra la dictadura, para ser levadura de la recuperación de las libertades. Éste
fue su combate, aunque la dictadura y la dictablanda nos lo hayan ocultado bajo
un manto de olvido, de forzada amnesia, de desmemoria. Fueron
resistentes contra el totalitarismo, la “Resistencia” española
contra los compadres de Hitler. Y les echaron de la Historia. ¡Ay Felipe González,
ay España! ¡Si ni siquiera tenemos en Valencia una calle del valenciano
Vicente Rojo! Mas sí el escudo franquista presidiendo la “capitanía
general”, y al césar marroquí a caballo dentro.
Por
eso, rehabilitar a los guerrilleros es saldar
una deuda. Es romper la desmemoria, la traición a la verdad y a la
Historia. Es honrar a la justicia y a la dignidad, repasen algunos el Artículo
1 y el 10 de la Constitución. Interesa aún más a nosotros que a los viejos
guerrilleros, que nunca perdieron la dignidad. Porque se trata, como señaló el
diputado nacionalista gallego Vázquez, de la propia credibilidad de la
democracia, que sigue manteniendo guetos. Se trata de que, mientras no
esclarezcamos el pasado, el presente es indigno y el futuro, imperfecto.
Así,
mientras aplaudimos la rehabilitación política que han aprobado los diputados
por unanimidad (rehabilitación política y rehabilitación moral, pocas veces
están tan cerca la moral y la política), urgimos que dicha rehabilitación se
haga “jurídica”, devenga en leyes, como en toda Europa menos aquí.
Reclamamos que abran los archivos, y dejen de ser tabú aquellos años cuarenta
y cincuenta, que los investigadores puedan investigar. Desde AGE, Asociación
Guerra y Exilio, a cuya junta directiva tengo la honra de pertenecer, llamamos a
todas las fuerzas políticas, sociales, sindicales, a seguir luchando desde la
paz y la democracia hasta que se devuelva a los guerrilleros lo que aún se les
niega. Sabemos lo duro que puede
ser superar el tabú militar, que se reconozca (como en Francia, etc) que su
lucha fue militar, con derecho a pensiones, seguridad social... Pedimos un
definitivo “abrazo de Vergara”, para creernos que la transición ha acabado.
Nos lo encomendó la Asamblea de Guerrilleros en octubre del 99 y mayo de 2.000,
y en ello estamos.
José
Luis Pitarch
Algunas
notas sin utilizar,
en relación a este asunto:
“Prendre le maquis” significa tomar, echarse al monte. “Maquis”
es la versión gala del italiano “macchia”,
un tipo de espesura o monte bajo mediterráneo. Del cual deriva “maquis”
como lugar donde se reunían los resistentes franceses a la ocupación alemana,
y como grupo de estos resistentes. Genéricamente, vino a designar la
“Resistencia” francesa en la II Guerra Mundial. Y “maquisard”,
el guerrillero, el resistente.
Por
eso se llamaron maquis los resistentes españoles de los años cuarenta y
cincuenta (muchos de los cuales habían luchado en la Resistencia francesa
contra los nazis), los resistentes contra el fascismo español y el
totalitarismo, contra los compinches de Hitler. Y es hora ya de liquidar el
manto anti-histórico de desmemoria y forzada amnesia sobre ellos, impuesto por
un “régimen” que se basó en la victoria, la venganza, el silencio, la
mentira. ¡Y que llega hasta hoy! (ay, Felipe de mi alma, cuántas cosas
traicionaste). Es hora de que al pueblo español se le deje de engañar, de que
acaben los guetos en el Estado de Derecho, de que se sepa sin trampas que hubo
unos hombres y mujeres, últimos soldados de la República, que dieron su
juventud, y tantas veces la vida,
por movilizar al pueblo castrado y yacente contra la dictadura, para ser
levadura de la recuperación de las libertades. Fueron la “Resistencia” española
contra el fascismo en el poder. Éste fue su combate, aunque la dictadura y la
dictablanda nos lo hayan ocultado hasta hoy, echándoles de la Historia. Mas
ellos no perdieron nunca la dignidad. Somos nosotros quienes necesitamos
recuperarla, rompiendo la traición a la verdad y a la justicia, saldando una
deuda de verdadero honor colectivo. Se trata de la propia credibilidad de la
democracia.
