Hace un par de años, un senador de Estados Unidos
presentó una demanda contra Dios al que acusaba de ser
el causante de "espantosas inundaciones, egregios
terremotos, horrendos huracanes, terroríficos tornados,
perniciosas plagas, feroces hambrunas, devastadoras
sequías y guerras genocidas" en todo el mundo.
Ernie Chambers, un afroamericano de 72 años, un tipo
respetado en su comunidad, con más de 38 años como
senador por Nebraska, pretendía sentar a Dios en el
banquillo porque consideraba que esas "nefastas
catástrofes" han originado "muertes generalizadas,
destrucciones y han aterrorizado a millones y millones
de habitantes de la tierra". El senador admitió que
varias veces había invocado su nombre para que se
hiciera presente y depusiera su actitud sin resultado
alguno.
Por extravagante que pudiera parecer, una corte del
condado de Douglas admitió a trámite la demanda, aunque
un año después -tras la sorpresa de que Dios no se había
dignado a acudir a declarar- el magistrado Marion Polk
decidió rechazarla por un requisito formal: había
intentado notificar a Dios la existencia de una causa
contra él, pero había sido imposible por falta de
domicilio.
Desde cualquier punto de vista, salvo el de llamar la
atención, la demanda es un acto poco inteligente. Si
Dios existe castigará a Chambers por ser un necio que se
atreve a pedirle cuentas y si no existe es un esfuerzo
inútil.
En España no hemos denunciado todavía a Dios, aunque
¿quién sabe si estará en el objetivo de los querulantes
de siempre: el pseudosindicato ultraderechista Manos
Limpias o los abogados Mazón o Panea?
Por el momento, la Audiencia ha rechazado investigar por
blanqueo de dinero y fraude fiscal a los súbditos de la
Virgen que supuestamente se aparece en El Escorial. Y el
Supremo ha dejado sin sanción -por la lentitud del
Consejo del Poder Judicial al sancionarle- al magistrado
Esteban Campelo Iglesias, de la Audiencia de Cantabria,
que incluía al Maligno y a "Jesucristo resucitado" en
sus sentencias.
Lo curioso es que no le denunciaron sus víctimas, sino
la Sala de Gobierno del TSJ de Cantabria, de oficio, por
considerar inaceptable su actuación. Y es que Campelo,
de 66 años, que accedió al puesto de magistrado en 1989
por el turno de juristas de reconocida competencia
-¡vaya por Dios!-, es de pluma fácil. Tanto, que en una
apelación de un juicio de faltas contra una mujer que
había insultado y agredido a la nueva novia de su marido
con el que estaba en trámites de separación, se permitió
incluir un auténtico sermón, citando la Biblia, en el
que criticaba al marido por haber comido la manzana del
árbol de la ciencia del bien y del mal, al haber tenido
relaciones con una mujer mucho más joven que la suya.
Entre otras perlas que se incluían en la sentencia,
destaca: "Compartías la vida con tu mujer, tenías una
hija, tenías salud y es de suponer que disfrutabas de
las condiciones necesarias para vivir una vida normal de
agradecimiento a Dios. Sin embargo, apareció en tu vida
una mujer mucho más joven que tu esposa, y que tú
suponías podía hacerte más feliz. Apareció también el
Maligno y te dijo ¿Cómo es que Dios te prohíbe comer de
ese árbol? Come y serás como Dios conocedor del bien y
del mal. Y tú, como Adán y no obstante ser consciente de
los muchos árboles de tu vida que puedes disfrutar,
viendo que ese fruto prohibido era apetecible a la vista
y bueno para lograr sabiduría, entendida como lo
socialmente correcto, te erigiste en decisor (sic) de lo
que es bueno y malo y comiste del árbol". Y eso que el
marido no era el acusado, que si lo llega a ser...
En otra sentencia en la que se condenaba a una mujer a
60 días de multa por abofetear a su marido, Campelo
instaba a la reconciliación de la pareja "mediante el
perdón mutuo, objetivo sólo alcanzable si ponen en medio
la fuerza de Jesucristo Resucitado".
¿Quién sanciona al sancionador?, porque ¿no deberíamos
exigir responsabilidades al Consejo por su caribeña
tardanza en sancionar a Campelo?
Si Dios está en todas partes, es todopoderoso y todo lo
sabe, según las facultades que la Iglesia le atribuye,
¿tiene alguna responsabilidad por la estupidez del
comportamiento de los hombres (incluida la denuncia del
inefable senador Chambers)? No se corte y siéntase juez.
Decida.
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Fuente:http://www.elpais.com/articulo/espana/acusado/llamado/Dios/el
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