La
llegada de los republicanos
españoles
a Argentina
Dora Schwarzstein
Universidad
de Buenos Aires
REDER (Red de Estudios y Difusión del Exilio Republicano)
A fines de 1939 Buenos Aires vivía
despreocupada, muy lejos de la guerra mundial que había estallado pocos
meses antes en Europa. Asi describía el periódico La Nación, uno
de los actores políticos más importantes de Buenos Aires,
el clima reinante el domingo 5 de noviembre cuando se corrió el Gran
Premio Carlos Pellegrini, la cumbre de la temporada hípica local:
"El camino hacia el
hipódromo era ayer el que emprendía la gente desde todos los ámbitos de la
ciudad y pueblos circunvecinos. La corriente de público se centralizaba en la
avenida Alvear, donde los vehículos después de haber salvado con rapidez las
vías convergentes, se atascaban allí, en medio de un roncar de bocinas que
pedían paso en vano, porque no había forma de concedérselo. Así, eran muchos los
que llegaban a pie al circo de Palermo para buscar en seguida ubicación en las
tribunas desde la cual pudieran observar cómodamente el desarrollo del programa...."
Sin embargo, ese mismo dia, los ecos de la guerra llegaban a Buenos
Aires
"Dió término ayer tarde [domingo 5 de
noviembre] en nuestro puerto el viaje que inició en la Pellice (sic) el
18 de octubre último el vapor francés "Massilia" cuyo paradero se
desconoció durante varios días y cuyo rumbo ignoraban los mismos
pasajeros cuando se embarcaron en aquel puerto que no es el de salida
habitual. La travesía se hizo desprovisto el barco de cualquier indicio
que pudiera hacerlo perceptible desde larga distancia y durante la noche
permaneció siempre en la mas absoluta oscuridad. Durante todo el viaje
intercontinental el pasaje estuvo carente en absoluto de noticias que le
informaran de algún acontecimiento, del mismo modo se le advirtió al
pasaje que estaba vedada cualquier clase de correspondencia. De este
modo, la llegada a Rio de Janeiro fue un verdadero alivio, pues
significaba que todo peligro había desaparecido en lo que se refiere al
posible torpedeamiento del barco por los sumergibles nazis."
Todos los diarios del domingo a la tarde y el
lunes 6 de noviembre anunciaron que, el premio Carlos Pellegrini,
corrido sobre 3000 metros, había sido ganado por Romántico. Este caballo
no era el favorito en Palermo aquel domingo. En días anteriores,
Noticias Graficas había dado a conocer las opiniones de prestigiosos
cronistas de Montevideo, La Plata y Buenos Aires. Diez sobre 14
auspiciaban el triunfo de Embrujo, 2 el de Romántico, 1 el de Bon Vin.
Sin embargo, Romántico dió la gran sorpresa, segundo Partido, tercero
Bon Vin y cuarto Embrujo.
"Romántico alcanza el disco de triunfo con
una cabeza de ventaja sobre Partido, al cabo de una larga lucha que
adquirió relieves de inenerrable emoción..."
Los premios fueron 50.000$ para el primero, 10.000$ al segundo y 5.000$
al tercero.
En ese mismo domingo, a bordo del Massilia, anclado en el puerto de
Buenos Aires, había 147 españoles republicanos. Todos ellos se hallaban
en tránsito, con diversos destinos: 132 a Chile, 6 al Paraguay y 9 a
Bolivia. Permanecían alojados a bordo, hasta que pudieran tomar los
trenes internacionales respectivos o el vapor de carrera con destino a
Asunción. De este conjunto se destacaban unos 60 intelectuales, entre
ellos Ramón Hidalgo Pontones (pintor), José Arbex Pomareta (ingeniero),
José Fernández Cañizares (cinematografista), Luis de la Fuente (director
de cine), Antonio Salgado y Salgado (periodista), José Ruiz de Toro (abogado
y escritor), Mauro Cristóbal Artache (dibujante), Arturo Cuadrado Moure
(ex-director de la revista "Resol"), Alberto López Barral (escultor),
Gregorio Muñoz Montenegro (pintor-escenógrafo), Pedro Corominas Muntanya
(abogado y legislador catalán), Severino Mejuto (actor), Clemente
Cimorra (periodista), Eusebio de Gorbea, Pascual Guillén y Salvador
Valverde (autores teatrales).
"No permiten ni asomarse a los ojos de buey a los intelectuales
españoles en tránsito", titulaba el diario radical Noticias Gráficas
la noticia del arribo del Massilia al puerto de Buenos Aires,
"Las medidas adoptadas contra el grupo de
intelectuales y artistas españoles... son de un rigorismo que solamente
tratándose de peligrosos confinados se hubieran aceptado....Un marinero
nos informó que los españoles refugiados tenían orden de que nadie se
aproximara a ellos y menos que se asomaran por los ojos de buey ...Es
lamentable lo que ha ocurrido. No sabemos ni nos interesa saber quién ha
dado la orden terminante de que ese grupo de gente que representa de
modos distintos a la cultura y el cerebro de España permanezca en la
sombría situación de los delincuentes incomunicados".
También el diario Crítica informó
sobre la llegada del Massilia.
"En ese buque francés arribaron mas de 60 intelectuales españoles que
tratarán de reconstruir sus vidas en Chile".
El
relato de una exiliada española que estaba a bordo del Massilia nos
acerca a las trayectorias que habían llevado a ese grupo hasta el puerto
de Buenos Aires. MC abandonó España casi al finalizar la Guerra Civil,
cuando las tropas franquistas entraban en Barcelona. Estaba embarazada
de 6 meses y fue llevada a un campo de concentración en el departamento
de los Pirineos Orientales en el sur de Francia. Su marido fue a parar a
otro campo. Como MC había estado en Paris para la Exposición Universal
en 1937 tenía un tipo de ropa moderna que la hacía confundirse con la
población local, además hablaba bien francés. Junto con dos chicas
catalanas decidió emprender la aventura de escapar a Paris. Para obtener
el pasaporte español, era necesario primero llegar a Perpignan donde
todavía funcionaba el Consulado español ya que el gobierno de Franco no
habia sido reconocido todavía por las autoridades francesas. Casi
milagrosamente, sin ser descubiertas pudieron abordar el tren y llegar a
Perpignan donde MC encontró amigos entrañables que le facilitaron el
dinero para llegar a Paris. El dinero era importante pero no era el
único problema. MC no consiguió los documentos, pero aún sin papeles,
luego de una noche en la estación pudo tomar el tren a Paris. Paris era
otro mundo, allí no había españoles hacinados ni gendarmes vigilando y
tenía amigos que la alojaron.
