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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   

 

 

Memoria irredenta del Franquismo. La reconciliación del embudo

de José Luis Pitarch

La mitificada «transición» incluyó guetos, trágalas que impusieron los franquistas pactantes con los demócratas. Entre ellos, España sería casi el único país del mundo con absoluta impunidad del fascismo. Nadie tendría responsabilidad por los crímenes y expolios de la dictadura, realizados por socios y herederos de Hitler y Mussolini. Y todo ese tinglado político, comprendiendo un monarca designado por Franco, bajo curatela del Ejército de éste, ejército síndico del «atado y bien atado».

Algunos de dichos polvos mantienen lodos hasta hoy; somos el solo país de Europa que no ha reconocido cabalmente a los combatientes antifascistas que no se rindieron en 1939, ejerciendo el sagrado derecho de resistencia armada a la tiranía. Tampoco se atreve nuestra democracia a testimoniar plenamente agradecimiento a los militares que, desde la UMD, pidieron el fin de la dictadura y se jugaron todo para disuadir a sus compañeros más agrestes de que impidieran llegar la democracia.

Mas ésta ha mantenido hasta ahora a más de cien mil españoles asesinados enterrados sin nombre por zanjas y barrancos, y aún no osa anular los aberrantes juicios sumarísimos del franquismo. Ni conocemos todo lo que pasó el 23-F, ni cuánto sabía de ello el Rey. Ni hay una calle en Valencia del general Vicente Rojo, ni han devuelto al pueblo toledano «Azaña» el nombre que le robaron en 1936 sustituyéndolo por el de un regimiento. ¿Es esto una reconciliación plena?

José Luis Pitarch (1941) es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Valencia las últimas dos décadas. Licenciado en Ciencias de la Información, es columnista habitual en diversos medios. Comandante de Caballería, estuvo treinta años en servicio activo, durante los que participó en la Unión Militar Democrática opuesta a la dictadura. Fue expulsado de Valencia por el capitán general Milans del Bosch, y recluido en diversas prisiones castrenses, como las de Alcalá de Henares y el Castillo de Cartagena. Simultáneamente, recibió el Premio «Derechos Humanos y Constitución» de la Asociación Pro derechos Humanos de España, y el Premio Libertad de Expresión de la Unión de Periodistas del País Valenciano. Autor de libros, como Diario de un militar constitucionalista (1981), El honor y el honor militar (1984), y coautor en varios otros. Ponente en el Congreso Internacional de Intelectuales y Artistas (Valencia, 1987), Mesa «El Intelectual y la violencia», presidida por Vázquez Montalbán; y en el del Cincuentenario de Valencia, capital de la República. Miembro de la Plataforma contra la Impunidad en Chile y Argentina, y coronel honorífico del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador. En 2007, ha obtenido un Premio Tirant como guionista y coordinador del film independiente Salut de Lluita. Es actualmente vicepresidente de Unidad Cívica por la República, y miembro de las juntas directivas de la Asociación Guerra y Exilio y la Asociación Pro Derechos Humanos de España.

 

 

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