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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Esclavitud aceptada

Emilio del Barco

UCR 7 de Septiembre de 2009

 

Las creencias pertenecen al reino de la fantasía. Las ciencias son básicas para el conocimiento de la realidad. Ambos conceptos, si no son contrarios, sí, al menos, heterogéneos. No puede hacerse una mezcla de ambas elementos, porque los dos resultarían dañados. Ciencia poética, o poesía científica, no son una contradicción en sí, aunque difíciles de aunar.

La concatenación medieval y renacentista entre los poderes políticos y religiosos, constituidos en una sólida masa social,  los ayuda a consolidarse en una pirámide inabordable, sostenida por la artificiosidad de las purezas de sangre y la legitimidad prioritaria de los cristianos viejos. La legitimación doctrinal de las clases sociales diferenciadas, consolidó los derechos heredados.   No es bueno cultivar diferencias entre humanos. En África no se protesta, se muere.

La ayuda humanitaria, durante y tras las guerras, debería ser administrada, siempre y totalmente, desde la ONU, sin asignaciones doctrinales. Lo contrario, es una rebuscada humillación final de los desposeídos. Siendo, igualmente, una prolongación insultante del botín exigido a los derrotados, ver a las tropas invasoras repartiendo catecismos, en señal de amistad. Cuando es una nueva forma de afianzar la victoria de los invasores. Nadie puede arrogarse el derecho de especular con el bienestar  de la Humanidad. Cuando la libertad beneficia sólo a los poderosos, empieza a ser ilegítima. ¿Cómo puede el misionero blanco convencer,  a un negro esclavizado, de su sinrazón? ¿Cómo podría éste creer que el Dios del Amor está de parte  de los negreros? Todo hombre es esclavo de su propia historia.

Ascendientes, descendientes  y colaterales, nos han ido rellenando el cerebro con sus ideas. Al final, cada cual no hace más que digerir lo que  ingirió.  Desde tierras lejanas, desde civilizaciones diferentes,  desde circunstancias distintas, con antecedentes diversos, ¿cómo podemos meternos en la piel de otros pueblos y juzgar la rectitud de sus hechos? Individuo y sociedad son permeables e interactivos. Tanto la sociedad, como los  que la forman, están en continua evolución. Cuando se pretenda llegar a ciertas metas revolucionarias, lo más seguro  es: alcanzarlas por medios evolutivos, no invasivos. Presionando en la dirección deseada, de forma suave, pero conscientemente. Al menos, es la forma ideal de no morir en el intento. Las circunstancias, las personas  y las sensibilidades cambian.

Las leyes, para que no se petrifiquen, deben ir evolucionando con la sociedad. No creo que, dentro de la estricta democracia, pueda encontrarse excusa a la excepción denegatoria. Las circunstancias, las personas  y las sensibilidades cambian. Las leyes, para que no se petrifiquen, deben ir evolucionando con la sociedad.

Tras los descubrimientos de los manuscritos del Mar Muerto, se ha visto que tales teorías ya habían sido expresadas, con anterioridad, en la comunidad esenia, que no acataba las reglas emanadas del Templo de Jerusalén. San Pablo, en su ''Carta a  los Gálatas'', suscribe que ''Cristo nos ha liberado de la esclavitud de la Ley''. Con lo que se refiere a la no–obligatoriedad, para los cristianos,  de cumplir las normas judías.

Emilio del Barco

 mailto:emiliodelbarco@hotmail.es

 

 

 

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