Reunirse con su marido fue otra aventura. G. estaba alojado en Argelés,
aunque lo trasladaron varias veces. Entonces el problema era saber dónde
estaba, y por supuesto si estaba bien. Cuando lo ubicaron, junto a los
amigos de Paris, fue a buscarlo y burlando las reglas de seguridad y
disciplina del campo, partieron desde Orleans a Paris. En Paris debieron
esperar el nacimiento de su bebe, una niña con la que emprenderían la
gran aventura americana. La familia, que tenía buenas relaciones con
Pablo Neruda, entonces embajador de Chile en Francia, había logrado
integrar el contingente del "Winnipeg", un barco que aquél había
fletado, pero no llegaron a tiempo. El barco salió de Francia antes de
que MC. hubiera dado a luz a su hija. Como los cuáqueros habían costeado
sus pasajes lograron ahora ya con mas tiempo integrar el grupo de los
que partirían en el "Massilia", también con destino a Chile en octubre
de 1939, al mes siguiente del estallido de la II Guerra Mundial. En el
Massilla iban muchos artistas, escritores y periodistas españoles. Con
ellos viajaban numerosos refugiados judíos polacos e italianos. Juntos
compartían la tercera clase en condiciones deplorables de hacinamiento y
promiscuidad. El viaje fue largo. Ver por última vez las costas
españolas fue muy triste, pero era la libertad. El grupo se integró
maravillosamente, no se conocían de antes ni tenían en definitiva nada
en común, salvo la guerra. Todos sintieron un profundo odio hacia la
tripulación francesa que los trataba mal, y que "tanto odiaban a los
rojos como a los judíos". Fueron horribles las peripecias vividas a
bordo ante la amenaza constante de los submarinos nazis. Finalmente, el
Massilia atracó en Buenos Aires, desde donde seguirían viaje a sus
destinos finales en otros países.
MC recuerda que, mientras los pasajeros
esperaban a bordo el inicio de la nueva etapa de su viaje, se presentó
en el puerto Natalio Botana, director del periódico Crítica que,
sorpresivamente, ofreció a los españoles una suma importante de dinero
para facilitar su asentamiento en la Argentina.
Natalio Botana, de origen uruguayo, había llegado a la Argentina a
comienzos de la década de 1910, luego de abandonar el Seminario Jesuita,
la carrera de Derecho y de haber participado en la guerra civil de 1904.
Perteneciente a una familia tradicional de ricos campesinos, logró una
vez en Buenos Aires, gracias a contactos familiares entrar a trabajar en
el diario La Razón para cubrir notas sociales. Su experiencia no
fue exitosa y al poco tiempo fue despedido. Comenzó entonce a escribir
para la revista P.B.T. donde se convirtió en un periodista de nota. Con
la experiencia periodística y contactos que había logrado durante esos
años, en 1913 fundó Crítica, "el diario más moderno de Latino
América".
"Botana había hecho una importante campaña a
favor de España Republicana y él conocía a algunos de los que veníamos
en el barco, a mi marido lo conocía porque había trabajado en medios
gráficos, sabía que Mariano Perla había dirigido un periódico que se
llamaba Mundo Obrero, en fin, conocía a alguna gente. Entonces,
cuando apareció en el puerto y dijo al comisario de a bordo que quería
subir al barco a vernos, éste le dijo que no podía visitar a nadie. El
le dijo: Ud. no sabe quién soy yo. A mi no me importa quién es Ud, le
respondió el comisario, pero estos señores son rojos peligrosos y los
llevará de aquí el tren internacional. Mi misión es vigilarlos y que
nadie salga. Entonces Botana le respondió, no sólo voy a venir a darle
el dinero a los refugiados, sino que los voy a bajar a todos."
Natalio Botana, era también propietario de "Romántico", el ganador del
Gran Premio Carlos Pellegrini que se acababa de correr. Nuestra testigo
une así en su relato las dos historias con las que comenzamos nuestro
trabajo:
"Quiso el azar que un caballo propiedad de
Botana hubiera ganado recientemente una importante carrera en el
hipódromo local. Botana decidió, entonces, donar el importe del premio a
los españoles del Massilia, consiguiendo también del presidente Ortiz el
permiso para que ese puñado de hombres, mujeres y niños pudieran
afincarse legalmente en el pais. Así nos quedamos en la Argentina,
gracias a un caballo que ganó... No teníamos programado venir a la
Argentina, eso fue una cosa que surgió, así de un modo puramente
casual... Todos teníamos nuestra visa para Chile pero ya que la cosa
surgió nos pareció mejor la Argentina, que era un pais más atractivo".
El azar aparece así como protagonista absoluto del asentamiento de
los españoles llegados en el Massilia, el conjunto más numeroso de
exiliados españoles llegados a la Argentina antes de 1940. La trama sin
embargo era mucho más compleja. Intentaremos construir una estructura
significativa con las diversas versiones de lo sucedido aquél domingo 5
de noviembre.
La Argentina, que había recibido a millones
de inmigrantes desde 1880, cerró sus puertas a partir de 1930. Cuando se
produjo el estallido de la Guerra Civil española en 1936, apareció en el
gobierno argentino la preocupación por el posible ingreso de los
refugiados españoles, considerados "extranjeros indeseables". Estos eran
visualizados como una amenaza para la población nacional, y el Estado
argentino debía estar alerta para no convertirse en "el receptáculo de
personas indeseables" por el peligro ideológico que representaban.
Durante 1938 se incrementaron las trabas para los extranjeros que
quisieran emigrar a la Argentina, en particular los refugiados, tanto
judíos como españoles republicanos. Los cónsules argentinos en el
exterior fueron instruidos para suspender visas de ingreso al pais, e
incluso permisos ya acordados en Buenos Aires fueron revisados y en
muchos casos anulados.
El fin de la Guerra Civil en abril de 1939 y el estallido de la Segunda
Guerra Mundial a los pocos meses no hizo más que empeorar la situación
de los republicanos españoles exiliados en Francia. Miles de solicitudes
de ingreso fueron rechazadas debido a la suspensión y caducidad de
permisos de ingreso. Esto originó una serie de protestas por parte de
diputados del campo opositor, socialistas y radicales, que levantaron
sus voces en defensa de los refugiados españoles y judíos.
Dentro de este frente se ubicaba el diario Crítica, el diario
popular de Buenos Aires, que junto con El Mundo, fundado en 1928
se constituyeron en los dos diarios modernos que crearon un nuevo estilo
periodístico más adecuado a la expansión y demandas del público. En
ambos se entrelazaba el nuevo periodismo de noticias breves, grandes
titulares, donde se filtraba la vida cotidiana, la información sobre
delitos y accidentes en la sección policial, las mujeres, los chicos a
los que Crítica dedicaba un suplemento semanal, los espectáculos
y deportes, con notas de escritores e intelectuales de vanguardia
(incluyendo a los de origen patricio como Borges) y de la literatura
social.
