Reviso el calendario de Izquierda Republicana y encuentro como efemérides destacada en este mes de noviembre, el día tres, fallecimiento en Montauban (Francia) de D. Manuel Azaña (1940) y me considero obligado a decir algo en este blog. Mientras medito que decir, me corroe el remordimiento de haber dejado pasar el 70º aniversario del fusilamiento de D. Melquíades Álvarez, sin dar contestación a las simplezas –“Traidor a la izquierda, converso de derecha, …”-, que algunos como D. Saúl Fernández, publicaron el pasado agosto en el diario La Nueva España, dentro de la campaña de lanzamiento del libro de su nieta; tal parece, que su único merito sea hoy, el haber nacido en Asturias; amortiguó mi furia y adormeció mi conciencia, junto a la galbana de agosto, el excelente artículo, preciso, critico y sincero del excelente profesor de Historia Contemporánea D. José Girón , del día siguiente (La N.E., pag. 26 de 22.08.2006) y como ya apunte en más de una ocasión en este mismo espacio, si alguien con mayor merito, capacidad y oportunidad dice lo que tu querrías decir, lo mejor es dar las gracias al autor y recomendar que lean su artículo, titulado en este caso “Melquíades Álvarez: la ética como modelo político”.

D. Manuel Azaña, no es que esté de moda, imposible: era feo, gordo, le gustaba comer y fumar y para colmo inteligente y honrado, pero es un icono de esta nueva ideología “la modernidad”, e igual sirve para rellenar un graffiti de I.U. agitando una bandera tricolor con el emblema del P.C.E., que para haber sido correligionario del abuelo del presidente del gobierno –será que la ideología y la coherencia es una cosa genética- o sus obras reposar en la mesita de noche de D. José María Aznar.

Agradezcamos los hombres libres y de buenas costumbres que ni el P.P (modernidad de derechas) ni el PSOE-IU (modernidad de izquierdas) hayan podido incorporar a su iconografía a D. Melquíades Álvarez por ser “liberal y laico, de una impresionante cultura, crítico con el poder, de una rectitud intachable, de una honradez irreprochable, poco dado a componendas y la ética como Norte” y además republicano, y hagamos votos o mejor trabajemos juntos para liberar a D. Manuel Azaña de los abrazos de los caciques de la modernidad.