CON
LA “RESISTENCIA” ESPAÑOLA Y FRANCESA
EN
LA UNIVERSIDAD DE PAU
José
Luis Pitarch
La «Université de Pau et des Pays de l’Adour» (Tarbes, Mont-de-Marsan,
Dax, Bayona, Oloron, Bagnères, Pirineos Atlánticos, cuenca del río Adour) está
al noroeste de la vieja capital bearnesa, Pau, entre Bulevar de la Paz y Avenida
de la Universidad. Fue último conde de Béarn el gran hugonote Enrique, III de
Navarra y IV de Francia, el de la atroz noche de San Bartolomé y su reina
Margot, Enrique el calvinista que
arrebatara París a Felipe de España “por una misa”. En Pau, que me
recuerda visitas a Manolo Tuñón y su grupo fecundo de historiadores
hispanistas, fuimos huéspedes, tres días azules de fin de octubre, de esa
Universidad. Varios miembros de la junta directiva de AGE (Asociación Guerra y
Exilio), varios guerrilleros-maquis
que también están en ésta, otros socios y grupos de Murcia, Cantabria..., y
en su sala de juntas nos vimos con organizaciones francesas con las que
mantenemos la Coordinadora “Memoria y Actualización de la Guerra y el
Exilio”.
Allí
estaba Florencio Dimas, presidente de la Asociación “Amigos de los Caídos
por la Libertad” con sede en Lorca, igual que el incansable “Quico”,
Francisco Martínez, 76 años que se dirían quince menos, quien combatió en
los montes de León y vive en El Campello, con el que fui a Pau y regresé a
Valencia, estaba el trepidante Jesús de Cos, cuatro décadas exiliado en
Francia, delegado de AGE en Cantabria, guerrillero cuyo padre murió en
Mauthausen, Julián Ramírez, presidente de la Asociación Miguel Hernández en
Alicante, que combatió con la República Española y con las Fuerzas Francesas maquisards,
y obtuvo la condecoración de la Résistance,...
No pudo venir nuestra presidenta Adelina Kondratieva, brigadista internacional,
pero sí Dolores Cabra, secretaria general. Y Amparo Panabiere, presidenta de
una asociación de hijos de refugiados españoles en Francia, y profesores
universitarios como Bernard Barrère, y representantes de la Amicale
del campo de concentración fascista de Gurs, y síndicos de la Fédération
Nationale des Anciens de la Résistance (FNAR), de la Fondation Machado de Collioure, del Cercle Català de Marsella, de
Amis de la Résistance
de Montauban, de la Asociation Carl
Einstein... Unidos y reunidos en sede universitaria discutiendo la
estrategia para empujar desde Europa lo que en España racanean cuanto pueden la
mayoría de fuerzas políticas y parlamentarias. Bajo esta idea, acordamos crear
un Gabinete Jurídico Internacional, con sede doble en Valencia y Perpignan.
Después, también
en la Université, en su Amphithéatre,
el Rector Jean-Louis Gout, el Senador y Alcalde de l’Agglomération
de Pau André Labarrère, el Consejo Municipal, ofrecieron un emocionante
homenaje a “los últimos supervivientes de los maquis antifranquistas del
interior”. Jesús, Julián, Felipe, Francisco, unos por encima, otros por
debajo de los ochenta, con boina guerrillera, recibieron la medalla de oro de la
ciudad, y nos contaron brevemente
por qué y cómo lo hicieron. “Quico”, por todos, señaló que el combate de
ahora es por la memoria. Luego hablamos desde el público. Uno era el único ex
miembro allí del Ejército de Franco, y miembro hoy de la directiva de AGE.
Dije que en España tenemos una democracia avanzada... con guetos en el Estado
de Derecho. Por eso aún no hay leyes de reconocimiento y reparación para estos
guerrilleros, como en el resto de la Unión Europea. Por eso aún Melilla es una
plaza fuerte que conmemora se iniciase allí la sublevación militar-fascista,
el 17 de julio del 36. Por eso, todavía me niegan la cruz de años de servicio
que han concedido a los golpistas del famoso “23-F”,
incluido el que pegó al teniente general Gutiérrez Mellado. Ayúdennos, quise
decir, a que España también sea Europa en las materias que tocan el tabú
militar, a la sombra aún de Franco y su victoria en la guerra civil.