Crítica
y su director Natalio Botana llegaron a constituirse en los principales
actores en la defensa de la República Española primero y de los
refugiados republicanos después. Desde el estallido mismo de la guerra
el diario publicó notas editoriales, columnas de opinión y
colaboraciones que expresaban un abierto apoyo al gobierno republicano,
criticando con dureza la actuación del ejército franquista. En una nota
titulada "El norte de España es ya una colonia ítalo-germana" denunció
el apoyo alemán e italiano a Franco.
Criticó asimismo la actitud prescindente de los gobierno democráticos
europeos, acusando a los mismos por el desenlace de la Guerra. El 4 de
marzo de 1938 Crítica denuncia que España será aplastada por la
neutralidad de los países democráticos. El 27 de febrero de 1939 dedica
un largo artículo para explicar que la traición anglo-francesa ha
terminado la guerra civil.
Consecuente con su entusiasta defensa de la
República española, el diario sesgaba las noticias provenientes de la
península con el objetivo de sobredimensionar los triunfos leales y
ocultar o relativizar los avances rebeldes. El propio Manuel Azaña en
sus Memorias políticas y de guerra, se muestra sorprendido ante
la visita de Eduardo Toribio Bedoya director de Crítica, en
agosto de 1937, solicitándole escribiera un artículo para el periódico
"explicando la estupenda obra que realiza el Gobierno
español y el heroísmo del pueblo" [subrayado de Azaña]. El asombro de
Azaña se deriva del gran conocimiento y encendido entusiasmo mostrado
por Bedoya sobre el desarrollo de la Guerra Civil.
Es significativa, por ejemplo, la información
brindada por el diario durante enero de 1939. A inicios del mes sus
primeras páginas hablan de grandes triunfos leales, información que va
combinando lentamente con otras que indican un cierto avance de Franco
en Cataluña. Casi inesperadamente, el 25 de enero informa de la caída de
Barcelona.
Crítica se comprometió editorial y materialmente con los
organismos e instituciones argentinas de ayuda al "legítimo gobierno
español" y participó en todo tipo de actividades solidarias. Terminada
la guerra Civil, la posición del periódico se continuó en tres líneas
editoriales paralelas. En primer lugar, el apoyo a los republicanos
españoles refugiados en Francia. Denunciaba, por otro lado las
atrocidades cometidas por el franquismo triunfante. Crítica
informaba sobre lo que llamaba "la obra de destrucción de España"
realizada por Franco en su primer año de gobierno, "nueve fusilados por
minuto los primeros dias, 400.000 exiliados en Francia, miles de
intelectuales por el mundo".
Finalmente, el diario ofrecía un lugar significativo a información de
problemas y enfrentamientos dentro del gobierno franquista y sobre el
descontento popular en España. Consecuente con su actitud opositora al
gobierno franquista, Crítica auguraba la pronta desaparición del
ilegítimo gobierno rebelde, asegurando que "más pronto de lo que algunos
suponen, España tendrá su tercera república".
Esta posición del periódico y de Botana fue reconocida por los
republicanos españoles en diferentes oportunidades. Así, a propósito de
su irrupción en el Massilia dice otro de los pasajeros
"Jamás olvidaré lo que hizo Botana por
nosotros. Quién se animaba en aquel momento a presentarse así suelto de
cuerpo y pedir por los rojos republicanos?. El sabía cómo moverse y
estaba dispuesto a jugarse, era un verdadero antifascista"
Ya desde el estallido de la guerra el diario había comenzado una
suscripción popular a favor de la Cruz Roja Española; Crítica
encabezaba los aportes con $ 1000, Natalio Botana, $ 1000 y el personal
del diario, $454,40.
Durante los tres años de la guerra las páginas del diario publicaron
noticias sobre la ayuda argentina hacia las fuerzas leales y de los
actos realizados en el pais por algunos organismos a favor de la España
Republicana. La visita de Indalecio Prieto, líder socialista,
representante de la República española en enero de 1939, a pocos días
del derrumbe de Barcelona, ocupó las paginas centrales del diario.
Segun Helvio Botana, hijo de Natalio, Prieto había sido enviado a la
Argentina por la República Española con un mensaje secreto:
"La guerra estaba irremediablemente perdida, y se continuaba en
retirada, pues sabían que no habría piedad para los vencidos y había que
tratar de que llegaran a Francia como refugiados.
Estaban más que agradecidos a Natalio, pero pragmáticamente consideraban
que sería conveniente a sus intereses, que los abandonara y cambiara de
frente, teniendo para ello el tiempo que quedaba hasta la derrota final
que podian ser dos o tres meses. Crítica podría ir llevando la
opinión del diario, de beligerante a neutral, para no caer en la
situación negativa que significa para una empresa el estar ligada a una
causa política perdida.
Natalio Botana, agradecido, les demostró que
lo de España era únicamente una batalla de la guerra, que se
desencadenaría no bien Hitler tuviese a España a su favor."
Efectivamente, Botana hizo
caso omiso del consejo de Prieto. El diario apoyó fervientemente las
gestiones de la Comisión Argentina para Niños Españoles, que intentaba
el traslado de niños y refugiados españoles, integrada por Marcelo T. de
Alvear, Alfredo Palacios, José Peco, Mariano Castex y Carlos Saavedra
Lamas.
El diario se mostraba optimista sobre la posibilidad de que la Argentina
recibiera a una gran cantidad de niños españoles. El 18 de febrero de
1939 Crítica publicó una extensa entrevista al Presidente de
dicha Comisión bajo el título, "Centenares de niños españoles van a ser
conducidos a nuestro pais". Ese mismo dia Crítica informaba de la
entrega por los miembros de la Comisión de una nota a la Cancillería
solicitando al gobierno argentino que se permitiera la entrada de niños
desamparados, ciudadanos españoles con familias en la Argentina que
dispongan de recursos, trabajadores del campo e intelectuales. La
informacion de Crítica va mostrando, lentamente, la realidad
contra la que debieron enfrentarse los sectores que propician el ingreso
de los republicanos españoles. Las noticias sobre proyectos de
radicación van dando lugar a los reclamos al gobierno para que
permitiera la entrada de los refugiados. A partir del derrumbe
definitivo de la República, Crítica encabezó una verdadera
cruzada en favor de los exiliados. Esta campaña del diario se evidenció
por primera vez en enero de 1939 y se mantuvo en forma constante hasta
mediados de 1941.
El 27 de enero de 1939, dos días después de
la caída de Barcelona en poder de Franco, Crítica comenzó a
publicar noticias y comentarios sobre la situación de los refugiados
españoles en Francia. Estas noticias se combinaban con detalles sobre la
continuidad de la guerra en el frente madrileño y el fin de la Guerra
Civil. El periódico informaba detalladamente sobre la situación de los
refugiados. Contaba para ello con corresponsales directos como el
representante de la FUA (Federación Universitaria Argentina) ante el
estudiantado español, Guillermo Delgado, quien informó al regresar al
pais la vida horrible en los campos de concentración para refugiados que
habilitó Francia, confirmando al mismo tiempo, las denuncias de
Crítica sobre el mal comportamiento de los funcionarios de la
Cancillería argentina.
