¿Llevan las religiones
a la paz? Algunos lo tenemos más o menos claro pero
también sabemos reconocer que nuestra impresión es
sólo eso, una impresión. Por suerte, podemos echarle
un vistazo a datos más completos y más objetivos que
nuestras limitadas percepciones personales.
Datos sobre paz
Los
tenemos en la web
Global Peace Index
que ha elaborado el susodicho GPI para 144 países
basándose en 23 indicadores.
Metodología
y
resultados
están bien explicados en los diferentes apartados de
la web. Les pongo los 10 países con mayor y menor
puntuación al respecto:
-
en
cabeza están Nueva Zelanda, Dinamarca, Noruega,
Islandia, Austria, Japón, Canadá, Finlandia,
Eslovenia y República Checa.
-
y por
la cola no hay nada sorprendente: Iraq,
Afganistán, Somalia, Israel, Sudán, Congo, Chad,
Pakistán, Rusia y Zimbabwe.
En esta
escala, España ocupa el vigésimo octavo lugar, algo
claramente mejorable. Por hablar de los países de
Latinoamérica, el mejor situado es Chile, seguido de
Uruguay y Costa Rica. Por la cola, Colombia (el
último), Venezuela y Haití.
Datos sobre religiosidad
Estos podemos encontrarlos en
World Values Survey
que atesora un montón de información muy variada y
que merecería mayor atención. He rescatado los
valores de religiosidad como respuesta a tres
preguntas simples: ¿cree en Dios? ¿cree en el
infierno? ¿cree en el Cielo? Luego, al ver los
resultados me di cuenta de que están altamente
correlacionados por lo que aquí les pongo solamente
las respuestas a la primera de las preguntas, que en
la encuesta sólo son afirmativas o negativas. Hay
información completa para los países en cabeza de la
lista pero no sobre algunos de los países chungos (a
ver quién va a hacer una encuesta en según qué
sitios). Por ello, he recopilado los datos de los
países en peores condiciones recorriendo el
ranking
desde el último puesto (Iraq) hasta completar 10
países con información. Les pongo los resultados por
países como porcentaje de no creyentes:
-
Nueva
Zelanda (20.7), Dinamarca (32.8), Noruega
(30.5), Islandia (16.6), Austria (13.7), Japón
(41.4), Canadá (9.8), Finlandia (19.3),
Eslovenia (35.9) y República Checa (61.7).
-
Iraq
(0.2), Pakistán (0.0), Rusia (37.9), Zimbabue
(0.6), Georgia (6.8), Colombia (0.9), Nigeria
(0.4), Sudáfrica (1.5), India (5.8), Turquía
(2.0).
Los
porcentajes medios son el 28.2% de no creyentes en
los países que están a la cabeza de la lista de paz
y de 5.6% en los países de cola. En estos, si
elimináramos la anomalía rusa, el porcentaje caería
al 2.0%. En España, por situarnos, el porcentaje de
ateos es del 12.3%.
¿Conclusiones?
¿Qué
conclusiones podemos sacar de estas cifras?
Probablemente ninguna definitiva ya que, como he
insistido varias veces en otros posts, correlación
no implica causalidad. Pero es que llevo un par de
semanas leyendo en silencio algunos blogs religiosos
donde aseguran la maldad de los ateos, su
inadaptación social y su condenación eterna. Allá me
han dicho (literalmente) que sirvo a Satanás (!) y
que mi problema (?) sólo podrá tener solución
rezando mucho. Las patéticas afirmaciones de esta
gente, plagadas de amenazas, nunca se sustentan más
que en su intolerancia ante formas distintas de
pensar y por eso me apetecía poner aquí esas cifras,
por aquello de aportar datos para la reflexión.
Es cierto que las impresiones sobre estas
correlaciones pueden ser diversas. La mía es que hay
una gradación en las religiones, desde algunas
filosofías orientales (realmente no teístas), no
proselitistas y esencialmente pacíficas, hasta los
actuales fundamentalismos de las religiones
monoteístas con pretensiones ecuménicas. Estos
últimos no pueden llevar a la paz porque no aceptan
la libertad de pensamiento y eso lleva
irremediablemente a rechazar al diferente. Y ya se
sabe, una cosa lleva a la otra...
Sin embargo, esa circunstancia no explica por sí
sola un fenómeno tan complejo. Hay otras como que en
los países en peores condiciones la gente se refugia
en la religión de turno (la que le toque) esperando
que en su vida imaginaria tendrán lo que no han
conseguido en la real. Este efecto se sabe que es
real pero tampoco lo explica todo.
Mientras tanto, las cifras muestran que a menos
religiosidad (hay muchos más items en las encuestas,
revísenlos) son más altos los índices de estabilidad
social, derechos humanos, libertades y ausencia de
conflictos. ¿Causalidad? No, no puede ser uno tan
simplista. En cualquier caso, las relaciones
causales se deberán a una compleja red de
interacciones. Pero ¿casualidad? Uhmm... tampoco.