Un día antes,
el Consejo Municipal y su Alcalde habían inaugurado dos calles en Pau, una de
Miguel Hernández, otra de Guernica, seguido de un vino de honor en el
Ayuntamiento. Estuvo Paco Ibáñez cantando “Andaluces de Jaén”, en
homenaje a los miles de muertos y heridos aquel abril del 37 por bombas nazis
que servían a Franco. Lástima, dijo Ibáñez, que el cónsul de España no
haya venido a la inauguración. Quizá, digo yo, él y el señor Piqué no se
sientan cónsules de nuestro amado Miguel Hernández. Jean Ortiz, profesor en la
Universidad del Adour, cuyo trabajo ha sido vital para estos actos, lo dijo con
justeza y sencillez: se trataba de rendir tributo moral y de justicia a hombres
justos.
El 31 de
octubre, colofón, fuimos hasta la cercana aldea de Buziet, a honrar y honrarnos
en el cementerio, y a conocer una escultura llena de la sensibilidad de su
autor, Luis Lera. Tumbas y monolito memoran a los guerrilleros de la 10ª
Brigada de “resistentes” (compuesta íntegramente por españoles) muertos
por los nazis. Los nombres de Paco, Diego, Ángel, Carmen, caídos en 1.944, están
allí esculpidos junto a una poesía de Alberti: “Esperanza del que espera, Fe
del que sufre destierro, Luchando en tierra extranjera”.
José Luis
Pitarch,
Profesor de
Derecho Constitucional
SILENCIO
ROTO EN SIERRA MORENA
José
Luis Pitarch
Lo dijo Emilio Mola: “yo veo a mi padre en las filas contrarias, y lo
fusilo” (Historia del Franquismo, de Sueiro y Díaz Nosty). Este espíritu
feroz, cainita, terminó hace unos quince años (todavía intentaron matar al
rey y ministros en el “desfile” de A Coruña, en 1.985; ya ven,
peligrosos rojos). Pero ese espíritu, atenuado, llega hasta hoy respecto
a un grupo de españoles, traicionados casi por todos, y en particular por los
Gobiernos socialistas de los ochenta
y noventa. Alguna historiadora como Romeu, algún novelista como Cervera,
algunos amigos de la verdad, la justicia, la Historia, como Aurelio Romero, Pons
Prades, Pelai Pagés, o el monumental Paco Moreno (por su obra de este mismo año,
sobre la guerrilla de Castilla sur, Andalucía, Extremadura, en Editorial Crítica)
han empezado a romper el bloqueo, y ya peregrinamos, más y más gentes, a Santa
Cruz de Moya cada primer domingo de octubre. En fin, nuestra Asociación Guerra
y Exilio (AGE) está promoviendo exposiciones en toda España (aquí, una próxima,
gracias a Consuelo Ciscar), “Caravanas de la memoria” con apoyo de muchas
Comunidades Autónomas (Madrid, Andalucía, Extremadura, Euskadi, Aragón,
Catalunya..., con menosprecio por parte de la Valenciana), jornadas como las de
Madrid el 26 y 27-5-00, con centenares de participantes guerrilleros,
historiadores, archiveros, juristas, parlamentarios, periodistas. Por no
alargarnos, AGE ha organizado, en los últimos meses, entre otros, el homenaje y
recuerdo a Manuel Girón (colaboraron el Consejo Comarcal del Bierzo, etc),
guerrillero grande muerto en mayo de 1.951, reuniones en Cantabria, en la
Universidad de Pau (que conté a ustedes hace un mes), en Écija, en Gijón, en
Argelès y Collioure... por no hablar de nuestra contribución al pronunciamiento
del Congreso de Diputados el pasado 16 de mayo. Pérez Casado nos ayudó,
e Izquierda Unida sobre todo. A J.I. Pla lo hemos visto en Santa Cruz de Moya,
honrando a los maquis que allí murieron, penúltimos utópicos de la República,
la “Resistencia” española frente al fascismo de conquista al que se refería
Luis Araquistain.