También publicaba cables de agencias internacionales que denunciaban el
mal trato a que eran sometidos los refugiados en Francia, donde morían
de hambre y frio y sin ningún tipo de atención médica.
A partir de ese momento comenzó a plantear la
mejor opción para poner fin a las penurias de los españoles en Francia:
"Desgarradoras voces de auxilio lanzan los refugiados
españoles...Quieren venir a trabajar..."
Crítica concentrará todos sus esfuerzos en lograr que puedan
ponerse a salvo de sus penurias en la Argentina.
En abril de 1939 se anuncia desde Córdoba la
realización de un mitin organizado por la Liga de los derechos del
Hombre y por el Comité Pro Ayuda al pueblo español en donde se pedía la
apertura de las fronteras argentinas para la entrada de españoles
republicanos.
Al mismo tiempo Crítica informaba sobre la actitud intimidatoria
del gobierno argentino ante las instituciones pro-republicanas,
denunciando la detención de 70 personas de distinta filiación política
en un Festival Pro España Leal.
Crítica acusaba al gobierno argentino de tratar de modo
benevolente a los grupos franquistas reaccionarios.
A fines de abril de 1939 apareció la primer
mención del diario criticando la política inmigratoria del gobierno
argentino, clamando por la necesidad de abrir las puertas a los hombres
laboriosos del mundo.
A partir de junio inicia una campaña sistemática sobre el tema,
ilustrando las notas con las fotos de Juan Baustista Alberdi y Domingo
Faustino Sarmiento.
Crítica habla de tres categorías de inmigrantes, los que vienen a
buscar trabajo sin mas capital que sus brazos, los que poseen un pequeño
capital y están dispuestos a invertirlo en el pais, y el perseguido
político, que no es un delincuente, sino un hombre al que le hacen la
vida imposible las tiranías europeas, porque, "como nosotros, ese hombre
es un demócrata". Que vengan todos es la opinión de Crítica.
El diario denunció al Comité Consultivo de la Dirección de Inmigraciones
por tomar medidas inconstitucionales que violan la vieja hospitalidad
argentina y son contrarias a las necesidades del pais.
Consecuente con su posición, Crítica apoya a los diputados
radicales y socialistas que, el 9 de agosto de 1939, interpelaron a los
Ministros de Agricultura y Relaciones Exteriores y Culto y denunciaron
la política de puertas cerradas del gobierno argentino.
En julio de 1939 se abre un capítulo especial
en la lucha por el libre ingreso a la Argentina de los refugiados
españoles en Francia. El 14 de ese mes Crítica hace un llamado
urgente. "Debemos acudir en ayuda de los intelectuales españoles.
Universitarios, profesionales, escritores y artistas figuran entre los
refugiados en Francia, sin destino fijo. Para contribuir a salvar lo
mejor de la cultura española, actualmente en los campos de concentración
[en Francia] abre Crítica una suscripción de carácter nacional".
Crítica inicia la suscripción con $5 000. El mismo día pedirán al
presidente, Dr. Ortiz que se permita la entrada al pais de los
intelectuales españoles. La campaña se inicia con un reportaje a Enrique
Banchs, Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) donde
éste solicita a Ortiz que realice gestiones en favor de los escritores
españoles que se encuentran en Francia y otros paises, permitiendo la
entrada en el pais de los intelectuales que quieran radicarse en la
Argentina. Desde ese momento y hasta fines de agosto, aparece
diariamente una página dedicada al tema. Incluye datos sobre los
intelectuales refugiados en Francia, la lista de donaciones recibidas,
la adhesión a la colecta de diferentes instituciones e información sobre
festivales y actos de apoyo. A 72 horas de iniciada, la colecta llega a
$13 286.
El 9 de agosto de 1939 el total acumulado asciende a $34 870,40.
El 13 de noviembre se informa sobre el destino de los fondos:
"A pedido de entidades de ayuda a los
intelectuales Crítica distribuyó el producto de la colecta
Suscripción Pro-intelectuales españoles entre exiliados del Massilia. En
la Argentina, agregaba, quedaron unas 50 personas, siguiendo viaje a
Chile otros 70 intelectuales."
El total recaudado se
repartió entre las 50 personas que se
instalarían en nuestro país ($29
212,60) y los 70 intelectuales que
seguirían viaje a Chile ($10 000) A
estos fondos Botana probablemente agregó parte del premio de $50000 que
su caballo Romántico había obtenido en el Gran premio Carlos Pellegrini.
Su hijo, Helvio Botana, recuerda...
"El regalo masivo llegó en el vapor Marilia (sic), casi un centenar de
refugiados (sic) que iban rumbo a Chile.... Natalio consiguió en seguida
la residencia para todos, y lo completó a su estilo: a medida que iban
bajando del vapor, en la pasarela fueron recibiendo un sobre con
suficiente dinero para vivir con dignidad dos meses, período calculado
para conseguir trabajo.
Los periodistas pasaron casi todos a
Crítica, donde fueron una inyección de pureza idiomática, y de otras
líneas de imaginación creadora"
Curiosamente, el resto de la prensa nacional
no hizo alusión al hecho inédito de que los intelectuales del Massilia,
se quedaran en Buenos Aires. Sólo en la sección "Teatro" del diario
La Nación se menciona la llegada de tres autores teatrales de
actuación celebrada en España: Eusebio de Gorbea, Pascual Guillén y
Salvador Valverde y al escenógrafo Gori Muñoz, sin aclarar que se
trataba de pasajeros del Massilia.
Sin embargo, el hecho no pasó desapercibido en la Embajada de la
Argentina en España, desde la cual un funcionario anónimo informaba a un
destinatario también desconocido, pero que podemos suponer era
integrante del gobierno franquista, lo siguiente:
"Hay que señalar la maniobra comunista desarrollada en Buenos Aires por
los elementos avanzados argentinos, con los emigrados españoles del
vapor Massilla. Iban destinados a Chile y se quedaron en Buenos Aires,
en vista de que una manifestación de argentinos provocada por el
Director de Crítica, así lo pidió.
He calificado de 'maniobra comunista' ésta
del desembarco en Buenos Aires, y así parece. Se recuerdan las consignas
del Komintern al
SERE [Servicio de
Evacuación de Refugiados Españoles], orientadas a la creación de grandes
núcleos de comunistas en Argentina y México, de donde habían de irradiar
una fuerte propaganda sobre toda América y procurar el entorpecimietno
del comercio con Francia e Inglaterra.
Y aquí radica la maniobra del desembarque,
Hasta ahora, la Argentina se había negado rotundamente a visar
pasaportes rojos y a conceder permisos de estancia en el territorio. En
vista de ello, han acudido a este medio de la manifestación."
