Ferrer y
Guradia. Se cumple un siglo
Francisco
Gil Carviotto
La Opinión
de Granada 28 de Octubre de 2009
El 13 de octubre del 2009, se cumplió un siglo
del fusilamiento de Francisco Ferrer y Guardia,
(Alella, 1859; Barcelona, 1909), anarquista,
pedagogo de renombre universal -fue el padre de
la llamada “Escuela Moderna”-, librepensador y
antiguo militante del partido de Ruiz Zorrilla.
Su muerte, tras un paripé de juicio, no estuvo
exenta de polémica. Basta echar una ojeada a los
periódicos de la época o recordar los
comentarios de las mentes más lúcidas de
aquellos años para comprobarlo. Entre estos
comentarios quiero recordar dos: el del escritor
ruso León Tolstoi -“Un crimen, un verdadero
crimen“-, y el del novelista francés
Anatole France: “Su crimen es el de ser
republicano, socialista, librepensador; su
crimen es haber creado la enseñanza laica en
Barcelona, instruido a millares de niños en la
moral independiente, su crimen es haber fundado
escuelas“. |
Lee un
fragmento de este libro |
Ahora, cien años después y bastante más sereno el
ambiente, un novelista-investigador, Julián Granado, (Nierva,
Huelva, 1957), nos ofrece en un libro publicado por
Anagrama, las distintas caras de este poliédrico
personaje, mezcla de genio y redentor de humildes,
incluso hoy difícil de definir. La obra, de título
desafortunado, “De Humanidad y polilla”, (¿quién
puede pensar que tal título encierra una biografía
novelada de Francisco Ferrer?), sobrepasa las
cuatrocientas cincuenta páginas, las cuales, a pesar de
la lejanía en el tiempo, se leen con agrado e interés.
La novela arranca en París, en un internado de monjas.
Allí una niña de nueve años y nombre y apellidos falsos,
Carmen de Moering -ella sabe muy bien que se llama Sol
Ferrer-, mientras el resto de las colegialas forma filas
para ir a misa, aprovecha para escaparse del colegio. La
odisea sólo dura unos pocos días, los suficientes para
que el lector conozca a la protagonista de la novela,
Sol Ferrer, la hija menor de Francisco Ferrer y Guardia.
Será ella la que, páginas adelante, convertida en la
gran investigadora de su padre, nos irá mostrando todas
las caras y recovecos del gran hombre, genio para unos,
diablo para otros, y siempre bestia negra de la Iglesia
y la derecha española.
Poco después -la vuelta al pasado es frecuente en el
libro-, el lector conocerá los amores y desamores de
Francisco Ferrer y Teresa Sanmartí -padres de Sol-, así
como, tras la inevitable ruptura, los sucesivos amores
de él y ella. También conoceremos a las otras hijas de
Ferrer: Trini, Paz y Luz -esta última muerta de
tuberculosis aún niña- y asistiremos al nacimiento de la
Escuela Moderna, la obra magna de Ferrer, que Sol Ferrer
nos define así:
“Reemplazo de la superstición religiosa por la
explicación científica, del mito por la razón, del dogma
por la libertad de interpretación, del puritanismo por
la apertura a la naturaleza”.
Más que suficiente para ganarse el odio de curas y
frailes. Unos y otros esperaban el día, la hora y el
minuto en que un error de Ferrer o la ayuda del azar les
permitiera lanzarse sobre él y acabar de una vez y para
siempre con la Escuela Moderna y su fundador. Tal
oportunidad se presentó el 31 de mayo de 1906. La bomba
contra Alfonso XIII, arrojada desde un balcón el día de
su boda, fue la gran ocasión que la derecha estaba
esperando. Veinticuatro muertos y más de cien heridos.
Todos los periódicos clericales, enardecidos por el
odio, lanzaron la misma aseveración: “Detrás de Morrás,
(el anarquista que había arrojado la bomba), está
Ferrer“. Fue detenido y los locales de la Escuela
Moderna clausurados. Toda la prensa clerical pedía la
cabeza del pedagogo, pero en el juicio que se celebró
nueve meses después de la detención, no se pudo probar
su participación en el fallido atentado. Cuentan que el
fiscal, en un momento de exaltación, le apostrofó:
“Vosotros, los anarquistas, sois la polilla de la
Humanidad”. La frase, transformada por Nicolás Estévanez
-“Sólo sobrevivirán la Humanidad y la polilla”- da
título al libro.
No sirvieron para nada los esfuerzos del enfático
fiscal. Ferrer, declarado inocente, volvió a ser un
hombre libre. A sus enemigos no les quedó más solución
que sentarse a aguardar una nueva ocasión. No tuvieron
que esperar demasiado, tan sólo tres años. La semana
trágica de Barcelona -todo un clamor popular contra la
denostada guerra de Marruecos-, les vino como anillo al
dedo. Aunque Ferrer no había participado ni animado
ninguno de aquellos arrebatos callejeros, fue detenido.
El juicio esta vez lo hicieron los militares y, antes de
iniciarlo, ya estaba decidida la sentencia. Prueba de
ello fue que al abogado defensor ni le dejaron abrir la
boca. El 13 de octubre de 1909 se cumplió la sentencia:
fusilamiento en los fosos de Montjuïc. Unas horas antes
los verdugos ofrecieron al reo la posibilidad de
confesar. Él se negó y la respuesta de los militares fue
mantenerlo de pie toda la noche, al tiempo que un coro
de frailes le cantaba responsos. Así continuaron hasta
la hora de la ejecución. Asesinado Ferrer, cardenales,
generales y oligarcas pudieron dormir y roncar a sus
anchas.
Sol, que en esas fechas estaba en Ucrania con su madre y
su padrastro, no se enteraría hasta el día 15. Será
nueve años después, cuando de nuevo en España, se
dedicará a indagar los pormenores de aquel asesinato.
Algunas de estas indagaciones fueron de tal
peligrosidad, que estuvieron a punto de costarle la
vida.
Para relatarnos todo esto y mucho más Julián Granado
hace uso de todos los artificios que ofrece la narrativa
moderna. En paralelo a sus alardes estilísticos va el
desfile de personajes. Unos son históricos, -tal es el
caso de Alejandro Lerroux, del conde Tolstoi, la
revolucionaria Louise Michel, Pío Baroja o el general
Martínez Anido-; otros, creación del novelista; pero
unos y otros, tan bien entramados, que la mayoría de las
veces resulta difícil distinguir los entes históricos de
los de ficción.
Todo esto, unido al interés del protagonista y los
trágicos sucesos que en el libro se relatan -baste
recordar el atentado contra el rey o la Semana trágica
de Barcelona- hacen de esta novela una obra de
imprescindible lectura para toda persona que quiera
conocer nuestro pasado más inmediato
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