José Oliva
UCNR
5 de Agosto de 2009
El
historiador Ángel Viñas defiende a Juan Negrín, "el gran estadista republicano
durante la Guerra Civil", en El escudo de la República, segundo volumen de una
trilogía sobre éste período, en el que prueba que "su nombramiento al frente del
gobierno no fue una manipulación soviética".
En una entrevista concedida a Efe, Viñas "desmonta" algunas de las ideas que
tradicionalmente se han atribuido al doctor Juan Negrín: "no llegó a la
presidencia del gobierno por manipulación soviética y el envío del oro a Moscú
tenía una racionalidad política, económica y operativa aceptada por el gobierno
republicano en pleno".
Atribuye algunas de las falsedades que se han difundido sobre Negrín a que
"concilió en contra un amplio ramillete de opiniones en la derecha, el centro y
la izquierda, pero eso no significa que las opiniones fueran fundadas",
argumenta Viñas. Una de estas opiniones contrarias es la del socialista Largo
Caballero, que, a su juicio, "no dice la verdad en sus memorias por
animadversión hacia Negrín". |
Editorial Crítica
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Viñas reconoce en "El escudo de la República" (Editorial Crítica) que "Largo
Caballero puso un gran esfuerzo personal en el montaje del Ejército popular",
pero en su contra añade que "se creyó insustituible, pensó que su política era
la única posible y no supo manejar bien un sistema pluralista como era la
República".
Para el historiador, "Largo, que entonces tenía 68 años, no estuvo a la altura
de las circunstancias, todo lo contrario que Negrín, que era un hombre más
imaginativo, inteligente, con más formación y cintura política". Viñas considera
"si la sustitución de Largo Caballero se hubiera producido antes, es posible que
la República hubiera aguantado mejor, aunque la República tenía perdida la
guerra desde septiembre de 1936".
El autor se muestra especialmente crítico con aquellos autores que dicen que la
Guerra Civil era una guerra contra el comunismo: "Stalin no quería establecer
una República popular en España y, en cambio, hay impresionantes muestras de que
Franco sí quería alinearse con las potencias fascistas".
Sobre lo inevitable de la guerra, el catedrático de la Complutense apunta que
"hasta junio de 1937 y después en 1938 se producen intentos de mediación por
parte de Azaña y otros, pero Franco rechaza la mediación, porque quiere la
capitulación incondicional de la República". En cualquier caso "a Franco le
interesa una guerra larga, como él mismo dice a los italianos, 'para purificar a
España'".
En contra de lo que afirman algunos historiadores, Viñas sostiene que "las
discordias en el seno de los republicanos -con los Hechos de mayo de 1937 en
Barcelona como punto culminante- no son la causa de la derrota de la República,
sino que su hundimiento se produce por el continuado apoyo de las potencias
fascistas a Franco frente a un ejército no adiestrado y sin armas, y ante la
pasividad de franceses e ingleses". Viñas anota que "frente a los casi 40.000
miembros de las Brigadas Internacionales, unos 180.000 militares extranjeros
llegaron a apoyar a Franco".
Ángel Viñas lamenta que aún hoy "muchos archivos de la época sobre la Guerra
Civil son todavía inaccesibles para los investigadores, como el Archivo del Alto
Estado Mayor, los del servicio secreto inglés MI-6 o algunos fondos franceses".
Pionero en los estudios sobre el destino de las reservas de oro de la España
republicana, Viñas recuerda que "siempre se habla del oro de Moscú, pero nunca
se dice que una cuarta parte del oro se vendió a Francia, para obtener dinero y
así comprar armas".
En la actualidad ya prepara el que será tercer libro de la trilogía, El honor de
la República, en el que tratará de demostrar que "muchas cosas que dijo Prieto
de Negrín no fueron verdaderas".
En este tercer volumen, Viñas argumenta la tesis de que "la República estaba
abocada a enfrentarse a un golpe de estado, pero no necesariamente a una guerra
civil". "La escisión de las fuerzas armadas, la injerencia de las potencias
fascistas (Hitler ayuda a Franco sólo una semana más tarde), la retracción de
Francia y Reino Unido y la intervención soviética, que salvó a la República
momentáneamente, convirtieron un golpe semifracasado en una guerra civil",
repone Viñas.
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