El funcionario diplomático argentino, integrante de una representación
diplomática de netas simpatías pro-franquistas, apuntaba en ese texto al
carácter colectivo de la solidaridad que reclamaba por el derecho de los
españoles a instalarse en la Argentina. El carácter del complot,
tildado como "maniobra comunista", sugiere un plan claramente elaborado
por la Unión Soviética, para expandir sus ideas en Argentina y México.
La acción de Botana ya no es más la del protagonista solitario sino la
del instigador de una acción colectiva. Ninguno de nuestros testigos
menciona la existencia de la "manifestación" a la que alude el texto.
El gobierno no deseaba que quienes vinieran
al país "sean vencidos que buscan asilo a sus fracasos"
e insistía que "el perseguido político no es un inmigrante y que no se
puede pretender que el gobierno de la república [argentina] cree, con
olvido de sus deberes fundamentales, un problema inexistente a título de
resolver un problema existente en otros países".
Sin embargo, el presidente Ortiz finalmente otorgó la autorización para
que los españoles del Massilia se quedaran.
Crítica
remarca el gesto del Poder Ejecutivo de permitir el ingreso de algunos
de los exiliados del Massilia, señalando que "El presidente Ortiz
interpretó el sentir de nuestra república al ofrecerles hogar
democrático a los refugiados de España."
También la Federación de Entidades
Democráticas Españolas envió una carta al presidente para "expresarle su
reconocimiento por la resolución adoptada con algunos españoles llegados
al puerto de Bs.As. a bordo del vapor Massilia... y que expresando su
deseo de quedarse en la Argentina, fueron autorizados para ello, con
generosa interpretación por parte del Sr. Presidente de lo dispuesto en
materia inmigratoria..."
La Federación de Entidades Democráticas Españolas da una versión en la
cual la iniciativa pasa de la decisión individual de Botana o de la
"manifestación" organizada, al deseo de algunos pasajeros de quedarse,
pasando de este modo todo el protagonismo al Dr. Ortiz y a la benévola
decisión de autorizar su ingreso.
Maria Rosa Oliver propone en sus Memorias, una hipótesis propia
respecto de la vinculación entre Botana y el presidente Ortiz y los
motivos que llevaron a éste último a favorecer a los republicanos del
Massilia:
"La admisión masiva se debió a la campaña que
hizo Crítica y a la acción decidida de su director, Natalio
Botana, con quien el gobierno tenía una deuda pendiente: Crítica
había preparado el terreno para que tuviera éxito la asonada militar que
el 6 de septiembre de 1930 derrocó al gobierno de Yrigoyen."
Efectivamente fue en las instalaciones del
diario donde se realizaron reuniones de políticos opositores y desde
donde salieron manifestaciones callejeras antiyrigoyenistas en los días
previos al golpe. Mientras otros medios como La Nación o La
Prensa, limitaban su accionar a la agitación intelectual, Crítica
apostó a un rol más activo, "como organizador material de la ruptura
institucional".
La activa participación de Crítica en la
coyuntura de 1930 implicó una reformulación de su carácter ya que a
pesar de ser un diario periodísticamente moderno, apareció jugando un
definido rol político, reactivando una práctica que había criticado
desde su fundación. Si bien su intervención fue elogiada y su influencia
e impacto reconocidos, las relaciones de Crítica con el nuevo
gobierno no fueron de ninguna manera armoniosas, iniciando una larga
etapa de denuncias, pedidos de elecciones, etc.
Durante los últimos años de la década del 30,
Crítica seguía siendo un actor político de peso, jugando un rol
activo en la configuración de la opinion pública. En el plano nacional,
el diario denunció los fraudes electorales y restricciones a la
actividad política y sindical, mostrando una simpatía moderada hacia la
Unión Cívica Radical. Apareció apoyando al Partido Socialista Obrero
durante la campaña electoral de 1938.
El diario denunció las condiciones de vida y trabajo de la población
rural así como los negociados y estafas en el ámbito gubernamental.
Apoyó la decisión del Poder Ejecutivo de declarar en comisión al
personal de la Dirección de Inmigración, a los que acusaba de
obstaculizar el ingreso al país con trabas burocráticas y medidas
demasiados estrictas para poder solicitar coimas.
Crítica denunció la infiltración nazi en la Argentina y realizó
una gran campaña reprobando la política inmigratoria argentina,
defendiendo el libre ingreso de inmigrantes y refugiados.
En el plano internacional, la posición del periódico se caracterizó por
una clara y combativa posición antifascista, que se sintetiza en la nota
a pie de página que apareció diariamente a partir de la invasión alemana
a Polonia:
"Nuestra posición: con Francia, con Inglaterra y
con los paises democráticos de Europa. Crítica seguirá una ruta
ya de antiguo trazada. No admitimos los tonos grises: deseamos el
triunfo de la civilización y el aplastamiento de las dictaduras".
Es difícil suponer que habiendo transcurrido
nueve años desde el momento del golpe que derrocó a Yrigoyen, el hecho
de que Ortiz fuese de alguna manera heredero del proceso político
iniciado entonces pudiera convertirlo en deudor de Botana. En todo caso,
es más probable que haya influído la importancia de Crítica en la
formación de la opinión pública y su rol como actor político de perfiles
muy definidos, reafirmando, como señala Sylvia Saitta, la existencia de
un nuevo escenario periodístico en el cual la prensa diaria tenía una
activa participación en la resolución de cuestiones políticas.
Indudablemente Crítica instaló el tema de la Guerra Civil
Española en la sociedad argentina, como bien lo recuerda su hijo,
Helvio Botana
"..mi padre convirtió la guerra española en problema argentino, pues así
se lo tomó ... Por influjo de Crítica nuestra población tomó
partido en pro o en contra de Franco. Así fue, en toda la República una
beligerancia polémica nos invadió. Y como en toda guerra, hubo hechos
notables y ridículos; abnegados y aprovechados. El "no te metas"
desapareció. La Argentina vibró y se vivió pasionalmente un suceso que
fue nuestro."
La intervención personal de Natalio Botana en el caso del Massilia
también ha suscitado interpretaciones menos benevolentes. Francisco
Ayala, exiliado en la Argentina entre 1940 y 1945 ha escrito que:
"Al dueño de Crítica, diario vespertino tan popular como
sensacionalista....en vista de que los intelectuales exiliados se
hallaban en situacion financiera bastante precaria, se le ocurrió formar
un ramillete con unas cuantas personalidades, escritores, políticos de
los mas conocidos, para encargarles, a cada cual, un artículo
espléndidamente pagado, detalle de mecenazgo que, claro está, debía
redundar en su autoglorificación y en prestigio de su rotativo.
La fatalidad hizo que este protector de los
grandes intelectuales desvalidos, el opulento señor Botana, muriera poco
después en un accidente de automóvil, ocasionando con ello la
consternación de quienes esperaban ver repetirse de un modo u otro el
beneficio por él discernido a las letras republicanas."