Sin embargo, una aportación definitiva a que los guerrilleros salgan del
gueto jurídico y mediático en que los ha situado nuestra “democracia
avanzada” está viniendo de cineastas como Armendáriz y Corcuera. Montxo y
Puy Oria nos han acompañado en varias de nuestras jornadas, proyectándose
“Silencio roto”, seguida de coloquio con el propio Armendáriz. Ahora, 1 y 2
de diciembre, hemos tenido el “Primer Encuentro sobre la Guerrilla
Antifranquista en Sierra Morena”, en El Viso, entre Santa Eufemia, Hinojosa,
Alcaracejos, Pozoblanco, Dos Torres, Villaralto. Por primera vez, se han visto
juntas “Silencio roto” y “La guerrilla de la memoria”, de Javier
Corcuera, formidable documental, recién estrenado. Con ambos, he tenido honor
de compartir mesa de debate, dos días intensos de respeto y desagravio,
centrado especialmente en José Murillo, “Comandante Ríos”, que es de El
Viso, y con un respaldo enorme de su Ayuntamiento. Vamos a hacer un monumento a
los guerrilleros de esa Sierra. “Guerrillero” es una palabra que España
exportó al mundo.
PERPIGNAN: NO
ABANDONAREMOS A LOS GUERRILLEROS
José
Luis Pitarch
(Turia,
Nº 1.977 21-12-01)
A nuestra espalda, un enorme cuadro representando a Juan II de Aragón,
padre de Fernando el Católico, hermano de Alfonso el Magnánimo,
aclamado en Perpinyan. Ante la iglesia de Sant Joan, Juan II jura no dejar esta
villa hasta que Luis XI de Francia levante el asedio sobre ella. Estamos en el
salón noble del antiguo Consejo Municipal de la Alcaldía de Perpignan, a 7 de
diciembre. Dolores Cabra y yo, por AGE (Asociación Guerra y Exilio),
compartiendo mesa con Henry Ginestet, presidente de FNAR, Fédération Nationale
des Anciens de la Résistance, y con Amparo Panabiere o Sánchez-Monroy,
presidenta de FFREEE (Hijos e Hijas de Republicanos Españoles y Niños del
Exilio). Damos a conocer a los medios de información los acuerdos y acciones
que estamos realizando para “pérenniser les combats pour la liberté
de l’Europe, initiés en Espagne”, explica M. Ginestet, es decir, para
no dejarnos arrancar, aplastar la memoria de la lucha antifascista europea que
se inicia en nuestro país “desde 1.936”, señala la invitación gala a la conférence
de presse. Estamos construyendo una Federación Europea de Combatientes por
la Libertad, y su nacimiento oficial está previsto se firme en París el próximo
marzo, por representantes de los “combattants antifascistes des pays
d’Europe”, entre cuyos fundadores nos hallamos.
Es parte de
nuestro “envolvimiento estratégico” para que el Gobierno del Reino de España
no pueda seguir burlando a los guerrilleros o “maquis”, grandes olvidados y
traicionados de la “transición” y la “reconciliación”, que mantiene
sus guetos de guerra civil y victoria en pleno siglo XXI. No más lejos que el
28 de noviembre pasado, en Comisión del Congreso de los Diputados, el PP rechazó
en solitario, aprovechando indecentemente su mayoría absoluta (¿no saben que
la democracia incluye el respeto y consideración de las minorías?), una
Proposición instando al Gobierno a aprobar medidas para la rehabilitación
efectiva de los guerrilleros, como suprimir el término “bandolero” o
“malhechor” de sus expedientes y reconocer su tiempo de combatientes a
efectos de cobro de pensiones. Se trataba de “realizar”, poner en práctica,
la Moción de reconocimiento moral de estos hombres y mujeres que aprobó el
propio Congreso el 16 de mayo último. Mas el PP parece esperar a ver si se
mueren la cincuentena de guerrilleros que quedan vivos. ¿Es obediencia a
“poderes fácticos” que continúan existiendo? ¿O son simples tendencias
neofascistas del partido del Gobierno, o de varios de sus principales dirigentes
(como ustedes prefieran)? En febrero pasado, el PP también frustró en el
Congreso la condena al golpe de julio del 36.
La Federación
Europea de combatientes antifascistas nos va a apoyar. El Comité Jurídico
Internacional que veinte organizaciones estamos creando tendrá, prevemos, su
sede española en Valencia. Estuvimos en Pau a final de octubre, en Sierra
Morena el 1 y 2 de diciembre, con Montxo Armendáriz y otros (se lo conté hace
dos semanas, aunque omití que nos amenazaron de bomba cuando estábamos
reunidos en el Ayuntamiento de El Viso, pero no suspendimos el Acto). No
abandonaremos, como aquel Juan II, que tenía ya casi ochenta años.