La moral conveniente
Antonio Gala
El
Mundo
25 de Agosto
de 2009
LA
INDIGNACIÓN moral con que la Iglesia mira todo lo que no le conviene
produce hoy, vista a través de siglos, la impresión de una hipocresía
tan grande que no tiene consciencia de sí misma. Es inútil discutir con
ella, que está en posesión de su verdad y no reconoce la existencia de
otras posibles verdades. De ahí que un Estado no laico en serio tenderá
a convertirse en una teocracia más o menos solapada. Sucede con todas
las religiones que intervienen en la política. No en vano Huxley
escribió: «Estoy a favor de clavar alfileres en los traseros
episcopales». Si se les permite, transformarán el mundo en una
re-creación falsa, fingida y manejada por sus báculos. No en vano hablan
continuamente de rebaños, con una idea de absoluta sumisión. Como si el
hombre no hubiera comido el fruto del Árbol de Conocimiento ni estuviese
al tanto del valor del bien y el mal y, sobre todo, del de la libertad.
La Iglesia es una de las peores -o la peor- enemiga de la humanidad
verdadera. Si no ha desaparecido ya es porque quienes mandan la utilizan
en su favor, o intentan utilizarla. Pero la verdadera sabiduría del
hombre, tanto del mundo como de sí mismo, siempre estará en su contra. Y
él, a solas. |