A pesar de opiniones como ésta, Botana se convirtió para todos los
republicanos que llegaron a la Argentina en una figura legendaria. A
pocos dias de su muerte en 1941, España Republicana, el diario del
Centro Republicano Español de Buenos Aires, publicó la siguiente
nota:
" La muerte de Natalio Botana en un accidente automovilístico ha
producido un vivo pesar en la colectividad española. El Sr. Botana,
fundador y director-propietario de Crítica, dedicó siempre a los
problemas de nuestro pais una viva atención y dio el mas resuelto apoyo
a las luchas de nuestro pueblo....Las columnas de Crítica han
estado siempre a disposición de los republicanos españoles. Y en la casa
de Crítica han encontrado un nuevo hogar periodístico muchos de
nuestros compañeros y una tribuna muchas figuras destacadas de la
República. En Crítica han escrito y escriben Diego Martínez
Barrio, Angel Ossorio y Gallardo, Indalecio Prieto, Augusto Barcia,
Julio Alvarez del Vayo, Manuel Blasco Garzón, Mariano Gómez, Basilio
Alvarez, Alfonso Castelao, José Venegas, etc. A la actual redacción y al
cuadro de colaboradores de Crítica pertenecen el general Vicente
Rojo, Rodrigo Soriano, Corpus Barga, Manuel Fontdevila, Juan G.
Olmedilla, Carlos Sampelayo, Clemente Cimorra y otros compatriotas.
Debemos a Crítica una gratitud inextinguible y fue don Natalio
Botana quien resueltamente puso la enorme fuerza popular de su diario al
servicio de la causa republicana española.
Su fervor hacia España lo compartieron su
esposa, Salvadora Medina Onrubia, en cuyas recientes obras literarias se
expresaba el mismo sentimiento, sus hijos Helvio y Jaime y su hijo
político, el diputado Damonte Taborda quien incluso asistió a la última
reunión de las Cortes Españoles en el castillo de Figueras."
Un año después, comentando los actos organizados para conmemorar el
primer aniversario de su muerte, España Republicana afirmaba:
"Los españoles republicanos tienen con Botana
una deuda de gratitud que no olvidarán jamás. Antes de la guerra, en la
guerra y después de la guerra, Natalio Botana estuvo de corazón a
nuestro lado. Su diario se puso al servicio de nuestra causa con una
generosidad ejemplar....Su fe por España no decayó un momento. Dias
antes de morir hablaba con algunos de nuestros más adictos amigos
expresando sus esperanzas en el triunfo de la Revolución en España en un
porvenir cercano. De este triunfo quería ser partícipe, como un español
más."
Botana se convirtió así en el protector de
los republicanos españoles y cual el Cid siguió ganando batallas aún
después de muerto, al menos en la memoria de nuestros entrevistados. GFZ,
recuerda su venida a la Argentina al finalizar la II Guerra Mundial,
después de haber hecho la resistencia en Francia
" En el 46 logré salir de Francia gracias a las gestiones de Gori Muñoz,
que estaba en la Argentina desde fines del 39.... Para que yo pudiese ir
a la Argentina necesitaba un contrato de trabajo y como él estaba
trabajando en el Estudio San Miguel decidió mandarme un contrato de
técnico cinematográfico. ... Me reuní con mi esposa en Portugal, y con
mi hija que ya tenía diez años...A pesar de tener un contrato de trabajo
tuvimos grandes dificultades para el visado del pasaporte....En el
consulado argentino se negaron rotundamente a hacernos el visado,
finalmente conseguimos visado para Chile con tránsito por la Argentina.
Al llegar a Buenos Aires nos estaban esperando los amigos... alguien
había intercedido para conseguir nuestra visa: Natalio Botana. Estaremos
siempre agradecidos por su gestión."
Botana había muerto cinco años antes. Otra clara "deformación" del
recuerdo se presenta en el testimonio de quien reduce el incidente del
Massilia en la narrativa de su exclusiva salvación personal:
"Yo iba a Chile,
Pablo Neruda, de quien era gran amigo me
había conseguido la visa para ir
allí. Pero cuando llegamos a Buenos Aires, Botana apareció en el puerto
de Buenos Aires cuando atracó el Massilia y preguntó por mi, no pude
decir que no, fui el único de ese barco que quedó en Buenos Aires"
Este "error" de la memoria nos ayuda a entender en toda su dimensión el
significado de su figura y accionar para los republicanos españoles.
Botana fue el salvador de los republicanos mas allá de su temprana y
dramática muerte. Lejos de constituir una dificultad, estos "errores"
ayudan a dar sentido a la construcción de las narrativas personales.
Muchos de los republicanos españoles que llegaron a la Argentina fueron
ayudados por Botana. Este reconocimiento se constituyó en un elemento
central de la reconstrucción histórica de la llegada a la Argentina. La
figura "mítica" de Botana aparece en el relato de muchos de nuestros
entrevistados. Escuchamos la misma historia, con algunas variantes
contada una y otra vez con un gran realismo. Sabemos, sin embargo, que
un relato realista no es siempre un relato verdadero. Los diversos
testimonios, incluyendo sus fabulaciones, interpretaciones distintas y
"errores", nos permiten entender el proceso a través del cual los
individuos construyen sus memorias.
Los testimonios orales y su confrontación con otro tipo de fuentes nos
han permitido reconstruir la compleja trama de esa experiencia. Tras la
alusión de una de nuestras entrevistadas al caballo que ganó "por una
cabeza", gracias al cual pudieron quedarse en la Argentina, aparece en
toda su magnitud la acción del diario Crítica y su director
Natalio Botana. Para nuestra entrevistada, el azar es explicación
suficiente de la inflexión en su trayectoria personal, que se había
iniciado con la derrota de la Guerra Civil, continuó con la amenaza del
avance nazi en Francia y la persecución de los submarinos alemanes
durante el traumático cruce del Atlántico. En cambio, para otro
entrevistado no hubo azar. La acción de Botana se reduce a un hecho
magnífico pero puntual, destinado a la exclusiva salvación de quien
narra. Finalmente, para quien llegó a la Argentina en 1946, la obra de
Botana se vuelve atemporal y trasciende su propia muerte. El relato
condensa todo el simbolismo de Botana como figura salvadora para los
republicanos españoles que vinieron a la Argentina
Los testimonios orales mostraron su doble utilidad en la reconstrucción
de esta historia. Nos han permitido por un lado, recuperar la
experiencia de los actores y trasmitir el significado de sus vivencias
pasadas, confrontadas con la dimensión de sus recuerdos presentes. Por
otro lado, pudimos, verificar y explicar cómo en este caso fue perforada
la barrera de la prohibición inmigratoria, estableciendo la distancia
entre la dura legislación inmigratoria y su implementación y descubrir
una sociedad civil compleja, evidentemente plural y solidaria.
