Con el
elogio al camino mostrado por los Brigadistas Internacionales en la defensa de
las libertades republicanas durante la Guerra Civil española, varios actos de
gran envergadura tuvieron lugar en la Comunidad de Madrid entre el sábado 7 y
lunes 9 de octubre. Uno de fuerte perfil histórico: inauguración de un
monumento dedicado a los valores de entrega y dignidad representados en estos
hombres y mujeres, el cual se ha levantado en Morata de Tajuña. Además,
visitaron el museo de la batalla del Jarama, cuya singular relevancia está
fuera de toda duda, hecho complementado con la presencia en aquellos lugares
que conocieron los momentos más dramáticos de la lucha en Madrid capital.
El segundo
tuvo un carácter más lúdico, si bien de una emotividad extraordinaria. El
auditorio Pilar Bardem, ubicado en Rivas Vaciamadrid, convocó a escritores, músicos
y actores para expresar un sentido y profundo gracias ."Gracias por
vuestro coraje, honradez y valentía. Vuestro ejemplo siempre estará vivo en
el corazón y en la memoria. Cuando uno les mira y les estrecha las manos,
siento un escalofrío intenso y ánimo para seguir sus pasos. La defensa de la
justicia es todavía una aventura diaria en el trabajo, en la casa, en la
calle... Que nadie altere los principios irrevocables de justicia y
libertad", anunció el actor José Sacristán en la apertura del acto.
Luego, hizo una pausa, miró a los y las brigadistas sentados a ambos lados
del escenario, y su voz grave adquirió un empaque único: "Estas
personas merecen un profundo y gozoso respeto".
La música
y la palabra se fueron intercalando. Pedro Guerra, Uxía, Luis Pastor, Quintín
Cabrera, Suburbano, etc., fueron algunos de los que entonaron cantos cuya
melodía y letra son parte indeleble del acerbo de la lucha antifranquistas y
antifascistas, más piezas de un lirismo sobrecogedor. En la palabra narrada,
unas notas escritas por José Antonio Labordeta fueron leídas a la audiencia
por el cineasta Montxo Armendáriz: "El tiempo pasa y el intento de la
derecha de que el olvido caiga sobre unos nombres para que brillen sólo los
suyos no tendrá éxito. Ahora, cuando se quiere manipular la memoria, veros
nos da ánimos en la defensa de la libertad".
La poesía
cobró vida en la voz de Luis García Montero, en donde sus palabras se
entrelazaban en un sólo cuerpo con aquellos versos de nuestros grandes poetas
del siglo pasado cuando describían el valor de los brigadistas. "La España
verdadera, fiel a la República, nunca podrá olvidaros" (Antonio
Machado); "Hermanos, Madrid, con vuestro nombre, se agranda e
ilumina" (Rafael Alberti); "Por vuestra nobleza pasa un inmenso río
con palomas de acero y esperanza" (Pablo Neruda)... El corolario lo puso
el propio García Montero: "Vuestra dignidad es un ejemplo para los que
creen en el futuro, ejemplo contra el miedo agresivo de los ricos, ejemplo
para aliviar el miedo de los que sufren, ejemplo para frenar a los
especuladores y ladrones de guante blanco, ejemplo para esos inmigrantes que sólo
buscan una oportunidad para vivir".
Setenta años
después la razón sigue cayendo del mismo lado y los ideales de un mundo
mejor, de una justicia social real y no sólo plasmada en unas cuartillas, no
han caído bajo ningún concepto en el fango del olvido. Por eso, el
recibimiento a estos hombres y mujeres en la sala de columnas del Congreso de
los diputados se vistió de un color mucho más político, con discursos que
partieron de la experiencia de la Guerra Civil para situarse en el presente y
diseñar unas líneas maestras futuras. Estamos en el 2006 -subrayaron para
demostrarnos que no son pasto del recuerdo- y hoy el mundo está dominado por
personajes como Bush y Blair, que ponen cara al frente opresor, al fascismo
del momento actual.
El
Coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares también anduvo
por ese sendero, pues "luchasteis por un mundo más justo, unidos por el
lazo rojo de vuestros ideales: rechazo al fascismo. Sois un recuerdo
imborrable, presente y futuro de la humanidad amenazada por la guerra y el
racismo".
Luego,
Amaya Ruiz, hija de Dolores Ibárruri, leyó el mensaje de despedida, en el
otoño de 1938, de su madre a los internacionalistas. Fue el punto en el que
se desbordaron todas emociones contenidas debido a la rigurosidad de la sala.
El punto final le correspondió a la diputada de IU por Valencia, Isaura
Navarro. Concisa y breve, desenterró la verdadera raíz de todos los actos de
homenaje en el 70 aniversario de las Brigadas Internacionales. Esta no es otra
que la memoria de unos luchadores convertida en estandarte de lo que hoy nos
toca a nosotros: "Vivimos en democracia, pero nos queda mucho, mucho por
hacer. No nos rendimos, seguiremos vuestro ejemplo de lucha por un pueblo
libre. Porque –remachó- vale la pena defender día a día los valores de la
República".
Las notas y
letra de La Internacional envolvieron y calentaron la siempre fría atmósfera
del Congreso de los Diputados, para pasar luego a un ágape con los
protagonistas vivos de un gran pedazo de nuestra historia.