El celo puesto en la elaboración de una
rígida reglamentacíon migratoria y el control minucioso de los ingresos
para "... disminuir o atenuar el grave peligro de la introducción al
pais de elementos exóticos y perturbadores del orden social",
no impidió que las normas fueran vulneradas. Como bien lo señalaba el
Ministerio de Agricultura, "... la inmigración regulada por medio de los
permisos de libre desembarco ha sido en parte desvirtuada por el ingreso
de pasajeros clandestinos, turistas que no eran tales y personas que
debiendo transitar por la república para dirigirse a un país vecino se
quedaron luego en ella"
El Massilia es un ejemplo colectivo de esto último. Sin embargo, en el
marco de una política inmigratoria restrictiva los exiliados
republicanos llegaron a la Argentina a cuentagotas. La experiencia del
Massilia es excepcional, constituyendo, como ya lo hemos señalado, el
grupo más numeroso de republicanos que llegó a la Argentina antes de
1940.
El diario Crítica y su director
Natalio Botana fueron actores decisivos de esta experiencia. Botana tuvo
la lúcida y profunda convicción de que la Guerra de España era la
antesala de la Guerra Mundial y decidiría, en caso de su derrota el
ascenso de los totalitarismos de derecha. Su militante solidaridad con
la España republicana y luego con los exiliados a los que ayudó a entrar
e instalarse en la Argentina se inscribe en el contexto de sus
convicciones antifascistas. La reconstrucción de otras historias permite
ubicar diversos actores que jugaron un rol importante en la recepción de
los republicanos españoles en la Argentina.
El estallido de la Guerra Civil en España
despertó en la Argentina una gran movilización. Cuando el comienzo de la
misma en el verano de 1936 distintos sectores de la sociedad argentina
asumieron actitudes diversas. Las fuerzas de la derecha, incluyendo al
gobierno del General Agustín P. Justo que llegó al poder en 1932,
mostraron muy rápidamente sus simpatías por el bando nacionalista,
liderado por Franco.
Una de las primeras reacciones fue el envío de una nota a la junta
revolucionaria de Burgos de los miembros conservadores del Senado en el
que le manifestaban: "Nuestro mensaje de aprecio y solidaridad a España,
que obedeciendo el mandato de su historia, lucha contra el comunismo, lo
cual es el deber ineludible de nuestra civilización."
En octubre de 1936, el presidente del P.E.N.
Club de Buenos Aires, Sr. Carlos Ibaurguren, conocido escritor
nacionalista, envió una carta al Ministro de Relaciones Exteriores Dr.
Ramón S. Castillo solicitándole se realizaran gestiones para salvar la
vida de José Antonio Primo de Rivera, por tratarse de "un alto espíritu
que honra a la cultura española".
Desde el comienzo mismo de la guerra el
gobierno argentino fue reacio a la posibilidad de acoger exiliados
republicanos. Más aún, como hemos señalado, reforzó expresamente sus
mecanismos de control para que los elementos considerados políticamente
"indeseables" no se infiltraran en el pais, y se ocupó especialmente en
diferenciar al inmigrante del refugiado con el objetivo de "evitar ser
el receptáculo de lo peor que expele Europa", o sea, judíos
centroeuropeos escapados del nazismo y a los derrotados de la Guerra
Civil, considerados "rojos" y por tanto excluídos de la noción de la
hispanidad".
Sin embargo, diversos sectores de la sociedad
argentina, incluyendo a la numerosa comunidad española inmigrante y sus
instituciones, partidos políticos, revistas literarias, actuaron como un
importante contrapeso, creando un poderoso movimiento de solidaridad con
la España republicana primero, y con los exiliados republicanos después.
La Guerra Civil contribuyó a aglutinar a los partidos opositores al
gobierno, militantes de la causa antifascista y a agudizar críticas y
reclamos de los partidos liberales y de izquierda que mostraron
abiertamente su simpatía por la causa republicana. El Partido Radical
visualizaba el alzamiento de los Nacionalistas en España como un
fenómeno similar a la sublevación armada que había terminado con el
gobierno de Irigoyen en 1930. El partido Socialista y las organizaciones
que controlaba como la C.G.T. defendieron con enorme fervor la causa
republicana. La prensa socialista y los telegramas de apoyo al gobierno
de Madrid, junto a la organización de la ayuda material fueron prueba
contundente de esta actitud. También el Partido Comunista tomó como
propia la causa republicana y la ayuda canalizada a través de la
Federación de Organismos de Ayuda a la República Española (FOARE)
alcanzó enormes proporciones. Finalmente, el Partido Demócrata
Progresista tuvo una clara simpatía por la causa republicana.
Todas estos actores crearon la trama de las prácticas de solidaridad que
permitió que los republicanos españoles entraran en la Argentina.
En este contexto, el protagonismo que los testigos atribuían a Botana y
Crítica se redimensiona y adquiere otro sentido como parte de la
compleja trama de la masiva solidaridad antifascista que se gestó en la
Argentina durante esos años.
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(Publicado en:
Estudios Migratorios Latinoamericanos, 37, CEMLA, Buenos Aires, 1997, pp.
423-447: reproducido en Exils et migrations ibériques au XXe siecle, 5,
Ceric, Centre d'études et de recherches inter-européennes contemporaines,
Université Paris 7, Paris, 1998, pp. 249-273.)
Así lo caracteriza Ricardo Sidicaro, La política mirada desde
arriba. Las ideas del diario La Nación 1909-1989, Buenos Aires,
1993. El diario La Nación fue durante esos años un excelente
interlocutor de los gobiernos de turno y defensor de los intereses
de los principales sectores dominantes, aunque como señala Sidicaro,
"...la compleja trama de los sectores dominantes, carentes de unidad
aumentó su grado de autonomía con respecto a ellos". op.cit.
p.11. El diario La Nación junto con La Prensa eran los
dos diarios de mayor tiraje a nivel nacional.
La Nación, lunes 6 de noviembre de 1939.
La Vanguardia, órgano del Partido Socialista, lunes 6 de
noviembre de 1939.
Noticias Gráficas, diario de tendencia radical, jueves 2 de
noviembre de 1939.
Noticias Gráficas, domingo 5 de noviembre de 1939.
Noticias Gráficas, lunes 6 de noviembre de 1939.
Crítica, 5 de noviembre de 1939. Sobre la caracterización de
Crítica véase más adelante.
Entrevista a MC, Buenos Aires, 12 abril de 1985.
La afirmación es de Roberto A. Tálice, 100 000 ejemplares por
hora. Memorias de un redactor de "Crítica" el diario de Botana.
Buenos Aires, 1989, p.17. Los datos biográficos sobre Botana los he
tomado del libro escrito por su hijo, Helvio I. Botana, Memorias.
Tras los dientes del perro. Buenos Aires, 1977. pp.19-34.
Entrevista a MC, op. cit.
Ministerio de Agricultura, Memoria, 1936, Tomo III, p.471.
cfr. L. Senkman, "La política inmigratoria argentina ante el
Holocausto (1938-1945)", en Indice. Centro de Estudios Sociales.
No. 2, 2da época. Buenos Aires, Noviembre 1989, pp.15-44. p.19.
cf. Diario de Sesiones de las Cámaras de Diputados y Senadores de la
Nación. (1936-1939)
Beatriz Sarlo, Borges, un escritor en las orillas, Buenos
Aires, 1995, pp. 39-40.
Crítica, 28 de marzo de 1938.
Manuel Azaña, Memorias políticas y de guerra, T. II,
Barcelona, 1981, pp.233-234. Manuel Azaña fue Presidente de la
República entre mayo de 1936 y febrero de 1939, cuando renunció a su
cargo después del reconocimiento del gobierno del General Franco por
parte de Francia e Inglaterra. Debo esta referencia a la gentileza
de Natalio Botana, destacado historiador argentino, sobrino del
ex-director de Crítica.
Crítica, 26 de enero de 1940.
Crítica, 14 de abril de 1940.
Entrevista a A.C., Buenos Aires, 14 julio 1994.
Crítica, 8 de enero de 1939. El 14 de enero, Crítica
publica el discurso completo que Prieto pronunció en un acto en el
Luna Park.
Helvio Botana, op.cit., pp.184-185.
Crítica, 18 de febrero de 1939. Se trataba de un Comité
integrado por prestigiosas figuras de la política y la sociedad
nacionales de alineamientos frecuentemente enfrentados. Entre ellos,
el ex-presidente radical Dr. Marcelo T. de Alvear, el Dr. Carlos
Saavedra Lamas, Premio Nobel de la Paz en 1936 y ex-canciller, el
dirigente máximo del Partido Socialista Dr. Alfredo Palacios, el Dr.
José Peco, diputado nacional de la Unión Cívica Radical y el Dr.
Mariano Castex, destacado médico y profesor universitario.
Momento en que se produce la muerte de Natalio Botana en un trágico
accidente automovilístico, el 6 de agosto de 1941.
Crítica, 9 de abril 1939.
Crítica, 22 de abril de 1939.
Crítica, 18 de abril de 1939.
Crítica, 1 de abril de 1939.
Crítica, 3 de abril de 1939.
Crítica, 18 de abril de 1939.
Crítica, 25 de abril de 1939.
Crítica 15 de junio de 1939.
Crítica 14 de junio de 1939.
Crítica 16 de junio de 1939.
Se refiere a la interpelación Parlamentaria a los Ministros de
Relaciones Exteriores y Culto y de Agricultura. Debates
parlamentarios, Cámara de Diputados. Diario de Sesiones. 9 y 10 de
agosto de 1939. Tomo II.
Crítica, 17 de julio 1939.
Crítica, 9 de agosto de 1939.
Crítica, 13 de noviembre de 1939.
Helvio I. Botana, Memorias. Tras los dientes del perro,
Buenos Aires, 1977, p.181.
La Nación, 6 de noviembre de 1939.
Nota con membrete de la Embajada de la Argentina en España.(sin
firma y sin fecha) LEG.R-1913. No.1 Archivo Ministerio de Asuntos
Exteriores. Madrid, España.
Ministro de Agricultura, en la interpelación parlamentaria realizada
el 9-10 de agosto de 1939. Cámara de Diputados, Diario de Sesiones,
1939, T II, pag. 851
Diputado Lima, en la interpelación parlamentaria realizada el 9-10
de agosto de 1939. Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, 1939, T
II, pag. 902/3
Crítica, 16 de noviembre de 1939.
Diario Galicia, órgano de la Federación de Entidades Gallegas,
9 de diciembre 1939. Firman la carta Augusto Barcia, Presidente y R.
Martinez Redondo, Secretario.
María Rosa Oliver, Mi fe es el hombre, Buenos Aires, 1981,
p.26.
Ricardo Sidicaro, op.cit. pp.116-117. El diario La Prensa
era un vocero de los sectores oligárquicos.
Sobre el diario Crítica en la década del 30 ver, Sylvia
Saitta, "Crítica en los años 30: entre la conspiración y el exilio",
Entrepasados, 2, 1992, Buenos Aires, pp.25-41.
El apoyo se complementa con una serie de notas firmadas por el
fundador del P.S.O., Benito Marianetti, Crítica, marzo-abril
de 1938.
Crítica, 22 febrero de 1940.
Crítica, 30 marzo de 1938.
Crítica. Pie de página. Todas las ediciones entre agosto y
noviembre de 1939.
Sylvia Saitta, op.cit., p.34.
Helvio Botana, op. cit. p.185.
Francisco Ayala, Recuerdos y olvidos. 1. Del paraíso al
destierro, 2. El exilio, 3. Retornos, Madrid, 1988, pp.272-273.
España Republicana, 9 de agosto de 1941.
España Republicana, 8 de agosto de 1942.
Entrevista a GFZ, Madrid, 29 de noviembre de 1985.
Entrevista a AC, Buenos Aires, 23-11-94.
De Carlos Brebbia al Subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos
Ibarra Mitre. Buenos Aires, 5 de setiembre de 1936. Formalidades
entrada al pais personas extranjeras procedentes de España. División
Política. España. Política Interna. Legajo IV. Expediente 1. Caja 8.
Archivo Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Buenos Aires,
Argentina.
Ministerio de Agricultura, Memoria, 1940, T II, pag. 295
La participación de esos actores está analiza en detalle en mi libro
en preparación sobre el exilio republicano en la Argentina.
cf. Ronald H. Dolkhart, "The right in the Década Infame, 1930-1943",
en Sandra McGee Deutsch and Ronald H. Dolkhart(comp), The
Argentine Right. Its history and intellectual origins, 1910 to the
present, Wilmington, 1993. pp.65-99.. También el artículo de
Mark Falcoff, "Argentina" en Mark Falcoff and Frederick B.Pike
(eds) The Sapnish civil war, 1936-39. American Hemispheric
Perspectives, Iniversitiy of Nebraska Press, 1982. pp.291-348.
La Fronda, periódico nacionalista, 2 de septiembre de 1936.
España. Política interna. Legajo I. Guerra Civil. Tomo III. Desde el
17 de setiembre al 25 de octubre de 1936. MREyC.
Sobre el tema de la hispanidad en el discurso político argentino,
cfr. Marisa Gonzalez de Oleaga, "Panamericanismo e hispanidad en la
política exterior argentina de la Segunda Guerra Mundial: la
confrontación política en la creación de identidades colectivas",
Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, Vol.
5, No.1, enero-junio 1994, Universidad de Tel Aviv, pp.59-83.
Se trataba de un partido regional, cuya base estaba en la Provincia
de Santa Fe. Cfr. Carlos Malamud, "El Partido Demócrata
Progresista: un intento fallido de constuir un partido nacional
liberal-conservador", Desarrollo Económico, Vol. 35,
Julio-setiembre 1995, No.138, Buenos Aires. pp.289-308.
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